Análisis de Might & Magic X Legacy (PC)
Cuando se anuncia que una saga clásica recibirá una nueva entrega tras años sin dar señales de vida, la reacción habitual suele ser la de desconfiar de ese producto, ya que en la mayoría de las ocasiones no suelen estar a la altura de los buenos recuerdos que dicha serie nos dejó en el pasado, algo que generalmente se debe al empeño que muchas desarrolladoras tienen por intentar renovar y actualizar sus mecánicas de formas poco acertadas.
En el caso de Might & Magic X Legacy, las expectativas en un primer momento eran incluso peores, ya que las últimas entregas de la saga original dejaron muchísimo que desear (tanto es así que por ello dejaron de lanzar secuelas), por lo que en un primer momento no teníamos demasiadas expectativas en que esta veterana serie volviera a levantar cabeza. Pero esto empezó a cambiar cuando pudimos echarle el guante hace unos meses a su primer capítulo, el cual nos dejó bastante satisfechos y consiguió devolvernos a una época que a día de hoy parece extinta, con un sistema de juego tremendamente clásico y fiel a las mejores entregas de la saga. Unas buenas sensaciones, que ahora, con el producto final ya en nuestras manos, podemos confirmaros.
De vuelta al rol más clásico
En Might & Magic X Legacy encarnaremos a un grupo de cuatro héroes que emprenden un viaje con el objetivo de llevar las cenizas de su difunto maestro a su ciudad natal. Esto es un simple punto de partida para una aventura de una escala muchísimo mayor, con un guion que hace gala de un interesantísimo trasfondo y que se va complicando poco a poco para mantenernos enganchados en todo momento, aunque al fin y al cabo, no deja de ser más que una mera excusa para lo que realmente importa: vivir aventuras, explorar mazmorras, combatir contra grandes bestias y finalmente, convertirnos en leyendas.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, mencionar que toda la aventura se desarrolla en primera persona, por lo que nunca llegaremos a ver a nuestros personajes más allá de en las ilustraciones de su ficha. Además, todos los mapas del juego están divididos por "casillas", por lo que solo podremos movernos de una a otra. Cada paso que demos contará como un turno, por lo que los enemigos de la zona harán también su movimiento y provocaremos que avance el tiempo.
Tal y como era de esperar, su sistema de combate va por turnos. En ellos, podremos seleccionar las acciones que queramos que realicen cada uno de nuestros héroes y en el orden que prefiramos, algo que acaba resultando más importante de lo que en un principio pueda parecer, ya que por ejemplo, podemos hacer que nuestros guerreros golpeen cuerpo a cuerpo para que luego nuestro mago realice un hechizo de aire que empuje al enemigo una casilla hacia atrás, permitiendo de esta forma que nuestro arquero ataque sin penalizador de daño. Como esta, hay muchísimas más tácticas y estrategias que tendremos que descubrir por nosotros mismos y que dependerán del grupo que nos creemos y de cómo lo evolucionemos.
En total existen cuatro razas distintas: elfo, humano, enano y orco. Cada una de ellas puede optar por tres clases distintas, todas con sus propias características, fortalezas y debilidades, por lo que una parte del reto del juego consiste en encontrar un grupo que sea lo suficientemente equilibrado como para poder cubrir todos los frentes. Si esta elección se nos hace demasiado complicada, al comienzo de la partida podremos escoger un grupo predeterminado bastante competente con el que afrontar la aventura.
A medida que ganemos experiencia y subamos de nivel, obtendremos diversos puntos que podremos repartir entre las estadísticas de los personajes y sus habilidades, por lo que el desarrollo de cada héroe es totalmente personalizable. Esto último es especialmente importante, ya que algunos objetos solo los podremos equipar si tenemos un determinado nivel de habilidad con los ítems de ese tipo. Lo mismo ocurre con los hechizos, los cuales nos requerirán un nivel concreto de especialización con la escuela de magia a la que pertenecen para poderlos aprender.
Este desarrollo tan libre de nuestros personajes, acaba por otorgarle al juego un valor rejugable muy interesante, ya que la experiencia y la forma de afrontar cada combate y situación varía muchísimo de un grupo a otro, lo que nos parece todo un acierto. Volviendo a lo que son las aventuras en sí, comentar que nuestros personajes necesitarán descansar cada cierto tiempo si no queremos que obtengan un penalizador por cansancio. Para ello necesitaremos tener provisiones y que no haya enemigos cerca, algo que de paso nos permitirá restaurar vida y maná. El problema es que el número de provisiones que podemos llevar encima a la vez es limitado, por lo que tendremos que gestionar con mucho cuidado estos descansos, especialmente cuando nos encontremos en el interior de una mazmorra.
Might & Magic X Legacy no es un juego precisamente fácil. Ya en su nivel de dificultad normal (el más bajo) nos pondrá en muchos apuros, como no tardaremos en comprobar cuando nos adentremos en sus primeras mazmorras. Cada combate supone un desafío a tener en cuenta, ya que no solo tendremos que tener en cuenta las acciones de cada personaje, sino también nuestra posición respecto a la de los enemigos. Si no tenemos cuidado, probablemente acabaremos en una situación en la que varios monstruos nos hayan rodeado, impidiéndonos huir mientras recibimos palos por todos los frentes, lo que suele equivaler a una muerte casi segura.
Además, los enemigos no quitan precisamente poca vida, motivo por el cual nos obligarán a llevar a cabo estrategias de todo tipo para sobrevivir. Si pensáis que aquí se puede avanzar aporreando el botón de ataque con todos los personajes, acabaréis mordiendo el polvo continuamente. Defender a los miembros más débiles, medir las distancias, reducir las defensas enemigas, fortalecer las nuestras y buscar pasillos estrechos desde donde solo puedan venirnos de uno en uno serán el pan nuestro de cada día, entre otros muchos factores a tener en cuenta. Esto es algo que se hace especialmente patente en los combates contra los grandes jefes finales, los cuales nos harán sudar sangre para tumbarlos y donde el más mínimo error supondrá nuestra muerte.
Por desgracia, se ha prescindido de incluir puzles y complicados acertijos que den variedad al desarrollo de las mazmorras y nos hagan estrujarnos los sesos para avanzar, algo que habría sumado muchos enteros y nos habría evitado caer en la monotonía en la que cae el juego en más de una ocasión, ya que básicamente iremos de laberinto en laberinto buscando las escaleras al siguiente piso mientras lidiamos con todo lo que vaya saliendo a nuestro paso. Hay momentos en los que tendremos que pensar y analizar detenidamente el escenario, pero no por puzles como tales, sino por situaciones de combate que se muestran en contra y a las que tendremos que darle la vuelta a la tortilla.
A todo esto tampoco le ayuda el hecho de que la variedad de enemigos sea más bien escasa. Por norma general no veremos a más de dos o tres tipos de monstruos distintos por mazmorra, y el título no escatima en reutilizar algunos ya conocidos pero con más nivel, lo que acabará por provocarnos cierto tedio pasadas varias horas. Lo sorprendente, es que incluso con estos defectos, el título consigue apañárselas para hacer que las horas se nos pasen volando y tenernos enganchados frente al monitor, lo que habla muy bien de una fórmula que muchos a día de hoy podrían considerar anticuada.
En lo que respecta a su apartado gráfico, no se trata de un título que vaya a estrujar toda la potencia de vuestros equipos más modernos, más bien al contrario. Nos encontramos ante un juego bastante discreto a nivel técnico, con unas texturas no demasiado buenas, unos modelados algo simples, efectos gráficos mejorables y unas animaciones un poco rígidas. Por suerte, esto lo compensa con un apartado artístico muy conseguido, gracias al cual se consiguen maquillar muchas de sus carencias, permitiéndonos así disfrutar de este mágico mundo sin demasiados problemas. Además, resulta muy de agradecer la gran cantidad de opciones de configuración de vídeo que ofrece el juego.
Finalmente, en cuanto al sonido, decir que Might & Magic X Legacy cuenta con una banda sonora de cierta calidad que ambienta muy bien las distintas situaciones que viviremos, aunque no llega a tener demasiada presencia y a la larga puede acabar volviéndose algo repetitiva. Por otra parte, el juego se encuentra doblado al inglés (tranquilos, los textos están en español), con una interpretación un tanto mejorable, aunque realmente las voces solo las escucharemos en contadas ocasiones.
Conclusiones
Might & Magic X Legacy puede que no sea un título para todo el mundo, pero aquellos que sigan disfrutando del rol más clásico y quieran enfrentarse a un buen desafío mientras viven aventuras de todo tipo se sentirán como en casa viajando por este mágico mundo y luchando contra todos los peligros que esconde. Si bien se echa en falta un desarrollo más variado y su apartado técnico no es nada del otro mundo, al final sabe engancharnos, dejarnos satisfechos y recompensarnos por nuestros esfuerzos, algo de lo que muy pocos juegos pueden presumir a día de hoy y motivo más que suficiente para que merezca un poco de vuestra atención.