Análisis de Moonlighter (PS4, Switch, PC, Xbox One)
La cosecha de juegos indies de este 2018 está resultando ser toda una sorpresa de lo más agradable y en cuestión de cinco meses ya hemos recibido una buena remesa de títulos de gran calidad, entre los que se incluyen auténticas joyas como Celeste o Into the Breach.
Ahora le toca el turno a Moonlighter, un modesto proyecto del estudio español Digital Sun Games que consiguió financiarse con gran éxito en Kickstarter en apenas un par de días, triplicando su objetivo de financiación inicial. ¿El resultado? Una aventura recomendadísima y enormemente disfrutable.
De tendero a héroe
La premisa argumental probablemente os sonará bastante: unas extrañas mazmorras son descubiertas en un remoto lugar, atrayendo así a multitud de aventureros deseosos de demostrar su valía, hacerse con sus tesoros y descubrir la verdad que ocultan, lo que acaba provocando la fundación de la aldea Rynoka a su alrededor, donde los héroes podían descansar y prepararse para sus expediciones.
Sin embargo, las aventuras en las mazmorras acabaron resultando ser demasiado peligrosas, lo que provocó que muchos perdieran el interés por ellas y el pueblo, poco a poco, fuese decayendo al perder su actividad de antaño.
El giro de tuerca llega en el momento en el que nos damos cuenta de que aquí no encarnaremos a ninguno de esos valerosos guerreros, sino a un joven tendero llamado Will que tiene que hacerse cargo de la tienda de su familia vendiendo todo tipo de utensilios, recursos y materiales, aunque su mayor deseo y obsesión es descubrir qué se oculta tras la última puerta de estas mazmorras, la cual nunca nadie consiguió abrir.
De este modo, su rutina diaria consiste en adentrarse en las mazmorras menos peligrosas, recolectar los materiales que buenamente pueda, y venderlos en su local al mejor precio posible, según dicte la ley de la oferta y la demanda. Pero, ¿y si fuésemos capaces de hacer lo imposible y llegar hasta el final de uno de estos extraños calabozos?
Así comienza una aventura entretenidísima que sabe plantear un buen número de misterios para picar nuestra curiosidad desde el primer momento y que se guarda todas sus sorpresas y revelaciones para la recta final, todas ellas lo suficientemente satisfactorias como para hacernos sentir que el viaje realmente ha merecido la pena.
En cuanto a su jugabilidad, esta se divide en dos partes bien diferenciadas. Por un lado tenemos las imprescindibles expediciones a las mazmorras. Existen varias distintas y estas las iremos desbloqueando poco a poco y de forma lineal. En cada una de ellas encontraremos entornos muy diferentes, distintos tipos de enemigos, materiales y recursos únicos y todo tipo de trampas y peligros esperando para acabar con nosotros.
Nos moveremos por ellas como si se tratase de un The Legend of Zelda clásico, con la cámara desde arriba, y la acción es en tiempo real, pudiendo golpear con nuestra arma (podemos tener equipados dos sets distintos entre los que podemos cambiar siempre que queramos con tan solo pulsar un botón), rodar para esquivar y utilizar pociones.
Los controles son muy sencillos, y a los típicos combos básicos que se realizan pulsando el botón de ataque, también tenemos que sumarle la acción secundaria del arma que estemos usando. Por ejemplo, si tenemos espada y escudo, podremos levantar el escudo para protegernos, mientras que si llevamos unos guanteletes, tendremos la oportunidad de cargar un potente golpe hacia delante.
En la práctica, esto, sumado a la posibilidad de tener equipados dos sets distintos, acaba propiciando unos enfrentamientos muy estimulantes y desafiantes, algo que se consigue gracias a la gran cantidad de enemigos distintos que saldrán a nuestro paso. Cada uno de ellos tiene sus propios patrones de ataque y puntos débiles, por lo que tendremos que cambiar nuestra estrategia y adaptarnos de forma constante.
Cabe destacar que estas mazmorras se generan de forma aleatoria cada vez que entramos, por lo que no esperéis calabozos con elaborados puzles y salas que se van interconectando según progresamos para abrir atajos. Aquí todo consiste en combatir y sobrevivir lo máximo posible mientras descendemos piso por piso hasta llegar al jefe final de turno.
Como podréis suponer, todas las salas están prediseñadas, por lo que realmente lo que cambia es la disposición de las mismas y si estas llegan a aparecer o no, algo que puede llevarnos a sentir cierta sensación de monotonía y déjà vu cuando ya nos conocemos la mayoría y empiezan a repetirse.
Lo bueno es que gracias a la tensión que el juego consigue generarnos intentando no morir y superarnos a nosotros mismos para llegar lo más lejos posible, esto acaba resultando ser un mal menor y que pasa un tanto desapercibido.
Y sí, hablamos de tensión porque morir significa perder todos nuestros progresos durante dicha expedición y que se nos caigan al suelo los objetos que llevásemos en la mochila. Aquí es cuando entra en juego el amuleto del mercader, un objeto que podemos utilizar siempre que queramos a cambio de unas monedas para volver al pueblo y asegurar todo nuestro inventario, por lo que nos tocará decidir en todo momento si queremos arriesgarnos a seguir o jugar sobre seguro y mantener todos los tesoros obtenidos.
Ya que hablamos de la ciudad, decir que, como buenos tenderos, nuestra economía dependerá de nuestras dotes de comerciantes, por lo que no será tan simple como ir a la tienda de turno a vender todo lo que no queramos.
En esta ocasión, tendremos que rellenar nuestro escaparate con los objetos que hayamos recogido en nuestras expediciones, fijando de forma manual el precio de los mismos. Una vez abramos la tienda, los clientes entrarán y le echarán un vistazo a nuestra mercancía. Nuestro objetivo durante estas secuencias será fijarnos en sus reacciones para saber si hemos puesto algo demasiado barato o caro, algo que se nos indicará con unos iconos muy ilustrativos, lo que nos ayudará a encontrar el precio ideal. Evidentemente, no esperéis que os compren algo que sobrepase por mucho su valor.
Como en la vida real, todo se rige por la ley de la oferta y la demanda, algo que afectará al valor de los ítems. Por ejemplo, si vendemos siempre lo mismo, acabaremos saturando el mercado, por lo que este se despreciará. Para ayudarnos con todo esto, contaremos con una útil libreta en la que se registrarán las últimas reacciones de nuestros clientes según el precio al que hayamos colocado cada objeto.
En la práctica, resulta un sistema muy original, fácil de entender y sorprendentemente adictivo que nos ha gustado mucho, dándole algo más de vidilla a las típicas gestiones de esta clase de juegos.
¿Y para qué queremos el dinero? Pues para mejorar el pueblo construyendo nuevos comercios que nos ofrezcan diferentes y útiles servicios, para expandir nuestra tienda y así obtener diversas ventajas, y para, evidentemente, pagar lo que queramos comprar en los mencionados locales.
El más importante de estos comercios lo tenemos en la herrería, donde a cambio de unas considerables sumas de monedas de oro y de los materiales requerido, podremos fabricarnos equipo de protección y armas, así como mejorarlos. En este juego no subimos de nivel, por lo que la única forma que tendremos de hacernos más fuerte será mediante el equipo, así que las visitas a este local se convierten en algo imprescindible.
Un buen detalle que han tenido en Digital Sun Games es el de permitirnos apuntar en una lista nuestros "objetos deseados" para que se marquen en nuestro inventario los materiales necesarios para crearlos, algo que nos vendrá muy bien para no vender por error los recursos que necesitemos.
Así pues, tenemos un juego con un "mazmorreo" muy divertido y entretenido, y una parte de gestión y progresión que funciona igual de bien, dando como resultado una aventura que os pasará fácilmente de las 20 horas de juego (todo depende del nivel de dificultad escogido y de vuestra habilidad).
Para rematar este conjunto de virtudes, destacar un apartado visual al estilo pixel art muy trabajado y elaborado con unas animaciones geniales y tremendamente fluidas, y un diseño artístico con mucho encanto y personalidad que emula a los clásicos sin olvidarse de ser él mismo.
La banda sonora tampoco se queda atrás, dejándonos para el recuerdo un conjunto de temas de gran belleza que ambientan a la perfección nuestras aventuras, tal y como podréis comprobar en el vídeo que encontraréis bajo este párrafo. Los efectos también son variados y de calidad, y aunque no hay doblaje de ningún tipo, podemos confirmaros que los textos están en perfecto castellano.
Conclusiones
Moonlighter apuntaba maneras desde su aparición en Kickstarter y ha sido toda una alegría comprobar que el producto final no ha decepcionado lo más mínimo. Una aventura de mazmorras con sabor clásico, con unas mecánicas de comercio tan sencillas como divertidas, y con un protagonista que dista de ser el típico héroe al que hemos encarnado ya mil veces. Y por si fuese poco, todo adornado con un apartado audiovisual casi perfecto. Uno de los grandes indies del año.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Steam que nos ha facilitado Digital Sun.