Análisis de Reservoir Dogs: Bloody Days (PC)
Videojuegos sobre películas existen muchos. La lista es larga y pocos son los lanzamientos que pasan a formar parte de los más memorables. Existe lo que podríamos calificar de nefasta tradición en relación a los juegos basados en producciones cinematográficas que hace que pocos se salven de la quema. Como en todo hay excepciones, pero pocas se salen de esta norma. Hace unos años Eidos nos puso sobre la mesa un videojuego de acción ambientado en el universo de Reservoir Dogs, la película de Quentin Tarantino, y ahora, la empresa española Big Star Games se alía con Lionsgate, propietaria de los derechos del filme, para dibujarnos un juego de acción basado en la licencia cinematográfica.
El estudio barcelonés se viste como los señores de colores y pretende contarnos una historia alternativa a lo narrado en el largometraje de Tarantino, pero con ingredientes similares en la receta: sangre a borbotones, disparos, conversaciones muy viriles y la elegancia de los trajes de chaqueta. Nótese lo de similares porque Reservoir Dogs: Bloody Days, nombre de esta propuesta, tampoco es el videojuego definitivo de aquel largometraje estrenado en las salas de cine a principios de los noventa. Jugablemente es un título de acción con perspectiva cenital en el que controlamos a los protagonistas de la película, pero que poco tiene que ver con aquello que nos contó el director.
Reservoir Dogs: Bloody Days nos pone en la piel de estos ladrones expertos en dar golpes a bares, discotecas, bancos y joyerías, y lo hace con una mecánica original de control del tiempo. A lo largo de los diferentes mapas que iremos desbloqueando mediante el dinero conseguido en los atracos, tendremos que controlar a dos o más personajes de forma simultánea usando el factor tiempo.
El personaje principal de la ‘party’ regirá la capacidad de rebobinar la escena hasta treinta segundos, con efecto VHS incluido, para decidir el camino a seguir a la hora de acabar con los enemigos.
Entramos en un banco y somos recibidos por los guardas de recepción. Nuestra misión no es correr en dirección a la caja, es exterminar a esta primera oleada y para conseguirlo no basta con pegar tiros: debemos avanzar con un personaje eligiendo qué área queremos limpiar, rebobinar y seguir con otro un nuevo camino a la vez que este primer personaje mantiene la ruta y las acciones que hemos prefijado. El tercer personaje que nos acompaña procede a continuación, también siguiendo nuestras indicaciones. El resultado son tres personajes que se mueven, cada uno con la ruta fijada, provocando un efecto. Es cooperativo con un solo jugador.
No es una mecánica sencilla de entender ni tampoco de jugar. Es una mezcla extraña entre la acción de Hotline Miami y la espera de los turnos de XCOM. Sobre el papel suena fenomenal por ser innovadora, pero en la práctica demuestra una ejecución mejorable. A veces fijamos la ruta de un personaje exterminando enemigos, rebobinamos para controlar el siguiente y en medio del combate lanzamos un disparo al aire que cambia el cauce de los acontecimientos y hace que el primer personaje quede vendido ante una muerte segura sobre la que no podemos hacer nada.
Reservoir Dogs: Bloody Days no es un videojuego difícil por sí mismo, es un título que se hace complicado cuando su mecánica no encaja con lo que el jugador espera. Demasiados factores combinados en un entorno cerrado que terminan chocando entre sí. Como propuesta, insistimos, es original y valiente (pocos juegos se atreven a lidiar con el control del tiempo), pero su planteamiento no termina de casar del todo ni como título de acción ni como videojuego dependiente de la película de Tarantino. Es confuso y falla, hace que enemigos eliminados en esa primera pasada queden vivos y estorben en el siguiente movimiento. Y lo peor es que no puedes hacer nada para evitarlo.
Técnicamente estamos ante un lanzamiento con una estética simplista pero efectiva, que hasta tiene su encanto y no se aleja demasiado de lo que hemos podido ver en juegos similares, pero que ni mucho menos es brillante. De hecho, la experiencia termina siendo repetitiva en lo visual, pero esto sigue siendo el menor de sus problemas. Tampoco mejora la carta del menú la banda sonora, que revisa muy pocos temas de la película con versiones básicas descafeinadas. Lo mismo sucede con el resto de elementos que hacen referencia a la película (estética de los personajes, frases célebres, etc.): todo parece estar colocado como excusa para dar forma a esta propuesta.
Conclusión
Reservoir Dogs: Bloody Days no solo falla como juego basado en la película de Quentin Tarantino, sino también como título de acción. Es un género con grandes exponentes en los que fijarse y donde esta propuesta lo tiene difícil por mera comparación. A pesar de su concepto original, que sus mecánicas de rebobinado no funcionen de forma correcta lastra toda la experiencia y acaba siendo una mala idea que empaña el resto. No goza de gran duración y la variedad tampoco juega a su favor. Como canta ‘Little Green Bag’, en esta propuesta buscarás la felicidad pero solo encontrarás soledad. "Lookin' for some happiness but there is so a loneliness to find…"
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Big Star Games.