Análisis de Schein (PC)
Ya hemos dicho alguna que otra vez por aquí que los estudios independientes están rescatando muchos géneros que últimamente no tenían demasiado impacto en el mercado, y que uno de ellos eran los plataformas en dos dimensiones. El juego que nos ocupa hoy es Schein, un título con algún aspecto que mejorar, aunque con una propuesta que, desde luego, tiene su público.
Acércate a la luz
Schein es un juego de plataformas de desarrollo lateral y puzles, en los que la luz –schein en alemán– juega un papel clave.
Tras una introducción en la que sólo tendremos que dar unos cuantos saltos mientras descubrimos la historia –buscar el paradero de nuestro hijo desaparecido, guiados por una extraña entidad–, recibiremos nuestra primera luz, y no tardaremos en descubrir lo imprescindible que resultará.
Esta luz nos permite ver una realidad paralela, dejándonos descubrir plataformas y obstáculos cercanos. A lo largo de la aventura desbloquearemos nuevas luces, las cuales nos ayudarán a progresar según todo se va complicando. Y se va complicando mucho porque, creednos, Schein no es un juego sencillo. De hecho, si queréis un plataformas accesible, mejor que vayáis mirando hacia otro sitio.
Saca tus mejores reflejos
Si Schein fuese un plataformas sin más, sería un juego complicado. Imaginaos cuando metemos este componente de puzles, en el que tenemos que estar constantemente alternando las luces mágicas para poder solventar cada secuencia. Tendremos que acostumbrarnos a jugar con esto, a ver lo invisible, a esquivar o a hacer desaparecer los obstáculos, o a intentar materializarlos antes de que nos precipitemos hacia el vacío. Schein apuesta por una muy bien ajustada curva de dificultad, lo que no quiere decir que sea una propuesta fácil en ningún momento.
En Schein todo acaba estando cuidadosamente medido, y nos veremos alternando con una habilidad que ni sabíamos que teníamos los saltos con las diferentes luces, probablemente, tras repetir unas decenas de veces cada sección. Es bastante improbable que, pasado el primer nivel, podamos completar una sola secuencia a la primera. Cuando no falla la luz falla el salto, y cuando no, aparece un espino que no habíamos visto antes.
Recordaréis como From Software hablaba de combinar la frustración de la dificultad con la satisfacción de conseguirlo para alcanzar el éxito, pero lamentablemente, Schein no termina de satisfacernos. No es que el juego esté mal planteado en lo jugable, ni mucho menos, sino que nos deja muchas veces con la sensación de que es imposible "acertar" y que todo se basa en el ensayo y error.
Una de cal y otra de arena
Siendo honestos, el concepto nos gusta, pero como producto Schein está bastante verde. Tanto detalles de la interfaz como la falta de animaciones son propias de un producto en desarrollo, y un tanto injustificables por muy independiente que sea el proyecto. Es decir, comprendemos que sus animaciones no estén a la altura de las de Uncharted, pero en un juego donde morimos tantísimas veces, ni siquiera tenemos una animación para morir. El personaje se oscurece y suena un grito de dolor. Eso es todo.
Detalles como estos estropean una experiencia que ya de por sí no es demasiado vistosa, a pesar de estar basada en juegos visuales. Los diseños no están demasiado inspirados, y el doblaje es un tanto irregular. Las melodías sí que acompañan bien, sin destacar en exceso. La voz de la luz que nos guía está bien, pero la de nuestro protagonista no transmite demasiado. Dicho sea de paso, el juego está en inglés o alemán, aunque el idioma es algo totalmente prescindible, ya que su concepto es muy visual.
La verdad es que no hay demasiado más que comentar sobre el aspecto audiovisual. ya que Schein no arriesga demasiado en este aspecto. La variedad de los escenarios es escasa, y como ya indicábamos antes, a veces parece más una beta que un juego terminado. Por suerte, si lo estético no os importa demasiado, Schein sí que está más pulido en lo jugable, con situaciones bastante originales en su desarrollo, y con jefes finales que pondrán nuestra inteligencia a prueba.
Buenas ideas, pero muchos aspectos por pulir
No sabemos si estáis familiarizados con el desarrollo de videojuegos, pero Schein transmite muchas veces la sensación de ser una prueba de concepto, una idea jugable todavía por pulir para que reciba el aprobado antes de ser comercializada. El juego está completo y pulido, pero es en lo visual –gráficos, interfaz– donde parece que todavía falten algunas –por no decir bastantes– semanas de trabajo.
Aparte de esto, Schein es un juego muy correcto, difícil y con plataformas y puzles muy desafiantes. Es un juego para aquellos que busquen un desafío, que sepan armarse de paciencia, y que se vean capaces de repetir cada secuencia una y otra vez hasta conseguir averiguar cuál es el movimiento necesario para completarla. Todo ello sin hablar del desafío que supone acostumbrarnos a alternar entre las diferentes luces o la falta de ella.
Para concluir, sólo podemos decir que Schein es un juego con buenas ideas que pensamos que sabrá satisfacer a los que buscan una mezcla de puzles y plataformas, y sobre todo, un importante desafío que ponga a prueba tanto nuestra mente como nuestra habilidad con el mando. Ya decimos que echamos en falta una buena mano de "chapa y pintura" para que transmita sensaciones diferentes, pero si sois de los que piensa que la belleza está en el interior, Schein guarda mucha por descubrir.