Análisis de Oceanhorn: Monster of Uncharted Seas (PC, PS4, Switch, PSVITA, Xbox One)
Inspirarse demasiado en el juego de una empresa que no es la tuya es algo que viene siendo más o menos habitual (y a veces, hasta celebrado) en la industria del videojuego. Todos sabemos el caso de Gameloft, que no da puntada sin hilo, pero hay otras empresas que de vez en cuando miran más de la cuenta a otras que les acompañan en las diferentes tiendas. Por ejemplo, el caso de Sony con PlayStation All-Stars Battle Royale (por Super Smash Bros. de Nintendo), Sega con Sonic and SEGA All-Stars Racing (por Super Mario Kart, también de Nintendo), Enjoy Up con Football Up (por Kick Off, de Anco), o Saints Row, el primero (por Grand Theft Auto).
Ejemplos podemos poner una barbaridad, y sin duda alguna hemos visto títulos que han hecho de la copia con estilo un acierto, como puede ser el reciente La Tierra Media: Sombras de Mordor, que coge de aquí y de allí para acabar siendo uno de los títulos que más han gustado el año pasado. Dicho todo esto, no podemos negar que Oceanhorn es un juego hecho a la medida de The Legend of Zelda. En concreto, de la primera entrega para Nintendo Game Cube, como se puede ver por el estilo gráfico y por estar muy centrado en el desplazamiento entre islas, surcando los mares a bordo de un barquito.
El origen de Oceanhorn se encuentra en Cornfox & Bros, una pequeña empresa finlandesa formada sólo por tres personas, y culpable de la conversión a plataformas móviles del clásico de Remedy de coches Death Rally, al que luego la editora alemana FDG Entertainment tuvo a bien acabar de dar forma, y añadir una serie de valores de producción realmente interesantes. Al principio apareció sólo para plataformas iOS, siendo considerado "la única manera de jugar legítimamente a un juego de Zelda en dispositivos iOS", (olvidando con esta afirmación el título Sacred Oddysey: Rise of Ayden de Gameloft, inspirado notablemente en The Legend of Zelda: Ocarina of Time), y ahora por fin ha aparecido en algo que suele tener incorporado un mando de manera habitual: un PC con Steam.
Oceanhorn: Monster of Uncharted Seas nos cuenta la historia de un niño que pierde a su padre porque éste se enfrenta al terrible monstruo Oceanhorn. Nuestro chaval empieza despertado por un colgante (al que le falta decir "Hey! Listen!" al principio del juego) y se lanza en pos de cumplir la misión que le ha dejado su progenitor.
Para ello, al principio, va armado con una sencilla rama de árbol, y lo único que puede hacer es desplazarse por los isométricos escenarios (no sólo de la manera habitual, sino que también puede hacer una especie de movimiento de aceleración temporal) y levantar - lanzar jarrones. Esto de lanzar jarrones supongo que os irá sonando, como lo será el poder hacer un ataque de carga, y cuando ya podamos comprarlas, lanzar bombas. Y si, la primera actualización de armas que tengamos será una espada y un escudo. Describir el juego a nivel jugable sería algo así como "Zelda en isométrica". Al menos es cierto que han tenido el detalle de emplear un tipo de vista que, si la memoria no me falla, no se ha empleado en ningún juego de Link y sus amigos.
Una vez hayamos acabado de explorar la primera isla (que sin embargo, nos deja secretos aún por encontrar posteriormente) podremos usar un barquito para poder alcanzar otros territorios, como si de Wind Waker se tratase (y si, al poco tiempo podremos disparar entre viajes a los diferentes objetos o enemigos que nos encontremos). En estos territorios por un lado nos encontramos con poblados trufados de personajes que además de conversación nos pedirán determinadas misiones, o nos permitirán comprar ciertos objetos, y por otro lado mazmorras que nos pondrán a prueba nuestra paciencia y habilidad, aunque sin llevarlas a ningún extremo.
Puzles en forma de uso de interruptores y de los diferentes objetos que podemos llevar en el inventario para poder avanzar habitación tras habitación, además de enfrentarnos a enemigos de tamaño pequeño, y finalmente a grandes jefes de mazmorra, que suponen el apogeo gráfico y de emociones de este título. Eso sí, de nuevo, cualquiera que haya jugado a las aventuras de Link y familia verá que estos grandes enemigos tienen patrones y formas que les resultarán similares, aunque algunos de ellos tienen sus puntos graciosos y sus detalles simpáticos.
A pesar de ser una especie de clon - homenaje de Zelda, Oceanhorn tiene un par de toques propios que lo diferencian algo del juego de Nintendo. El primero es que nuestro protagonista puede subir de nivel, algo que nunca le hemos visto hacer a Link, ganando experiencia y mejorando poco a poco, lo que nos permite acceder a cierto material que de otra manera no podremos conseguir. Otra diferencia, y que evidencia su origen móvil, son pequeñas misiones que van apareciendo de tres en tres por cada zona que visitemos, y que nos otorgarán pequeñas recompensas.
Gráficamente es un juego muy bonito, lleno de colorido y con un modelado realizado de manera que parece que estemos jugando con muñecos, debido a su brillo y sus formas redondeadas. No es una crítica, sino que este efecto realmente nos parece atractivo, dando ganas de meterse dentro de la pantalla para poder disfrutar de estos escenarios. Como pequeño defecto, más allá de su falta de originalidad en muchos de los aspectos que podemos ver en pantalla, está una extraña proporción entre los diferentes elementos del decorado, de manera que los personajes son bastante grandes respecto a los edificios, pero en cuanto entramos en ellos las proporciones vuelven a su proporción habitual.
En el aspecto sonoro la verdad es que el juego funciona bastante bien, pero hay que tener en cuenta que en esta versión de PC ha perdido a sus dos activos más conocidos, que son Nobuo Uematsu y Kenji Ito, que se han quedado en la versión que pagó el editor, pero hay que decir que en la versión original ellos eran la sal del guiso que había cocinado Kalle Ylitalo, así que aunque otros no lo sepan y ciertamente se pierde un poco, la banda sonora sigue siendo bastante buena sin la presencia de estos dos genios orientales.
Como veis, Oceanhorn es un juego muy completo, y que podremos disfrutar bastante en las 10-15 horas que dura para la mayoría de usuarios. Pero si ya tenemos una serie de juegos de Zelda en nuestro historial lo cierto es que pierde bastante brillo, y nos puede resultar poco inspirado.