Análisis de Leisure Suit Larry: Reloaded (PC, Android, iPhone)

El crowfunding y más concretamente la plataforma de financiación Kickstarter, está sirviendo para recuperar viejos clásicos de los videojuegos, ya sea en forma de remake o secuela espiritual, en una gran mayoría de los casos pertenecientes a géneros minoritarios. La fiebre Kickstarter alcanzó su punto álgido a principios de 2012, y es ahora en 2013 cuando estamos empezando a recoger los esperados frutos.

Como Leisure Suit Larry: Reloaded, un remake del mítico Leisure Suit Larry in the Land of the Lounge Lizards, que apareció en diversos ordenadores de la época como Amiga, Apple II y PC, y que ya contó con un remake en 1991 con gráficos VGA y un control point-and-click, ya que al original de 1987 se jugaba mediante comandos de texto. El mismo año que se lanzó el todavía más mítico Maniac Mansion y su motor SCUMM, que hicieron quedar al juego de Sierra un tanto anticuado.

Si bien durante aquellos años Lucasfilm Games y sus aventuras gráficas partieron el bacalao, Sierra con sus series King's Quest, Space Quest y Leisure Suit Larry, nos dejaron momentos impagables. La clave del éxito de Larry, o le que le hizo llamar la atención de todo el mundo, es su descarada apuesta por el erotismo, algo no muy habitual en el mundo de los videojuegos. Es cuanto menos irónico, que 26 años después, sea todavía más raro ver videojuegos eróticos o pornográficos, un territorio que la industria todavía teme explorar.

Si bien su erotismo le sirvió para llamar la atención del gran público, a lo largo de los años la serie fue creciendo y ganándose el respecto de los jugadores de aventuras gráficas, gracias a su fantástico diseño y descacharrante humor. El punto culminante de la serie se produjo con Leisure Suit Larry 6: Shape Up or Slip Out! (1993) y Leisure Suit Larry: Love for Sail! (1996), dos juegos simplemente geniales, y a partir de ahí vino el declive del género y la más absoluta decadencia de la saga, con juegos como Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude (2004) y Leisure Suit Larry: Box Office Bust (2009), dos títulos que es mejor olvidar.

Teníamos ganas de volver a encontrarnos con el simpático, hortera y desgraciado Larry, en el género que le vio nacer y triunfar, el de las aventuras gráficas. Por eso nos alegramos tanto cuando se inició este proyecto, que ha contado en su diseño con Al Lowe, el creador de la serie, y Josh Mandel, un escritor y diseñador que trabajó en Sierra Entertainment. Le teníamos muchas ganas a Leisure Suit Larry: Reloaded, y no podemos ocultar que nos ha decepcionado bastante.

Básicamente nos encontramos ante el mismo juego de 1987-1991, al que se le ha dado un espectacular lavado de cara. Es cierto que se han modificado algunos puzles, reescrito los diálogos, añadido bromas, y algún personaje y localización nueva, pero el desarrollo es prácticamente el mismo, y de hecho a pesar de haber jugado el original hace tantos años, nos hemos acordado de la resolución de algunos de sus puzles. Esto encantará a los más nostálgicos, que quieran rememorar la aventura original tal cual, con un nuevo apartado gráfico, pero se cobra un alto precio por el camino: una aventura gráfica de 1987 hoy en día se siente un tanto desfasada. Por mantenerse, se ha incluido hasta el test de edad al iniciar la aventura, un gran detalle.

La premisa de Leisure Suit Larry es su propia historia, ya que no hay ningún tipo de desarrollo argumental. Tenemos que conseguir que Larry Laffer, un peculiar tipo de 40 años ataviado con un desfasado traje de los años 70, pierda su virginidad con alguna atractiva joven. Este es el principal objetivo del juego, conseguir que Larry "moje el churro", una premisa que se mantendría inalterada en el resto de la saga, y que da pie a todo tipo de hilarantes situaciones, para desgracia del pobre Larry. Todo consiste en Larry intentando llevarse a la cama a alguna de las atractivas mujeres que encontraremos, que nos dirán sus preferencias y por tanto, lo que tenemos que conseguir para camelarlas.

Nos sueltan en mitad de la ciudad, en la puerta de un bar, y sin ningún tipo de pista nos las tenemos que apañar para empezar la aventura. Aquí no hay pistas ni objetivos, nunca nos dicen que lo tenemos que hacer, lo que puede resultar un poco hostil para un jugador actual, muy acostumbrado a que le lleven de la mano. Los jugadores veteranos de aventuras gráficas estamos más o menos acostumbrados a esto, aunque precisamente lo que hizo a LucasArts unos maestros del género, es que sin darnos demasiadas pistas de lo que teníamos que hacer, sabías gracias a su argumento, y a un gran guión, cuál era siempre el siguiente paso. Casi siempre teníamos más o menos claro qué era lo siguiente que teníamos que hacer, lo que no sabíamos era el cómo. Los juegos de Sierra eran más hostiles en este aspecto, y Leisure Suit Larry es un claro reflejo de esto.

Tenemos como acciones principales andar, mirar, tocar-coger-usar, hablar, oler-lamer, y utilizar la bragueta, lo que da pie a todo tipo de chistes. Acabaremos usando la bragueta con todos los elementos del escenario para escuchar los divertidos comentarios del narrador. Lo primero que choca es que los elementos con los que podemos interactuar del escenario no se iluminan o resaltan de ninguna manera, y tendremos que ir probando con todo lo que creamos que sirve para algo. Esto consigue que tengamos una sensación de que interactuamos más con una ilustración que con un escenario de videojuego.

La interfaz, aunque sencilla de comprender, no es demasiado práctica. Con el botón izquierdo del ratón usamos la acción activa en ese momento –hablar, coger, mirar, etcétera-, y con el derecho vamos cambiando entre las distintas acciones. También podemos mover el cursor hasta la parte superior de la pantalla, y desplegar los iconos de las distintas acciones, así como tener acceso al imprescindible inventario.

El problema viene porque cuando tenemos alguna acción seleccionada –mirar, hablar- bragueta, etcétera-, cada vez que queremos movernos a otro sitio del escenario, o a una nueva localización, tenemos que elegir el icono de andar, lo que es bastante tedioso y poco práctico, y que bien se podría haber resuelto de otra manera. Si dejamos el botón izquierdo apretado desplegamos la rueda de acciones, pero tampoco es la mejor de las soluciones.

Una vez nos pongamos en faena, habrá unos primeros momentos de desconcierto, al no saber qué tenemos que hacer, ya que lo únicos que sabemos es que tenemos que conseguir que Larry pierda la virginidad. Por lo que hay que armarse de paciencia, observar los escenarios con tranquilidad, e intentar coger todos los objetos que podamos, para empezar a realizar acciones. Un estilo de aventura gráfica muy clásico, que se agradece, dando todo el protagonismo a los puzles y a los simpáticos comentarios sobre las acciones que intentamos realizar, dejando casi de lado los diálogos y la interacción con otros personajes.

Algo que llamará la atención al que no conociera el original es que podemos morir, aunque en la práctica esto no tiene ninguna repercusión, ya que volvemos a aparecer justo en el momento anterior a la muerte. Lo que sí que influye y mucho, y para mal, es su sistema de economía, ya que tenemos dinero finito, y tenemos que gastar pasta al realizar ciertas acciones. Al comprar determinados objetos, al usar las máquinas tragaperras, y lo que acaba siendo un problema, al montar en taxi.

Para desplazarse a otras localizaciones de la ciudad tenemos que llamar a un taxi, montarnos, elegir el destino, y pagar la carrera antes de apearnos. De coste variable, podemos llegar a pagar hasta 24 dólares por viaje, y solo empezamos con 94. Habrá momentos en los que si no ganamos dinero, no podremos movernos a otra localización, y la única manera de ganarlo es con las máquinas tragaperras o jugando al blackjack. Si nos quedamos sin blanca un mendigo en la calle siempre nos entrega 10 dólares, pero estos ni siquiera son suficientes para coger un taxi.

Al final, a no ser que tengamos mucha paciencia y tiempo, acabaremos haciendo trampas, guardando partida, jugándonos todo en una tragaperras, y cada vez que lo perdamos, cargando partida, así hasta ganar y conseguir una buena suma. De hecho en el tramo final de la aventura no solo necesitamos dinero para viajar, sino además una suma bastante considerable para agradar a una dama, por lo que inevitablemente, nos veremos avocados a hacer esto. Un error de diseño a nuestro parecer, que no aporta demasiado al conjunto.

Al no contar con pistas y no saber muy bien qué tenemos que hacer, es fácil quedarnos atascados, lo único que alarga la corta duración del juego. A nosotros nos ha durado 3 horas, y la verdad es que nos ha dejado con ganas de más. Es cierto que la resolución de algún puzle nos sonaba del original, pero es raro que os pueda durar mucho más allá de 4 horas, una duración que hoy día se antoja escasa.

Eso sí, lo poco que dura te lo vas a pasar genial, y te descubrirás interactuando con todo los elementos del escenario, ya sea con las manos, la lengua y el olfato, o la bragueta, para escuchar los descacharrantes comentarios de Larry y el narrador. Se han introducido algunos chistes adaptados a los nuevos tiempos, aunque se ha perdido la oportunidad de hacer todavía "más sangre" con los cambios producidos desde 1987 hasta ahora, algo que se aprovecha en muy pocas ocasiones.

El apartado gráfico es capaz de lo mejor y de lo peor. Por un lado el trabajo realizado en los escenarios, y en el propio Larry, es fantástico, se recrean las localizaciones del juego original de una manera fantástica, sin perder su esencia, pero añadiendo todo tipo de detalles, con un trabajo de arte fantástico. Pero en cambio el diseño de los personajes secundarios es muy pobre, no están a la altura de Larry, y además, están fatalmente integrados con los escenarios, parecen pegatinas superpuestas.

A esto tampoco ayudan las animaciones, bastante malas, con pocos cuadros de animación, y que además se mueven a trompicones, algo que empaña el fantástico trabajo de arte realizado en los escenarios. Un juego que luce mucho mejor en imágenes, en estático, que en movimiento. A destacar las ilustraciones de las muchachas que intentas cortejar mediante un diálogo, muy acertadas, de alta carga erótica, no tanto luego su personaje en el escenario.

El sonido es excelente, tanto la voz de Larry y el narrador, como la genial banda sonora creada por Austin Wintory, el premiado compositor de Journey, quien realiza aquí un notable trabajo, recuperando algunos de los de temas clásicos y adaptándolos a los nuevos tiempos, siempre en clave de jazz. Un sonido más propio de una gran producción, que se eleva por encima del apartado gráfico, que cuenta con altibajos. En cuanto al idioma, llega con voces en inglés y subtítulos en castellano, en un trabajo de traducción simplemente impecable.

Bienvenido Larry, esperamos volver a verte

Aunque no con todo el acierto que esperábamos, nos alegramos de la vuelta de un personaje tan querido y especial como este, un mito para los amantes de las aventuras gráficas. Buen homenaje para los que quieran recordar el título original, floja aventura gráfica para quienes quieran descubrir la saga por primera vez. Lo que peor funciona en este remake es precisamente lo que recupera jugablemente del original, su anticuado diseño, ciertas mecánicas tediosas o frustrantes, o su falta absoluta de argumento.

En una entrevista con Al Lowe el año pasado, este nos dijo que si Leisure Suit Larry: Reloaded tenía éxito, era muy posible que se pusieran a hacer remakes de todas las entregas de la serie. Y nosotros nos preguntamos, ya puestos a escribir, modificar los puzles y redibujar todo desde cero, ¿por qué no entregas nuevas? En cualquier caso, y pese a sus errores, nos ha conseguido quitar el mal sabor de boca de las lamentables apariciones del personaje en los últimos años, y ya sea en forma de remake o nueva entrega, si está hecho con el cariño y mimo de este, recibiremos un nuevo regreso de Larry con los brazos abiertos.