Análisis Pizza Tower, mucho más que un homenaje a Wario Land (PC, Switch)
2023 está siendo un año repleto de sorpresas. No solo estamos disfrutando de una gran cantidad de juegazos y títulos esperadísimos que han superado todas las expectativas, sino que también estamos deleitándonos con obras aparentemente salidas de la nada que de la noche a la mañana han acabado por convertirse en todo un bombazo. Buenos ejemplos de ello los tenemos en juegos como Hi-Fi Rush o el reciente Dave the Diver, aunque tampoco podemos olvidarnos del que se ha convertido en uno de los grandes fenómenos de Steam: Pizza Tower.
Hay muchísimos motivos por los que la humilde obra de Tour de Pizza ha conectado tan bien con el público, como bien demuestran su éxito comercial y su 98% de reseñas positivas en Steam, pero, al final, todo se reduce en algo muy simple: es una aventura de plataformas sobresaliente que desborda calidad por los cuatro costados.
La frenética e impredecible odisea de Peppino Spaghetti
Así pues, nos tocará acompañar a Peppino Spaghetti, un cocinero italiano, en su misión de destruir una gigantesca torre para salvar su restaurante, una mera excusa argumental como podría haber sido cualquier otra para ponernos a explorar una veintena de divertidísimas fases. Al igual que en los clásicos del género de los años 80 y 90, aquí la historia no podría ser más anecdótica y lo que realmente importa es pasárselo bien jugando, un objetivo que cumple de manera magistral.
De este modo, nos encontramos ante un juego de plataformas 2D muy inspirado por la saga Wario Land, lo que ya de por sí supone una gran alegría para todos aquellos que llevamos esperando 15 años a que Nintendo se decida a ofrecernos una nueva entrega de esta fantástica serie protagonizada por el rival de Mario. Eso sí, a pesar de que el referente es claro, Pizza Tower también tiene sus propias ideas y una personalidad muy marcada que le da una identidad única, por lo que es mucho más que una copia o un sucesor espiritual.
Su estructura es muy sencilla: cada piso de la torre tiene varios niveles y un jefe que guarda la llave que nos permite subir a la siguiente planta, pero para poder luchar contra este poderoso enemigo vamos a tener que pagar primero una cantidad determinada de dinero. Para conseguir ese dinero, deberemos encontrar en cada una de las pantallas principales los ingredientes que han encerrado en jaulas, así que no nos bastará solo con terminar las fases, sino que también deberemos explorarlas a conciencia para obtener los fondos necesarios. Hay cinco ingredientes que rescatar por nivel y si nos saltamos demasiados es posible que lleguemos a un punto en el que debamos repetir pantallas para encontrarlos y poder avanzar.
En lo puramente jugable, Pizza Tower es una auténtica maravilla que sorprende, sobre todo, por sus controles y la enorme movilidad de la que hace gala su protagonista, capaz de correr de un lado a otro a toda velocidad mientras se lleva por delante cualquier cosa que se cruce en su camino, de cambiar de dirección sin perder su inercia, de escalar paredes, de hacerse una bola para rodar y pasar por sitios estrechos, de aplastar lo que se encuentre debajo suya y de agarrar enemigos y otros elementos del escenario para usarlos como armas arrojadizas.
Lo mejor es que todas estas acciones son tremendamente satisfactorias de realizar a los mandos, ya que los controles responden con una precisión exquisita. Es más, podemos encadenar acrobacias y maniobras con total fluidez, lo que ayuda a hacer que el avance por los niveles sea extremadamente gratificante y divertido, algo que va a más en el momento en el que nos damos cuenta de que todos ellos están diseñados para que puedan superarse sin tener que frenarnos ni un solo instante mientras realizamos grandes combos que aumenten nuestra puntuación y nuestro rango final.
Ya que hablamos sobre el diseño de las pantallas, decir que estamos ante un título variadísimo que no deja de sorprender con nuevas ideas, mecánicas y locuras, por lo que siempre se mantiene fresco y nunca aburre. Tan pronto estaremos jugando una peculiar versión del minigolf que controlando a un personaje diferente, plataformeando a oscuras o huyendo de unos aterradores monstruos a los que no podemos derrotar, por mencionar tan solo unas pocas de las muchísimas situaciones distintas que viviremos.
No en vano, muchas veces sabe jugar de manera fantástica con nuestras expectativas para aportar algún giro inesperado en el desarrollo de ciertas fases y pillarnos con la guardia baja con cosas que ya dábamos por hecho que funcionaban de una manera, por lo que puede presumir de hacer de la sorpresa una de sus principales armas.
Es un título sin complejos de ningún tipo y muy alocado, de forma que nunca vamos a tener claro qué es lo que nos espera a continuación, algo que se agradece muchísimo en una industria que suele pecar de predecible, más todavía cuando esto llega acompañado de un tono tan humorístico como el que aquí nos encontramos, heredero de las series de dibujos animados de antaño.
Entre otras peculiaridades, conviene destacar que Peppino es inmortal, por lo que no existe un sistema de vidas ni de salud, una regla que solo se rompe en las batallas contra los jefes. Evidentemente, el título tiene un contador que registra todos los golpes que recibimos y sufrir daño implicará perder puntos, así que si queremos lograr el ansiado rango S de cada pantalla vamos a tener que jugar bien y manteniendo a salvo a nuestro héroe.
Gracias a esto, el título disfruta de varias capas de dificultad y profundidad que dependerán de los objetivos que nos marquemos. Si solo queremos completar la historia principal, tendremos una aventura muy asequible y sencilla en la que nuestra única preocupación será encontrar los ingredientes de cada fase, mientras que si pretendemos ir a por el 101% o alcanzar determinadas valoraciones, descubriremos un título muy exigente que nos obligará a repetir cada pantalla una y otra vez buscando las rutas más óptimas a la vez que ponemos a prueba nuestra habilidad con el mando para mantener el contador de combo lo más alto posible, lo que suele requerir un dominio total del juego, buenos reflejos y mucha capacidad de memorización.
Si bien en ambos casos nos ha parecido un juego divertidísimo y tremendamente disfrutable, tenemos que advertiros que si no pretendéis sacarle el máximo partido es posible que se os quede un tanto corto, ya que llegar a los títulos de créditos es una tarea que no debería llevaros más de 5 horas, una cifra que se dispara y multiplica a poco que queramos hacernos con todo.
Otra de las peculiaridades que toma prestada de Wario Land la tenemos en la posibilidad de "transformarnos" y ganar nuevas habilidades al ser golpeados por ciertos enemigos o tocar determinados elementos del escenario, las cuales nos serán muy útiles para llegar a sitios que de otro modo no sería posible, aportando por el camino mucha variedad de situaciones y mecánicas. Muchos de estos poderes están prácticamente copiados de la saga de Nintendo, aunque también hay otros tantos que son completamente nuevos y traen frescura consigo.
Continuando con las referencias y las similitudes, en casi todas las fases deberemos llegar hasta un pilar, derribarlo y volver al principio del nivel antes de que se acabe el tiempo, algo que nos ha recordado inevitablemente a Wario Land 4 y Wario Land: The Shake Dimension, pues en la huida se crean nuevas rutas que deberemos utilizar para llegar a tiempo, ofreciéndonos los momentos más frenéticos y tensos de la aventura, especialmente cuando entran en juegos algunos coleccionables que solo pueden adquirirse cuando todo empieza a desmoronarse.
Una locura genialmente animada
En lo que respecta a su apartado gráfico, el título hace gala de un pixel art que destaca especialmente por sus fantásticas animaciones, las cuales dotan de muchísima expresividad a unos personajes que no pueden quedarse quietos ni un solo segundo y que están realizando constantemente todo tipo de gestos, captando así con mucho acierto esa esencia de dibujos animados clásicos que se les quiere imprimir. Además, más allá de lo meramente estético, esto también ayuda a reforzar la sensación de frenetismo de su jugabilidad, consiguiendo que encadenar una maniobra tras otra mientras plataformeamos resulte en algo muy satisfactorio tanto de jugar como de ver. La parte más floja aquí se la llevan, sin duda, los escenarios, muy pobres en lo artístico, algo sosos y sin ningún tipo de atractivo especial que dote de personalidad a los diferentes mundos que visitaremos, lo que es una auténtica pena.
Eso sí, la banda sonora es simple y llanamente sobresaliente, deleitando nuestros oídos con una serie de temas animadísimos, pegadizos y en ocasiones hasta cañeros que encajan como un guante con todo lo que vemos en pantalla. Los efectos siguen la misma línea, con un montón de sonidos distintos, contundentes y muy reconocibles.
Conclusiones
Pizza Tower se ha ganado a pulso su fama y éxito. Un juegazo de plataformas en su esencia más pura y clásica que no solo recupera una forma de entender el género que llevaba abandonada desde hace mucho, sino que también sabe hacerlo con bastante estilo para ofrecernos algo único, fresco, rejugable, hecho con cariño y que desborda calidad. Una aventura impredecible capaz de sorprendernos a cada paso con un nuevo giro, una nueva mecánica o una nueva idea completamente inesperada que impedirán que nos aburramos lo más mínimo cuando tengamos el mando en la mano. Si os atrae lo más mínimo lo que propone, no dudéis en darle una oportunidad. Diversión garantizada.
Hemos realizado este análisis comprando el juego en Steam.