Análisis Leopoldo Manquiseil, un divertido y puro plafaformas 2D (PC, Switch)
Los juegos indie cada vez van ganando más y más terreno. Y uno de los campos de cultivo más fértiles que han encontrado este tipo de producciones es el de las plataformas, especialmente las de toda la vida: las de jugabilidad completamente en 2D.
Es imposible enumerar los títulos de esta misma naturaleza que han llegado durante esta temporada (algunos de ellos magníficos), siendo Leopoldo Manquiseil el último en aterrizar. Un juego muy especial por varios motivos, comenzando porque ha sido desarrollado por el estudio indie español The Vanir Project y, lo más importante, porque el 75% de su recaudación irá a parar directamente a David Santos, uno de los fundadores de BadLand Games original que se está recuperando de una enfermedad importante (¡aprovecho para mandarte un saludo, David!).
Saltos en ¿Madrid?
La trama es tan surrealista y simple como meramente funcional, aunque por lo menos se notan las ganas de los desarrolladores de tratar de imprimir un aire de desenfado muy acentuado a su argumento. El héroe es David… o, mejor dicho, Leopoldo Manquiseil, su pseudónimo, quien debe convertirse en un héroe de la noche a la mañana.
La Asociación Maléfica Española (AME) quiere hacerse con el monopolio de la industria de los videojuegos en nuestro territorio. ¿Y con qué fin? Pues lavar el cerebro de todos los jugadores y hacerse con su control. Una historia para nada profunda ni especialmente cautivadora pero que tiene su gracia, sobre todo para quienes conocemos a Brunito Sol, Sara Borondo y demás miembros de esta redacción y de la industria del videojuego en general que van desfilando de cuando en cuando a lo largo de los 24 niveles de los que consta esta producción.
Dichas fases están aglomeradas en grupos de ocho, siendo cada uno de ellos un "mundo" diferente, si bien la acción tiene lugar en Madrid… aunque dada la simplicidad que muestran todos los fondos (de los que más tarde os hablaremos), bien podría ser cualquier otro lugar del mundo porque la ciudad no es para nada reconocible.
La disposición jugable que presenta esta producción es tan sencilla como era de esperar. Tenemos que ir superando en orden cada fase para llegar al jefe final de cada mundo, pudiendo mientras tanto presenciar escenas muy sencillotas en las que van apareciendo los personajes de turno que van explicando de pasada el argumento.
La mecánica de juego tampoco presenta demasiadas sorpresas. Con tres botones (salto, dash y disparo) debemos ir sorteando las diferentes trampas y obstáculos plataformeros que cada nivel integra. Dichas fases poseen una duración exigua, pero su nivel de dificultad es relativamente exigente… aunque se han habilitado multitud de puntos de control, así que el sufrimiento no es para nada demencial ni mucho menos. De hecho, es posible superar la aventura de una sentada en un par de horas, cifra que puede duplicarse si nos entretenemos en obtener los tres coleccionables (una estrella, un corazón y un trébol) que se encuentran repartidos en cada fase.
Por eso mismo la duración es sin duda el punto débil más importante que acapara esta producción (aunque no es el único), si bien es cierto que su precio es bastante bajo (5,99€). Una cosa por otra.
El diseño de los niveles no es especialmente sorprendente ni inspirado, pero tampoco está mal. Además a medida que progresamos vamos disfrutando de nuevas mecánicas, como hacernos con una pistola, disfrutar de fases más dinámicas a bordo de un vehículo o la posibilidad de recoger chilis picantes que alteran el comportamiento y las habilidades del protagonista.
El control también es bastante bueno y preciso, algo fundamental en este tipo de propuestas, y es posible realizar acciones como dobles saltos o dash aéreos con bastante sencillez.
Lo que no está tan conseguido es su apartado técnico y sonoro, así como su "puesta a punto". Está claro que estamos ante un título minimalista y muy sencillote en todo lo relacionado con su apartado gráfico, algo que nos parece perfecto. Lo que pasa es que tanto la estética de los personajes como, especialmente, la apariencia que presentan los fondos nos ha parecido demasiado simple y para nada llamativa. Otros juegos más o menos similares sí que han gozado de un tratamiento más vistoso dentro de su simplicidad, algo que se echa de menos en esta producción.
Por otro lado, en ciertas ocasiones puntuales (como durante un par de enfrentamientos contra jefes finales) es posible padecer ralentizaciones muy molestas. Y para acabar, también hemos sufrido más de un bug que, en algunos casos, nos han obligado a tener que resetear la partida y salir del nivel.
Y en cuanto al sonido, tampoco es que sea la parte más cuidada que ostenta esta producción, ya que a la monótona banda sonora se unen efectos minimalistas que cumplen con su cometido y poco más.
Plataformas 2D entretenidas pero efímeras
Los amantes de las plataformas 2D pueden disfrutar de una nueva propuesta interesante para Switch (que es la versión que hemos analizado) y PC que entretiene bastante mientras dura… lo que pasa es que dicha diversión apenas da para un par de horas de juego, las cuales se pueden extender un poquito más si queremos hacernos con todos los coleccionables. También hemos echado en falta algo más de chispa en su faceta técnica y un mayor grado de refinamiento en general, pero a pesar de estos inconvenientes y dado su precio reducido, no es una mala opción para los usuarios de dichos formatos.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código proporcionado por BadLand Publishing.