Análisis Laika: Aged Through Blood, sed de veganza motoidvania (PC, Switch, PS4, PS5, Xbox Series X/S, Xbox One)
El género metroidvania se ha convertido en uno de los más atractivos para los estudios independientes. No sabemos muy bien el porqué (¿quizás por el éxito de juegos como Hollow Knight?), pero su popularidad es indiscutible. Y si encima pueden meterle un poco de soulslike, mejor que mejor. En esta oleada de metroidvanias soulslike (muchos de ellos también, pixelart), cada vez es más difícil recordarlos todos, por eso cuando aparece algo como Laika: Aged Through Blood, atrapa nuestra atención automáticamente.
Acción, venganza y acrobacias sobre ruedas
Laika: Aged Through Blood es un metroidvania de acción en dos dimensiones cuya jugabilidad recuerda inevitablemente a la de My Friend Pedro, sólo que cambiando el monopatín por una motocicleta. La temática, eso sí, es muy diferente, ambientándose en un la especie de salvaje Oeste con animales antropomórficos envueltos en una larga batalla en la que nuestros protagonistas luchan por defender su territorio, y que deriva en una historia de venganza.
Generalmente controlamos a nuestra protagonista, una madre coyote, sobre la mencionada motocicleta, con un control parecido al de la saga Trials, pero más ágil, con el añadido de usar el segundo stick para disparar. Aparte, tenemos la posibilidad de derrapar, que nos permite tanto cambiar rápidamente de dirección como esquivar y desviar disparos enemigos.
Claro que tanto recargar munición como desviar estos disparos requiere hacer una acrobacia (un mortal hacia atrás o hacia delante, respectivamente), por lo que tenemos que tener en cuenta dónde podemos recargarlos durante los enfrentamientos.
Es in juego relativamente difícil, en el que matamos y morimos con un único disparo, pero con una enorme cantidad de puntos de control, por lo que nunca llega a ser frustrante. Eso sí, si morimos perdemos vísceras (una especie de moneda en el juego) que podemos recuperar si volvemos al lugar de nuestra muerte. Ya sabéis, que no falte el toque souls. Y sí, vamos a morir muchas veces, sobre todo durante las primeras horas hasta que nos hagamos a los controles, y hay ciertos momentos en los que necesitamos preparar cierta estrategia para acabar con los enemigos. El combate tiene cierta profundidad, y no sólo tenemos que tener en cuenta la importancia de apuntar y no fallar, o dónde realizar los mortales, sino que la parte baja de nuestra moto puede desviar las balas rivales, por lo que cómo y cuando hacemos el giro es determinante para nuestro éxito.
Un mundo lleno de peligros
En Laika: Aged Through Blood, vamos a explorar un páramo posapocalíptico dividido en diferentes zonas. Obviamente, como buen metroidvania, vamos a ir desbloqueando nuevos caminos y nuevas zonas que explorar, aunque no es un mapa demasiado enrevesado, y los aficionados más acérrimos al género pueden encontrar el mapa algo simple. Complejidad aparte, a nosotros nos ha parecido muy interesante en su diseño, sobre todo por cómo todo gira en torno a movernos sobre dos ruedas.
Además, se recompensa bastante la exploración, tanto con materiales que necesitaremos para fabricar materiales como con algunos secretos. Nuestra mayor pega es que el backtracking no es demasiado ágil (y hay bastante), y aunque mejora según avanzamos, nos esperan algunos paseos innecesariamente largos. Entendemos que es parte del género, pero con un vehículo que no es precisamente el más ágil, a veces hemos echado de menos una manera de movernos con mayor comodidad por el mapa.
Los jefes también nos han parecido mejorables. La mayoría tienen uno o dos movimientos que se repiten constantemente, y algunos, además, se pueden hacer bastante largos, por lo que, al menos para nosotros, no han sido la parte más divertida del juego. Por suerte, no perdemos vísceras y aparecemos automáticamente en la sala del jefe si morimos, haciendo que las inevitables muertes sean menos frustrantes.
Un envoltorio sensacional
El núcleo jugable de Laika: Aged Through Blood es genial, pero no podemos dejar de darle mérito que se merece a su envoltorio. Artísticamente nos parece una pasada, con escenarios fantásticos dibujados a mano, con muchísima personalidad, y que se las apañan para ser muy diferentes entre sí en un entorno tan potencialmente monótono como un páramo. Los personajes no se quedan atrás, con unos diseños que nos han encantado y que, unidos a la historia, nos han hecho conectar con ellos inmediatamente.
La historia y la narrativa tampoco se quedan atrás. Dentro el estereotípico marco de un western, sabe contar con muchísimo acierto esta historia de venganza, sorprendentemente dura para un título que puede, a priori, parecer estar dirigido a un público más joven. Como videojuego español, los textos nos llegan en perfecto castellano. Todo esto queda rematado por una sensacional banda sonora compuesta por Beícoli que tenemos que ir desbloqueando poco a poco, pero que es la guinda del pastel. Audiovisual y narrativamente, no podemos ponerle ninguna pega.
Un satisfactorio giro a la fórmula metroidvania
Laika: Aged Through Blood nos ha sorprendido muchísimo. Con un concepto que, sobre el papel, podría parecer extraño, la ejecución de este metroidvania sobre ruedas muy, muy buena, combinando con muchísimo acierto su jugabilidad, su puesta en escena y su narrativa para atraparnos durante horas. Siempre hay algo de margen de mejora, como el backtracking o lo repetitivo de algunos jefes, pero en general creemos que merece mucho la pena. Si no estáis seguro, tenéis una demo disponible que debería ayudaros a aclarar cualquier duda posible.
Hemos realizado este análisis en Steam Deck con un código proporcionado por Thunderful.Games.