Análisis de Might & Magic Heroes VII (PC)

Puede que hayan pasado ya 20 años desde que Might & Magic Heroes estrenara su primera entrega, pero lo cierto es que a día de hoy sigue siendo una saga que sabe cómo ofrecer mucha diversión y multitud de horas de juego como para mantenernos enganchados frente al monitor A lo largo de su historia, la serie ha sufrido un recorrido algo irregular, con entregas que se han convertido en auténticos clasicazos, como Might & Magic Heroes III, y otras totalmente olvidables (sí, te miramos a ti, Might & Magic Heroes IV).

Las dos últimas hasta la fecha (Might & Magic Heroes V y VI) han sido títulos muy competentes y divertidos que, sin embargo, carecían de ese toque tan especial que tuvo su tercera parte, algo a lo que teníamos que sumarle unos cuantos problemas (una dificultad desmedida y completamente desequilibrada en el caso de la quinta entrega y una simplificación de recursos en el caso de la sexta) que acababan por impedirles llegar a lo más alto.

Ahora, Ubisoft vuelve a la carga con el séptimo capítulo de la saga con una idea bien clara: reunir en un solo juego lo mejor que ha dado de sí la serie en estos veinte años para crear la experiencia Might & Magic Heroes definitiva.

¿Lo habrán conseguido? Simplemente tenéis que seguir leyendo para descubrirlo.

La experiencia de dos décadas

Por si hay alguien que desconozca la serie, decir que estamos ante un juego de estrategia y rol en el que exploramos diferentes mapas moviendo a nuestros héroes por turnos, teniendo que gestionar ciudades, mejorarlas con los recursos que obtengamos, reclutar criaturas para que se unan a nuestra causa, subir de nivel a nuestros personajes y equiparles para la batalla.

Si habéis jugado a cualquiera de sus predecesores sabréis jugar a este desde el primer minuto, y simplemente os tendréis que aprender el funcionamiento de las nuevas unidades y hechizos para desenvolveros con cierta soltura. Los combates, por supuesto, vuelven a desarrollarse sobre un mapa aparte dividido por casillas, pudiendo mover (siempre por turnos) a las criaturas que nuestro héroe lleve consigo.

Existen multitud de unidades diferentes (cada una pertenece a una facción concreta) y todas ellas tienen sus propias características exclusivas, tanto de rango de movimiento y ataque como de fuerza, tamaño y resistencia. Y todo ello sin contar que existen algunas con habilidades y capacidades especiales, lo que dota al título de muchísima profundidad a la hora de hacer frente a un grupo de monstruos o a un héroe rival.

Además, en cada turno nuestro héroe puede realizar una acción, ya sea atacando, lanzando un hechizo o utilizando una habilidad, y una vez lo hayamos desarrollado un poco os aseguramos que se convierte en un elemento clave para alzarnos con la victoria. Y podéis estar tranquilos, que no se ha vuelto a caer en el mismo error de permitir que los héroes puedan ser atacados durante los enfrentamientos, por lo que siguen siendo totalmente inmunes.

Una de las principales novedades de esta entrega la tenemos en el hecho de que los mapas de combate ahora suelen estar repletos de obstáculos de todo tipo, pudiendo utilizarlos como coberturas y obligándonos a planificar con cuidado nuestro avance por el campo de batalla, teniendo que adaptarnos constantemente a las variantes que ofrezca el terreno.

También nos vemos en la obligación de mencionar que ahora es más importante que nunca atacar por la espalda y por los flancos, ya que así obtendremos una jugosa bonificación al ataque, aunque no nos ha convencido demasiado el hecho de que no podamos seleccionar la dirección hacia la que queramos que mire cada unidad al finalizar su turno (que es algo que pide a gritos este sistema de daños), algo que nos ha dado más de un problemilla y un disgusto en ciertas situaciones.

Por otra parte, decir que regresa el sistema de caravanas para poder enviar nuevas unidades a nuestros héroes sin tener que pasar por una ciudad (evidentemente estas pueden ser atacadas, aunque ahora se han retocado para que no obstaculicen las entradas a las ciudades y fortalezas), el desarrollo de nuestros personajes vuelve a funcionar mediante un árbol de habilidades (en forma de rueda dividida por categorías, dándonos multitud de opciones para personalizarlos y diferenciarlos del resto) y el número de recursos disponibles vuelve a crecer de los cuatro de la anterior entrega a los siete clásicos, propiciando auténticas batallas campales para hacernos con el control de todos los edificios, minas y talleres posibles que hay repartidos por el mapa.

Como era de esperar, tampoco faltan a la cita los gremios de magos o las máquinas de asedio para atacar ciudades. Hablando de estas últimas, comentar que las fortalezas se siguen gestionando igual que siempre, es decir, permitiéndonos construir un edificio al día (lo que equivale a un turno) y reclutar nuevas criaturas cada semana. Además, regresan las zonas de control y la posibilidad de seleccionar a nuestros héroes como los gobernadores de las ciudades, lo que nos otorgará unas ventajas u otras.

El movimiento por el mapa de exploración también se ha mantenido intacto respecto a las anteriores entregas, por lo que la distancia que podremos recorrer será limitada (esta puede ser mayor o menor dependiendo del héroe, de los potenciadores e incluso del terreno). En estos escenarios nos encontraremos con multitud de actividades para realizar, como visitar edificios que nos mejoren de forma permanente o temporal, reclamar fuentes de recursos, batallar criaturas hostiles, conseguir cofres de oro (como es habitual, en vuestra mano estará repartirlo entre vuestras tropas para conseguir experiencia o quedaros con todo) y participar en todo tipo de eventos.

Por norma general, la exploración suele ser bastante cómoda e intuitiva, por lo que no tendréis mayores problemas para moveros por el mapa, especialmente considerando los muchos iconos a los que va cambiando el ratón para indicarnos el tipo de acción que podemos realizar en cada sitio. Eso sí, hay ciertos momentos, en los mapas con más de una altura, en los que nos ha costado ver qué es lo que hay en el plano inferior y, por tanto, seleccionar las zonas a las que nos queríamos mover. Son casos muy concretos y aislados, pero tenemos que mencionarlos.

En cuanto a las facciones, al tratarse de un juego que quiere reunir lo mejor de la saga, no se han querido arriesgar con la inclusión de una nueva, así que tenemos a seis viejas conocidas: Bastión, Santuario, Academia, Necrópolis, Silvanos y Mazmorra. No vamos a negar que hemos echado en falta alguna nueva, así como más clásicas (Refugio, Infierno...), aunque creemos que se ha encontrado un equilibrio aceptable entre ellas.

Entrando en lo que son sus modos de juego, tenemos una larga campaña para un jugador en la que Ivan, el líder del Ducado del Grifo, tiene que tomar una dura decisión frente a la presión que está ejerciendo su gran enemigo político para hacerse con el control del Imperio y dominarlo todo. Para ello decide escuchar las historias que sus consejeros le ofrecen, relatos del pasado que espera que le sirvan de lección para el presente y el futuro.

Cada historia pertenece a una facción y antes de poder emprender la campaña de epílogo tendremos que superar dos relatos como mínimo. Esta estructura le sienta muy bien, ya que las tramas argumentales de cada una de ellas son completamente diferentes, algo con lo que se le ha conseguido dar mucha variedad y frescura a su desarrollo. Además, las misiones están bien diseñadas y nos van introduciendo poco a poco, pero de forma muy correcta, en los entresijos y peculiaridades de cada facción, dándonos acceso a sus criaturas y posibilidades de forma gradual para no abrumarnos. Evidentemente hay muchas dificultades entre las que escoger, por lo que si queréis un reto, tened por seguro que lo encontraréis.

Una vez terminada la campaña (que si queréis hacerla con todas las historias, las 40 horas no os las quita nadie), nos queda la posibilidad de jugar partidas individuales contra la IA en diferentes mapas y bajo diversas condiciones, realizar duelos de un solo combate (nada de fase de exploración ni de gestión) con ejércitos predeterminados o aleatorios, o adentrarnos en su infinito multijugador, ya sea en LAN, en línea o hasta de forma local.

Dependiendo del mapa seleccionado se permiten más o menos jugadores hasta un límite de ocho y cuentan con muchísimas opciones de personalización, como el uso que queremos darle a la opción de combate rápido, si queremos jugar por equipos o no, los límites de tiempo para cada turno, permitir modo espectador, la dificultad de la IA que añadamos y un largo etcétera.

A nivel gráfico se trata de un título más bien discreto, con unos modelados que no pasan de lo simplemente correcto, unas texturas mejorables, unas animaciones horribles (sin duda lo peor del juego) y unos efectos sin demasiado alardes, aunque tenemos que admitir que la recreación del mapa de aventura y de las condiciones atmosféricas están muy conseguidas. Por suerte, el apartado artístico vuelve a estar a la altura, lo que acaba por conseguir que el juego nos deje imágenes muy bellas, salvando así sus carencias técnicas. Destacar la enorme cantidad de opciones de configuración de vídeo que trae consigo y lo bien optimizado que está el programa.

Finalmente, decir que el sonido nos ofrece una buena banda sonora orquestal que recoge muchos de los temas clásicos de la saga (quizás demasiados), ambientando así a la perfección todo lo que vemos en pantalla, aunque tras el paso de las horas se acaban por repetir más de lo que nos gustaría a pesar de su extensa lista de canciones. Los efectos cumplen bien su función y el doblaje inglés (se han perdido las voces españolas habituales de la saga, aunque al menos los textos sí están traducidos) nos ha parecido tremendamente irregular, con voces e interpretaciones muy forzadas y otras que se adaptan sin problemas a sus personajes.

Conclusiones

Con Might & Magic Heroes VII, Limbic Entertainment ha demostrado que ha sabido escuchar a los fans, incluyendo casi todo lo que siempre nos ha gustado de la saga en un solo juego, pero por el camino se han olvidado de incluir novedades de auténtico peso, por lo que la sensación final que deja es la de estar jugando al mismo juego que llevamos disfrutando desde hace 20 años, tanto para lo bueno como para lo malo.

Si este no es vuestro primer Might & Magic Heroes, ya sabéis perfectamente qué es lo que os vais a encontrar aquí, lo que debería facilitar considerablemente vuestra decisión de compra. Al fin y al cabo, si sus predecesores os han arrebatado multitud de horas frente a vuestro ordenador, no hay motivos reales para que no ocurra lo mismo con la séptima entrega a menos que ya os hayáis cansado de la serie. Simplemente no esperéis grandes novedades ni cambios en su fórmula, pues estamos ante uno de los capítulos más conservadores, aunque también uno de lo que más claro tienen qué es lo que ha hecho grande a esta veterana saga.