Análisis de Prehistorik (PC)
En 1991, Titus Interactive lanzó Prehistorik para Amiga, Atari ST, Amstrad CPC y DOS, un juego de plataformas al que muchos a día de hoy consideran todo un clásico. A pesar de que solo contaba con siete niveles (incluyendo los jefes finales), su enorme dificultad tuvo a una gran cantidad de jugones de la época tirándose de los pelos delante de sus ordenadores durante horas mientras intentaban llegar al final.
Su propuesta era bien sencilla: éramos un troglodita que tenía que buscar comida para alimentar a su tribu, motivo por el cual nos embarcábamos en un viaje. Esto nos obligaba a recoger una cantidad determinada de comida antes de poder pasar al siguiente nivel, por lo que no solo nos teníamos que preocupar de avanzar y sobrevivir, sino también de recolectar. Sin embargo, estaba lejos de ser un juego perfecto, ya que sus controles dejaban mucho que desear (de ahí la alta dificultad de la que hemos hablado antes), con un salto muy poco preciso y muy difícil de dominar y una animación de ataque que nos obligaba a calcular milimétricamente cada golpe si no queríamos recibir daño.
Ahora, muchos años después de aquella aventura y de su secuela (la cual se lanzó en 1993), nos llega una revisión del título original, aunque en realidad se trata de una entrega totalmente nueva. El resultado ha sido un plataformas tremendamente simple, con un diseño de niveles muy mejorable y que se acaba en un suspiro.
Reimaginando un clásico
Si jugasteis a la versión de 1991, lo primero que os llamará la atención será el cambio que han sufrido los controles: ahora son muy ágiles, los saltos son bastante grandes, se puede correr y ahora los ataques están bien implementados, pudiendo incluso saltar encima de los enemigos para llegar a sitios que de otro modo serían inaccesibles. Sin lugar a dudas, esto es una gran mejora, ya que nos permitirá disfrutar del título sin tener que pelearnos con los controles (eso sí, os recomendamos encarecidamente usar un mando, ya que con teclado la experiencia pierde bastante).
En cuanto al desarrollo de los niveles, se sigue la misma tónica de recoger comida para poder pasar al siguiente, aunque ahora la cámara siempre seguirá la acción de nuestro personaje en todo momento. El problema es que estos están muy mal diseñados y nos obligarán a dar muchos saltos de fe sin saber muy bien lo que nos espera al otro lado. Para aliviar esto se ha incluido una opción para poder otear lo que hay más adelante, aunque el rango de visión es muy limitado y poco útil.
Por otro lado, la variedad de enemigos es nula y raro será el que nos dure más de un garrotazo, lo que provocará que ni siquiera los consideremos una molestia ante la facilidad con la que nos los podemos quitar de en medio. Algo parecido ocurre con los jefes finales, que resultan ser unos enfrentamientos ridículamente fáciles, mal planteados y que no conocen la palabra "reto".
De vez en cuando también nos encontraremos con algunos momentos que buscan romper con la tónica general, como secciones volando con un jetpack o haciendo surfing por una montaña montados en un cerdo. Son muy escasos y, al igual que el resto del juego, no están nada inspirados.
Otro de los aspectos heredados de los juegos actuales es el de la presencia de tutoriales, los cuales nos parecen totalmente innecesarios en un juego de estas características, especialmente por lo invasivos que pueden llegar a resultar, ya que solo nos cuentan cosas totalmente obvias (hay tutoriales incluso en el último jefe del juego, donde se nos indicará con toda precisión cómo exponer su punto débil y cuál es). Esto también se aplica a la búsqueda de secretos, debido a que cuando nos pasemos la aventura, una mosca nos irá señalando donde están todos los coleccionables ocultos y las letras de BONUS (las cuales nos permitirán desbloquear pantallas extras) cuando repitamos un nivel.
En cuanto a contenidos, Prehistorik no es un juego que vaya precisamente sobrado, ya que superar su "historia" principal solo nos llevará entre 45 minutos y una hora. Si por algún casual nos apetece conseguir el 100% tampoco será algo que nos lleve demasiado tiempo, ya que entre la mosca guía y la poca dificultad de la aventura (basada únicamente en hacernos dar saltos de fe) apenas tardaremos una hora más en completarlo todo.
A nivel gráfico, el título no puede esconder sus orígenes como juego para móviles, y bajo un aspecto visual más propio de un juego flash, nos encontramos con unos escenarios muy vacíos, poco variados y un apartado artístico bastante cuestionable. Además, existe un extraño efecto de iluminación algo molesto que suele recortar las siluetas de los personajes como si les diera el sol desde el fondo, aunque estemos dentro de una cueva. Lo único que podríamos destacar es la presencia de algunos guiños a películas como Star Wars y E.T., así como a juegos como Limbo (hay un nivel que copia descaradamente y sin tapujo alguno su estilo visual).
El apartado sonoro no es mucho mejor, y los efectos de sonido llegan a resultar tremendamente repetitivos, algo que también podría decirse de la banda sonora, la cual cuenta con temas alegres y desenfadados, aunque no demasiado inspirados, lo que hará que la ignoremos casi sin darnos cuenta.
Conclusiones
El revival de Prehistorik ha resultado ser un juego muy mejorable y carente de interés, especialmente si consideramos todos los juegos de plataformas en 2D que se han lanzado durante los últimos años gracias a los desarrollos independientes (muchos de ellos de gran calidad). Su anodino diseño de niveles, su cortísima duración, su baja dificultad, sus innecesarios tutoriales y sistemas de ayuda, y lo mal planteado de sus jefes finales lo hacen un juego difícilmente recomendable. Si buscáis invertir los diez euros que cuesta en un buen plataformas, hay títulos mucho mejores y más interesantes en los que gastarlos que este.