Análisis de Magrunner: Dark Pulse (PC)
A pesar de que las comparaciones siempre son odiosas, la primera vez que nos pusimos a los mandos de Magrunner: Dark Pulse, no pudimos evitar que Portal se nos viniera a la cabeza, una sensación que hemos tenido muy presente durante toda la aventura a pesar de sus esfuerzos por diferenciarse del aclamado título de Valve, algo que os ayudará a entender mucho mejor el funcionamiento de la nueva obra de Frogwares, ya que sigue un desarrollo jugable muy similar, aunque con algunos toques muy especiales.
El poder del magnetismo
En esencia, estamos ante un juego de puzles en primera persona de ambientación futurista, en el cual nos adentraremos en una especie de concurso de televisión.
Nuestro objetivo será tan simple como llegar a la salida de cada una de las salas del juego, algo que es más fácil de decir que de hacer. El diseño de estas habitaciones está cuidadosamente estudiado y tendremos que ingeniárnoslas muy bien para salir de ellas.
Para ello, contaremos con un guante especial que nos permitirá cambiar la polaridad de muchos de los objetos y elementos del escenario. Todo lo que tenga la misma polaridad tenderá a atraerse, mientras que los que no se repelerán (siempre y cuando se encuentren dentro del radio magnético de cada uno). Es aquí precisamente donde se encuentra toda la base de su jugabilidad, ya que con una mecánica tan aparentemente simple como esta se han conseguido plantear puzles realmente ingeniosos, en los que tendremos que tener en cuenta plataformas móviles, cubos y otros elementos de vital importancia para dar con la solución de turno.
Algo que nos ha sorprendido es la elevada dificultad de muchos de sus rompecabezas, los cuales nos han tenido durante bastante rato estrujándonos la materia gris, con la consecuente sensación de satisfacción posterior tras dar con la clave. Por desgracia, el diseño de los puzles resulta algo irregular y en líneas generales no son demasiado brillantes, por lo que alternaremos salas muy olvidables con otras dignas de un fuerte aplauso.
El terror de otro mundo
Por lo que os hemos contado hasta ahora, probablemente no hayáis encontrado demasiadas diferencias respecto a juegos como Portal o Quantum Conundrum, más allá de su mecánica de juego basada en los magnetismos, pero sí que cuenta con un factor diferenciador y muy bien recibido: los mitos de la literatura de H.P. Lovecraft. Sí, habéis leído bien. El Gran Cthulhu y varios monstruos salidos de la imaginación de este popular escritor de cuentos de terror tienen su protagonismo en esta aventura, algo que tendrá importantes consecuencias tanto a nivel jugable como argumentales.
No pasará demasiado tiempo desde que comencemos el juego hasta que empecemos a notar que algo no va del todo bien en las instalaciones de Magtech, la compañía que ha organizado la competición en la que nos vemos inmersos. Cortes de luz y extrañas retransmisiones de voz en mitad de cada prueba nos harán temer lo peor, hasta que criaturas provenientes de otra dimensión empiecen a aparecer por todos lados, convirtiendo el concurso en un infierno donde lo único que nos importará será salir con vida.
Llegados a este punto, nos veremos obligados en muchas salas a pensar y actuar rápidamente si no queremos acabar muertos, lo que añade un punto de tensión y de sorpresa (nunca sabremos lo que nos espera en la siguiente sala) muy poco habitual en esta clase de juegos. Sin embargo, creemos que se podría haber aprovechado mucho más esta premisa, ya que la tensión y las dosis de survival horror que se intentan incluir en ciertos momentos no están del todo bien explotadas. Algo similar ocurre con el argumento, el cual no consigue terminar de despegar.
Su duración depende mucho de lo que tardemos en resolver cada una de las más de 40 salas con las que cuenta el título, aunque lo normal será que lo completéis entre las seis y las ocho horas. Considerando su reducido precio de lanzamiento y que si se hubiera alargado más podría haber acabado por cansarnos más de la cuenta (algo que ya comienza a ocurrir en la recta final), nos parece una cifra razonable.
Gráficamente no es un título especialmente brillante y en este sentido se limita a cumplir sin mucha más ambición que la de resultar agradable a la vista, algo que consigue especialmente gracias a su buena dirección artística. A medida que avancemos, el caos se irá haciendo mucho mayor e iremos viendo cómo el aspecto limpio y artificial de los escenarios del juego se va transformando poco a poco, fusionando la estética de la dimensión de las criaturas con la de nuestro mundo.
Finalmente, en lo que respecta al sonido, decir que la banda sonora deja mucho que desear, ya que es muy poco variada y se repite enormemente, por lo que no tardaremos en cansarnos de escuchar las mismas melodías una y otra vez, las cuales además no están especialmente inspiradas. Los efectos de sonido son meramente funcionales y el doblaje en inglés (con sus respectivos subtítulos en español) cuenta con unas interpretaciones más que decentes.
Conclusiones
Magrunner: Dark Pulse no es un juego que vaya a pasar a la historia, pero sí que consigue hacerse lo suficientemente divertido e interesante como para mantenernos enganchados durante toda la aventura gracias a sus desafiantes puzles y a la original ambientación de la que hace gala (una historia de los mitos de Cthulhu ambientada en el futuro no es algo que veamos todos los días). Si te gustó Portal, echas de menos poner a prueba tu materia gris y eres un fiel seguidor de la literatura de H.P. Lovecraft, lo nuevo de Frogwares sabrá darte lo que buscas y no te decepcionará.