Análisis de Minecraft (PC, iPhone)

El mundo de los videojuegos podría definirse como uno de los más impredecibles de la historia. Si bien es cierto que la última tendencia del mercado es la de ofrecer unos gráficos y un sonido de lo más realista y perfeccionado, unido a los nuevos conceptos de mandos de control, la propia industria de vez en cuando nos recuerda porqué nos gustan tanto los videojuegos. Curiosamente, la manera de recordárnoslo suele ser la siguiente: presentando un videojuego que rompe esquemas, que es atrayente y, sobre todo, que engancha desde el principio. Es cierto que este año ha estado repleto de títulos excelentes para todas las plataformas, pero existe uno en cuestión que se lanzó en compatibles a modo de beta y que llamó la atención de toda una comunidad de usuarios. El concepto se regía por varias premisas simples: construir y sobrevivir en un basto mundo donde los escenarios estaban plagados de peligros cuando caía la noche.

Desde que se lanzó la beta de Minecraft, la desarrolladora de la obra, Mojang, han empleado mucho tiempo y esfuerz en recoger todos y cada uno de los comentarios que que la gente iba retransmitiendo a lo largo de sus partidas. Tanto bugs, que los había; como posibles mejoras para añadir en un futuro y que, sorprendentemente, se han ido añadiendo para mejorar la experiencia de juego, elemento que ha hecho que se trate de una obra hecha, entre comillas, por todos.

De la misma manera que el juego abre un mundo de posibilidades infinitas, el jugador también ha de plantearse su aventura de una manera u otra, es decir, que cada usuario debe decidir qué quiere hacer durante la partida: dedicarse a construir, esperar a que se vaya el sol para aniquilar a cuantos más enemigos pueda, un poco de todo, etcétera.

Podríamos definir el concepto de Minecraft como uno de los videojuegos que más libertad da el jugador a la hora de vivir su propia aventura. Si bien es cierto muchos juegos apuestan por esta temática y han obtenido bastante buena reputación entre crítica y ventas, Minecraft podría definirse sólo como el videojuego donde si quieres sobrevivir, lo harás, pero manteniendo un punto de cordura en el que utilizar todo lo que hay a tu alrededor. Se trata de ser creativo, de inventar mil y una filigranas para superar la noche y, de paso, probar tus propias habilidades para construir, pieza por pieza, el mundo de tus sueños.

La comunidad es un elemento donde se apoya mucho la obra, por lo que podemos encontrar bastos mundos como el de El Señor de los Anillos, Hogwarts (de Harry Potter) y demás hecho por piezas de Minecraft. Una auténtica maravilla que podremos vivir desde el primer momento en el que obtengamos una copia del videojuego. Podremos centrarnos en crear, en disfrutar de todos y cada uno de los escenarios que se han preparado para la ocasión y que seguramente se irán actualizando y añadiendo más a medida que escribimos estas líneas, o de lo contrario centrarnos un poco más en una de sus vertientes más divertidas y satisfactorias: la supervivencia.

Imaginad por un momento que nos despertamos completamente solos en un terreno desconocido. Todo un mundo a nuestro alrededor donde no tenemos ni idea de qué hacer, a dónde ir y qué podemos encontrar. El qué hacer es donde precisamente reside la diversión. Y es que aunque parezca mentira, la curiosidad es uno de los elementos más humanos que encontramos en el mundo real, y éste está presente en el videojuego durante toda la partida. Podremos decidir establecer un pequeño campamento para protegernos para ver qué ocurre durante los primeros días; buscar a alguien en el mundo al que pedir ayuda o simplemente comenzar a andar para ver qué podemos encontrarnos. El jugador es el protagonista, y el protagonista es el jugador.

Pero claro, todo suena muy bonito en un videojuego, pero si ocurriera en la vida real la cosa cambiaría, ¿verdad?. Pues no demasiado, puesto que dejando a un lado que despertar en un mundo hecho por cubos sea imposible, nuestra intuición nos ordenaría comenzar a recoger materiales, objetos útiles que utilizar, herramientas para conseguir comida, etcétera. Y todo esto está incluido en el videojuego y de una manera brillante. Hay que olvidarse, por una vez, de que estamos delante de un título de entretenimiento digital, por lo que no habrá extensos tutoriales ni fórmulas básicas para obtener un objeto preciado o una herramienta útil, sino que habrá que hacer uso del ensayo y error para favorecer el término de la supervivencia. Eso sí, siempre podremos hacer uso de la comunidad de jugadores que, gustosamente, nos ayudará en los primeros pasos de la aventura.

De esta manera, para crear objetos se ha utilizado un sistema bastante común dentro de este tipo de aventuras, donde su jugabilidad se basa en mezclar objetos. Por ejemplo, para atacar a enemigos necesitaremos una espada, que no encontraremos anclada en ningún lado, sino que tendremos que fabricar. Con varias piezas de hierro, un buen palo y un poco de maña crearemos una poderosa arma que nos acompañará durante toda la aventura. Y así ocurre con todos los objetos que deseemos crear, habrá que ir encontrando bloques de diferentes tipos de material y combinarlos para crear poderosos objetos, como escudos, armaduras, antorchas, etcétera. Lo mismo ocurre con el tema de las pociones, puesto que tendremos que encontrar ingredientes adecuados para mezclar y obtener mejunjes que nos proporcionarán efectos activos, secundarios, etcétera.

Pero hablar de supervivencia sin tener indicadores de salud es algo paradójico, por lo que en esta versión del juego, es decir, la versión comercial y completa de la obra, se ha añadido un punto a favor en la progresión del personaje. Más allá de que subamos el nivel de nuestro protagonista aniquilando enemigos obteniendo de esta manera puntos de encantamiento para emplearlos en objetos, tendremos un medidor de hambre que será vital para el buen desarrollo de nuestra historia. Pescar, cultivar frutas y hortalizas y cazar animales salvajes será una constante en la obra para poder cocinar y llevarnos algo rico a la boca. Las posibilidades, de nuevo, son infinitas, por lo que podremos dedicarnos a ir cazando a nuestro antojo, en función de nuestras necesidades, o de lo contrario construir pequeños huertos o granjas con animales para obtener, cada cierto tiempo, una serie de alimentos que llevar encima y disfrutar cuando queramos. Todo esto, evidentemente, es cuestión de la filosofía del jugador. Nunca será necesario construir una granja, pero sí es un detalle a tener en cuenta si queremos realizar una travesía larga a las catacumbas en busca de mineral u objetos preciados y no hay ningún animal salvaje en nuestras tierras.

El enorme mundo que nos rodea está determinado por diferentes condiciones atmosféricas, detalle que juega a su favor tiendo en cuenta que el mapa va generándose a medida que vayamos avanzando en una dirección. Es frecuente ver los típicos escenarios que podemos encontrarnos en el mundo, como por ejemplo un poblado bosque lleno de árboles y lobos sedientos de sangre, un desierto en el que poca agua encontraremos, colinas que requieren una actividad física que en la vida real pondría en un dilema a más de uno, etcétera. En función de dónde nos encontremos habrá una serie de minerales u otros, por lo que es interesante explorar todos y cada uno de los pasajes que vayamos encontrando para conseguir mejoras sustanciales en cuanto a calidad de vida.

El mundo de Minecraft está plagado de peligros, sobre todo si nos adentramos en las minas donde residen la gran mayoría de materiales raros que necesitamos para avanzar en la aventura. En la superficie, por otro lado, todo es más bonito y menos agresivo... excpeto cuando cae la noche. El transcurso del día a la noche deja una premisa muy clara: haz lo que puedas mientras haya sol, porque cuando la luna comience a brillar es cuando los enemigos más poderosos irán a buscarnos las cosquillas.

Los enemigos, así como los peligros que vayamos encontrando a lo largo de la aventura, son bastante dinámicos en función de la zona donde nos encontremos, por lo que habrá zonas en las que si no vamos bien equipados acabarán con nosotros en un santiamén. Huelga decir que el hecho de que la obra haya salido al mercado y que la comunidad haya sido un gran apoyo para el buen funcionamento del título, existe un objetivo marcado que hará saltar los créditos de la obra: matar a Enderdragon, el villano de la aventura. Sin querer destripar aspectos de una inexistente historia, sólo diremos que es uno de los enemigos más temibles que podremos encontrar en un videojuego y que nos llevará horas y horas llegar hasta él, por no hablar de matarlo, que puede acabar con la paciencia de más de uno debido a su complejidad. Sin embargo, queda patente en el artículo que lo importante no es el desenlace de la aventura, sino el progreso de nuestro personaje, el viaje que hacemos en el mundo y el camino que nosotros queremos seguir. Este enemigo final no es más que una excusa para que el jugador tenga un objetivo claro al que llegar cuando comience a aburrirse de buscar materiales, objetos, etcétera.

No obstante, el desarrollo de Minecraft está ligado a los comentarios de los jugadores que han tenido el placer de sentir la evolución de la obra desde sus inicios. El hecho de que la obra se haya hecho para compatibles ha abierto las puertas a toda la comunidad modder, que centra sus esfuerzos en crear nuevas experiencias basadas en un universo gráfico ya creado. De esta manera podemos encontrar aventuras completamente nuevas, parches descargables que mejorarán y suavizarán los gráficos para dotarlos de la ya expandida alta definición, etcétera. Todos y cada uno de los aspectos de la obra van ligados a la imaginación de sus usuarios, por lo que cada día puede ser una auténtica nueva aventura.

Por si esto fuera poco, esta nueva versión de la obra incluye un nuevo modo de juego que lleva el sello hardcore, ideal para los más atrevidos. Este modo de juego hará que entremos en el mundo como si lo hicieramos normalmente pero con la peculiaridad de que únicamente tendremos una vida, por lo que si acaban con nosotros -que acabarán, probablemente, en algún momento- tendremos que empezar la aventura de nuevo en otro mundo generado aleatoriamente. No apto para cardíacos.

Minecraft es una de esas bellas obras que no entran por los ojos, sino por su concepto. A simple vista, y con el desconocimiento en nuestra mente, parece un videojuego parco, incluso arcaico, de los primeros títulos tridimensionales que aparecieron en los ordenadores de la década de los noventa. Nada más lejos de la realidad, el hecho de que todo esté planificado con cubos hace que la creación de mundos sea mucho más fácil que empleando otros métodos. No se echarían en falta algún que otro detalle más, pero el juego es más que notable tal y como está. El único punto negativo que podemos encontrarle al juego, más allá de que más de uno no quiera atreverse a jugar por su estética simplista, es el apartado sonoro, que anda muy escaso en cuanto a repertorio. Pocas canciones, de poca duración y efectos, muchos efectos que se repetirán una y otra vez y que a veces hará que los jugadores prefieran jugar con música de sus propios reproductores.

Lo mejor de todo, sin duda, está por llegar. Ya que el juego está constantemente evolucionando. Podemos estar jugando tranquilamente un día, esperar un mes, y tener una serie de actualizaciones que han revolucionado, de nuevo, el concepto de Minecraft. El tema del multijugador podría ser uno de esos conceptos mejorables, puesto que para jugar tendremos que introducir los servidores manualmente, por lo que habrá que contactar con la comunidad de jugadores para poder acceder a partidas, etcétera, algo bastante arcaico en los tiempos que corren donde con varios clicks ya estamos disfrutando de cualquier obra en compañía. No obstante, repetimos, la desarrolladora pretende actualizar, al menos, durante el primer año de concepción de la obra, varios aspectos para hacer que la experiencia de juego sea cada vez más positiva.

En definitiva, Minecraft es uno de esos videojuegos que deben probarse antes de hablar de ellos. No es una aventura corriente, no tiene las guías de los juegos actuales y, sobre todo, no cuenta con unas guías básicas para disfrutar de la aventura, sino que es el propio jugador el que decide qué hacer y cómo hacerlo. Sin embargo, cuenta con el apoyo de toda una comunidad de jugadores que día tras día está disfrutando de una aventura que vuelve a hacerles sentir esa infancia en la que únicamente se podía jugar los fines de semana a la videoconsola.