Análisis de Magical Gloves (PC)

Magical Gloves ha conseguido reconocimiento dentro de la escena de desarrollos independientes en España tras hacerse con el premio del festival de videojuegos independientes del CDV 2010, el congreso de desarrolladores de videojuegos, que tuvo lugar en Zaragoza. Se trata, como sucede tantas veces en la creación independiente, de un título de escasos recursos que busca tener por bandera la originalidad y el buen hacer.

El título se puede adquirir desde la web del estudio y lo cierto es que su calidad, reconocida por la asociación de desarrolladores de ocio interactivo digital (DOID), se ve potenciada por lo económico de su precio, 2 euros, y un acceso tan fácil como pagarlo a través de un mensaje a través del sistema SMS del móvil.

Su sistema de control con el ratón es muy sencillo, y una de las primeras cosas que piensas mientras lo juegas es que, además, es una propuesta que podría adaptarse muy bien a Wii o WiiWare en el futuro, dado que su control es sencillo y accesible con el ratón como eje principal, sin precisar complejas combinaciones de teclado. Lo cierto es que los estudios españoles han dado juegos de buena calidad en el servicio de distribución digital de Nintendo, y podría ser interesante ver cómo éste se suma a la trayectoria de éxito.

Nos lleva, así, a un mundo de magia y fantasía muy desenfadado que parece extraído de un cuento infantil en muchas ocasiones que tiene a la joven Mia Handwrite su protagonista. Se trata de una niña que debe rescatar a su hermano, que ha sido secuestrado por un maligno mago que tiene por objetivo último conquistar primero el mundo de libros en el que habita, y luego el mundo real. De esta manera, la aventura se estructura en 16 misiones diferentes que, a su vez, se desarrollan en cuatro mundos principales.

El juego es una aventura con algunos toques de plataformas que se ha construido sobre un entorno 3D que, eso sí, demanda unos requisitos muy espartanos al usuario, lo que lo hace compatible con la inmensa mayoría de ordenadores que están en casa. A lo largo de esta aventura hay que solventar una amplia cantidad de obstáculos, lo que se hace tanto con habilidad como con retos de corte más próximo al del puzle.

Nosotros ejercemos un doble control. Por un lado, gracias al teclado del ordenador, movemos a nuestra protagonista, pero el ratón lo usamos para interactuar con el mundo: ése es el guante mágico que da nombre al juego. Lo usamos para interactuar con enemigos, objetos, obstáculos… tanto con algo tan simple como agarrándolo, pulsando el botón del ratón, como empleando la física, bien llevada en el juego, para interactuar moviendo, empujando, o lanzando objetos, palancas, manivelas, etc.

No en vano, ese tipo de reto con claro corte de puzle es uno de los elementos principales de su jugabilidad. Lo importante es que funciona bien, y, como decíamos al principio, no hay más elementos complejos implicados en el control del título. El resultado es que nos recuerda en cierto modo al papel del segundo jugador en Super Mario Galaxy, sólo que jugando uno solo y con mayores opciones de interacción.

Así pues, la aventura comienza con puzles muy sencillos y lógicos que nos muestran cómo la física será importante: coge un objeto, busca con qué golpearlo, y haz que se rompa. Poco a poco la dificultad va creciendo, y requiere pensar un poco, aunque es un juego fácil, mucho, en todo momento. Hay, eso sí, misiones secundarias, así que mientras avanzamos debemos buscar también las páginas del libro dorado, una serie de ítems ocultos, y superar minijuegos de diferente tipo, que aunque siguen siendo muy fáciles, aportan al menos un punto de variedad adicional a su planteamiento y desarrollo jugable.

Todo ello hace que el juego se supere en unas cinco horas, lo que es poco para una aventura, todo sea dicho, pero si tenemos en cuenta su precio está bastante compensado, y muy en línea con los proyectos independientes que por un coste similar se lanzan en plataformas digitales, aunque hay, claro, notables excepciones. De todos modos, el juego supondrá un reto mayor para los pequeños de la casa, que seguramente sabrán disfrutarlo sin contratiempos, y para quienes los retos propuestos sí supondrán algo de dificultad extra.

Visualmente el juego es muy sencillo, e incluso resulta abiertamente feo a simple vista, pero lo cierto es que uno le va cogiendo el gusto poco a poco, y descubre detalles de calidad. Esto se debe a que las texturas son de calidad limitada, y la carga poligonal resulta mínima, aunque se traduzca, al final, en personajes angulosos con bastante personalidad.

Se compensa con un colorido brillante, y una perspectiva superior, casi cenital, que da mucho juego. Desde luego, está muy por debajo de lo que se podría llegar a ofrecer con los requisitos mínimos que demanda, pero cumple con lo marcado y se sitúa en una línea estética donde la personalidad pesa más que la potencia en sí misma, una simpleza que, al fin y al cabo, ha funcionado bien en sagas como Animal Crossing, y que acaba, como decíamos, teniendo cierto encanto.

A nivel sonoro tiene melodías sencillas, pero bien adaptadas al estilo de juego. Le falta algo de variedad, como en los efectos sonoros, pero cumple con los valores de producción asociados a un proyecto de estas características. Se complementa con gruñiditos para acompañar a textos que están en castellano, claro, pero también en catalán e inglés.

Conclusiones

El desarrollo de videojuegos en España no es la industria más potente, e incluso ahora las cosas están más difíciles. De vez en cuando salen juegos que, gracias a su calidad, atraen la atención del público, y sólo muy ocasionalmente se generan productos de la envergadura del último Castlevania. La época dorada del desarrollo de juegos en España pasó hace largo tiempo, y la mayoría del público extranjero recuerda con cariño las muchas horas que estuvieron con Commandos, y algún juego más de época de los ordenadores de 8 bits. Por eso la "industria" independiente es quizás más importante en España que en otros mercados, pues las oportunidades son claramente menores. Magical Gloves ha conseguido un importante galardón, pero hay muchos más juegos que muestran que hay un movimiento independiente español: Shogun's Fate o El Sello Mágico fueron los finalistas en estos premios, pero hay muchos más (The Creature, Kromaia...) que pueden sorprendernos con su originalidad, buen hacer, y capacidad de diversión.