Análisis Olija, que tu arpón indique el camino (PC, Switch, PS4, Xbox One)
Para gustos los colores, dicen, pero hay que reconocer que muchos juegos son cada vez más largos, más complejos y requieren que el jugador se involucre más y más para poder disfrutarlo al máximo. Muchos de nosotros echamos de menos aventuras más directas y sencillas, con su principio y su final, y cuyo principal objetivo sea ofrecernos unas cuantas horas de diversión en sesiones de cinco minutos o de cinco horas. Olija es una de estas.
El periplo de Faraday
Olija es un juego de acción y plataformas desarrollado por Skeleton Crew Studio, un pequeño equipo japonés, que nos cuenta la historia de Faraday, un capitán cuyo barco sufre un accidente y que queda atrapado en una isla de la que intenta escapar. Se trata de un título bastante Uncharted, para que nos entendamos, pero con un desarrollo lateral y con un apartado gráfico inspirado por la máquinas de 8 y 16 bits, y juegos como el Prince of Persia original.
Así, recorreremos diferentes islas derrotando enemigos y encontrando secretos y ciertos objetos para progresar. Es un sistema muy directo: desde la isla principal, elige a dónde quieres ir, encuentra mapas para acceder a nuevas islas, y consigue llaves para abrir nuevas zonas. No es un metroidvania ni mucho menos –de hecho, es bastante directo–, pero sí que nos permite volver a ciertas zonas para acceder a áreas que antes estaban bloqueadas o buscar algún secreto que nos hayamos podido dejar atrás.
Una parte un tanto curiosa de Olija es que tenemos la opción de equiparnos un potenciador: un sombrero (a elegir de una pequeña colección que podemos ir fabricando con los materiales que encontramos) y que nos da una pequeña ventaja durante la partida, como permitirnos recuperar vida con cada enemigo que derrotamos o lanzar ataques adicionales. En la isla central, podemos conseguir otras mejoras, como aumentar nuestra salud total, o sacrificar algunas monedillas para enviar a un marinero en busca de materiales.
Machabotones, pero no mucho
A nivel jugable, Olija es muy sencillito. Partimos de ataques básicos que se irán complicando según desbloqueamos armas. La principal es un arpón mágico que nos permite teletransportarnos, aunque también encontraremos otras más terrenales como una ballesta o un trabuco. Los combates suelen solventarse con facilidad, y es posible salir airosos casi de cualquier situación machacando los botones con un poco de cabeza... hasta la batalla final.
Nos ha llamado la atención que la pelea final es un pico de dificultad considerable. Ojo, no es difícil, pero nos obliga a jugar «bien», algo que no hace el resto del juego. Tenemos que esquivar, usar diferentes estrategias y pararnos a pensar un poco. Aquí es donde más se aprecia el trabajo que Skeleton Crew ha realizado a la hora de diseñar el combate, y nos gustaría haber visto más situaciones así. Como nota, hemos jugado una versión aun en desarrollo, que se nos ha colgado tres veces en esta pelea final, por lo que quizás la versión final ve un ajuste en la dificultad, y en otros aspectos un tanto extraños, como no poder cambiarnos el sombrero en este enfrentamiento.
Otro apartado desaprovechado es el de los puzles. En el último tramo del juego conseguimos una espada mágica que también nos permite teletransportarnos, y aquí se nos presentan varios puzles en los que tenemos que combinar las habilidades de la espada y el arpón para avanzar. Puzles, también, sencillitos, pero que agradecemos y que aportan variedad, y que también nos habría gustado ver más.
Exploración pixelada
En lo técnico, no hay mucho que destacar. Como podéis ver en las imágenes, es un juego que apuesta por un apartado visual bastante simple, donde apenas se podrían mencionar las animaciones. Al menos funciona, y consigue crear una identidad propia y transmitir momentos importantes de la historia, ya sea con secuencias de «vídeo» o integrándolas en la jugabilidad. Todo ello con textos en castellano y una discreta banda sonora que funciona bastante bien.
Por suerte, vamos a encontrar una buena variedad de entornos y un buen diseño de niveles, también muy Uncharted, en el sentido de que siempre hay que ir «hacia adelante» pero es fácil perderse explorando en búsqueda de secretos. A poco que busquéis es fácil conseguir un buen porcentaje de secretos a la primera, y si queréis hacerlos todos siempre se puede volver. Por desgracia, no hay indicadores de qué nos falta en qué sitio, lo que puede acabar siendo una locura cuando nos queden pocos secretos por encontrar.
Un arponazo limpio y directo
Esto que vamos a decir es muy personal, pero al fin y al cabo, cualquier crítica es subjetiva. Olija es un juego que nos ha entrado genial porque, ahora mismo, estamos un poco cansados de superproducciones, de juegos de cientos de horas, de mundos abiertos y de roguelikes. Esta es una aventura sencilla y directa, de tan sólo unas cuatro o cinco horas, que no se repite, que siempre va introduciendo pequeñas nuevas ideas, y que entretiene hasta al final. Justo lo que necesitábamos.
Si os sentís como nosotros, seguramente la disfrutéis mucho y le perdonéis sus carencias. De manera un tanto más objetiva, es innegable que peca de simplona en muchos de sus aspectos, y que desaprovecha muchas cosas –como su combate– y con picos de dificultad –como el combate final– que, aun no siendo demasiado complejos, contrastan con la sencillez del resto de enfrentamientos. En cualquier caso, Olija es una divertida aventura 2D que puede llenar un vacío en vuestro catálogo.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código de descarga proporcionado por Cosmocover.