Análisis de Rift (PC)

La competencia dentro del mundo de los juegos de rol masivos, es realmente abrumadora. Todos los años nacen propuestas, nuevas ideas y juegos, que intentan arrebatarle la corona al rey del género (de momento), el conocido World of Warcraft. Blizzard apostó fuerte por su videojuego online, y hasta ahora, muy pocos han podido hablarle de tú, y mucho menos, superarlo en cuanto a cuota de jugadores. Los primeros compases de un juego de rol online son muy difíciles y duros, y no han sido pocos los proyectos que se han venido abajo o que no han podido con el peso de las expectativas depositadas por crítica y público, y sí, a Final Fantasy XIV bien que podríamos referirnos, a menos, de momento.

Cuando se anuncia un nuevo juego de rol online, nos encontramos siempre con sentimientos muy encontrados, aderezados con una buena ración de escepticismo. ¿Tendrá mercado? ¿Cumplirá con unos estándares? ¿Será lo suficientemente bueno como para destacar entre la competencia y la oferta? RIFT es uno de esos juegos, que realmente, cumple con todas las preguntas. Trion es una desarrolladora novel, sin ningún desarrollo anterior. RIFT prometía buscar un nuevo paradigma en los juegos multijugador, y desde Vandal, creemos que lo ha conseguido, al menos, en parte. Por ello, y tras más de un mes de intensas pruebas, os ofrecemos nuestra visión y análisis de este interesante título, que por cierto, visto lo visto, parece que de momento, permanecerá inédito en nuestro país por una polémica decisión de la distribuidora (aunque podéis adquiridlo de manera online).

Portales, portales por todos lados

Su estilo es francamente continuista y poco innovador. De hecho, parece casi un calco de los juegos más exitosos. Olvidaos de un estilo de juego particular o diferente, y es que aquí, en RIFT, se ha apostado por enfocar de la manera más tradicional y clásica lo que podríamos llamar como base jugable. Últimamente hemos visto lo contrario, con juegos y franquicias que han apostado por un modo y un estilo de juego más parecido y habitual en la experiencia monojugador, donde el cliente o usuario vive su aventura, sin apenas interactuar con los demás jugadores, excepto en los momentos más puntuales o concretos, y siempre, con una excusa. RIFT es más parecido a World of Warcraft que a Champions Online o DC Universe, y eso se nota desde las primeras horas que transcurrimos en el mundo de Telara. Incluso, para los más puristas, quizás hasta demasiado, pero, si la fórmula es buena, ¿por qué no explotarla o usarla?

Nada más comenzar, y crearnos nuestro personaje (que podrá pertenecer a cualquiera de las dos facciones disponibles en el juego), tendremos un extenso tutorial que nos pondrá en situación. La historia de RIFT no es nada fuera de lo normal, y simplemente, nos servirá de pretexto para justificar nuestras acciones y el desarrollo del juego. Tendremos un objetivo básico que irá sirviendo de guía y esquema clave para nuestro avance y desarrollo como personaje. O lo que lo mismo: un desarrollo lineal. Y es por eso por lo que decimos que sigue el esquema de World of Warcraft (y de otros títulos de temática similar, pero seamos sinceros, ha sido el juego de Blizzard el que ha marcado un antes y un después al unificar y perfeccionar todos esos conceptos jugables dispersos en la historia del género). Nos pasaremos gran parte del tiempo de un lado para otro, pasando por diferentes zonas y mazmorras. El juego tiene establecido un sistema de niveles que lo lleva hasta el 50, que estará casi exclusivamente reservado para aquellos jugadores con más maestría, habilidad, y por supuesto, tiempo libre.

Telara, el continente o universo donde se desarrolla RIFT, es un mundo enorme, increíblemente abierto (dejando a un lado la linealidad del sistema de juego). Cuando decimos que es impresionante, lo decimos de verdad (y no por que haga falta un PC más que decente para moverlo bien) sino por el motor gráfico GameBryo. GameBryo nos brinda la oportunidad de recrearnos en un universo rico, sin cargas entre zonas, y con la posibilidad de disfrutar de una variedad de entornos muy destacable. Pasear y deambular por el excelente mapeado, será un placer bastante recurrente cuando no tengamos nada qué hacer (que será durante muy poco tiempo), pues como veremos ahora, el estilo jugable de RIFT nos obligará a echarle muchas horas. Gráficamente, y dejando a un lado las animaciones, tenemos que decir que la impresión general es muy buena. Visualmente RIFT repite todos y cada uno de los clichés del género y el arte de la fantasía heroica, pero para nada es malo o contraproducente. GameBryo es un motor con años a sus espaldas, y los más veteranos del lugar, se seguirán sorprendiendo ante la versatilidad que presenta.

RIFT basa su principal leitmotiv jugable lineal, en la adquisición y superación de los "rift" una serie de quest públicas, donde unos portales, que nos llevarán de un lado a otro, acapararán gran parte de la atención y el objetivo global del juego. Estas puertas dimensionales, estarán llenas de enemigos y peligros, y su aparición, será completamente aleatoria o azarosa, ya que nunca estaremos seguros de donde aparecerán. Estos portales pueden aparecer en cualquier momento, incluso cuando estamos en medio de una partida o misión en particular. Es decir, si estamos en plena labor de limpieza o recopilación de objetos o armas, nos será muy difícil no entrar en el portal interdimensional que se nos acaba de abrir y aparecer ante nuestros ojos. Según el número de jugadores que estemos en la particular zona o radio de donde se encuentra la puerta, la dificultad del paso a la otra dimensión será mayor o menor. Es decir, si somos más jugadores, mayor dificultad.

Además, cada portal es completamente diferente del otro, ya que en cada uno de ellos, tendremos que cumplir una serie de misiones concretas. Por ejemplo, nos encontraremos con portales donde el objetivo será aniquilar cuantos enemigos encontremos, otros, donde la búsqueda de objetos será primordial y otros, donde tendremos que defender un poblado o castillo de una invasión de criaturas. Estos portales son verdaderamente la principal novedad de RIFT (tanto que da nombre al juego en sí), ya que suponen todo un aliciente, divertido y original, que sorprenderá al jugador cuando menos se lo espera, aniquilando de un plumazo la monotonía de este tipo de juegos. Y es que son muy adictivos, y están tan bien integrados, que nos pondrán las cosas difíciles, ya que entrar en ellos, siempre nos será una opción muy atractiva.

El otro punto a considerar, dentro de las novedades que se nos presentan en RIFT, es la utilización de las "souls" o almas, que no vienen a ser otra cosa que los conocidos "jobs" o clases de los personajes. RIFT tiene una cantidad y un abanico de especialización realmente abrumador, con 32 roles diferentes, organizados y jerarquizados en cuatro grupos principales distintos, y que además, tienen la posibilidad de combinarse para generar clases nuevas. ¿Qué nos indica esto? Una gran (enorme) cantidad de personalización y dinamismo en el juego real. Uno de los fallos de la gran mayoría de juegos de rol online, es la tendencia a crear ciertas clases de personajes, idénticos, cuando se escogen clases. A efectos prácticos es una enorme pega, pues nos encontramos con avatares homogéneos, practicando el mismo trabajo o profesión. El dinámico esquema de trabajo de RIFT es otro de sus grandes puntos a favor, pues consigue que el jugador pueda adaptarse al entorno donde está jugando, así como a sus enemigos, eligiendo o perfeccionándose en una clase en concreto. Además, si se ve poco curtido, o débil en un apartado en concreto, siempre puede recurrir a mejorar o adaptarse escogiendo o combinando con otra clase. Esta opción, solo disponible cuando alcanzamos cierto nivel, nos brinda la oportunidad de combinar hasta 3 "souls" diferentes.

RIFT también ofrece una cantidad de contenido y soporte digno de ser mencionado. RIFT es un juego muy completo a nivel de contenido, sobre todo para ser un recién llegado. Tendremos cientos de mazmorras y quest, raids para jugar con grandes cantidades de jugadores, buenos eventos, un mercado lleno de objetos y piezas de coleccionistas, y un sistema PVP que no tiene nada que envidiar al de otros juegos de rol más consagrados. El abanico de opciones y posibilidades está muy bien planteado, y eso ayuda a que el jugador no se vea perdido o aburrido ante la falta de opciones. Siempre habrá algo que hacer.

En cuanto al soporte técnico, Trion está continuamente mejorando su obra, lanzando parches para mejorar el juego, y evitando que los servidores tengan problemas. Este tipo de juegos, recién salidos al mercado, y con poquísimo tiempo a sus espaldas, se someten a una verdadera prueba de presión. Causar una buena impresión lo es todo, y si por algún casual, los jugadores que han apostado por ti al principio se ven enfadados o descontentos con la experiencia global de tu juego, puedes darte por perdido. RIFT no experimenta caídas, problemas o fallos más allá de los normales del género. Todo parece bien terminado, depurado o completo. Una gran apuesta, y un gran resultado.

Realmente, como decíamos al principio, es una vuelta al matiz cooperativo y aleatorio que tenían todas las aventuras de rol online de tiempos pasados. Actualmente estábamos viendo como el género de rol parecía haber experimentado una cierta regresión monojugador, donde la mayoría del tiempo, nos encontrábamos solos deambulando por un mundo virtual, recogiendo objetos por doquier y subiendo de nivel frente a enemigos controlados por la máquina. Aun así, RIFT no es perfecto, y es que el excesivo juego lineal, puede ayudar a que, una vez hayamos completado gran parte de las misiones, dejemos el juego de lado. La sucesión de misiones, dejando a un lado los divertidos portales, puede acarrar una completa desidia al jugador, que verá cómo se recorre de un lado para otro el mapa varias veces. Hay muy pocas alternativas para incitar a rejugar el título con otro tipo de personaje. Está claramente enfocado para premiar la constancia y la regularidad en el juego, y es que, obviamente, gran parte de la gracia del título se desvelara llegados a un momento donde superemos el nivel 50. Pero, el problema, como hemos dicho, es el camino. Será difícil enganchar o motivar a aquellos jugadores que no disfruten de este tipo de juegos.

Finalmente, llegamos al punto más negro y controvertido del juego que tenemos entre manos, y que ya os hemos adelantado al comienzo de nuestro análisis: RIFT no ha tenido distribución física en nuestro país, y por ello, no contamos con doblaje o traducción a nuestro idioma. Es decir, aquél jugador que quiera disfrutar de la experiencia de rol online que ofrece el juego de Trion, tendrá que descargar el juego de la web oficial. Nada de comprarlo en tiendas. Comprendemos que sacar un juego así, en un mercado saturado de ofertas similares, es un tanto arriesgado, pero nos duele que muchos compradores potenciales, y aficionados al género, se queden sin disfrutarlo por culpa de una negativa de la distribuidora en el último momento. Una lástima, pues creemos que el videojuego tiene potencial para ir más allá de un simple "cero a la izquierda" en comparación con otros juegos consagrados, como AION o World of Warcraft. RIFT merecía más.

Conclusiones

RIFT es una propuesta sólida, como hace años que no veíamos. Tiene una base jugable muy conocida y típica, quizás hasta demasiado, pero no por ello lo hace peor juego. Tiene innovaciones muy interesantes y divertidas, como el amplio y dinámico abanico de profesiones o la maravillosa idea de incluir portales aleatorios que harán las partidas más amenas e imprevisibles. Además, vuelve a conseguir dotar a la experiencia rolera de un marcado componente cooperativo, que sinceramente, se echaba en falta tras las últimas propuestas más individualistas. Eso sí, no está exento de fallos, y es que el punto negro, sin contar la no traducción o distribución, es la excesiva linealidad y repetición de ciertos conceptos, que probablemente, alejen del juego a muchos jugadores que buscaban una alternativa.

¿Es entonces RIFT un juego fallido? Sí, y no. Sí lo es, por no tener un apoyo detrás que lo pueda promocionar, y por ende, convertir en lo que debería ser. Y no lo es, porque es lo suficientemente completo, variado y divertido, como para enganchar a todo aquél que se decida probarlo.