Análisis Knights and Bikes, aventuras fantásticas en compañía (PC, Switch, Xbox One, PS4)
Hace ya años que dos exdesarrolladores de Media Molecule anunciaron un proyecto en un nuevo estudio independiente, Foam Sword Games: Knights and Bikes. El desarrollo ha pasado por campaña de financiación en Kickstarter y después se confirmó que Double Fine sería la editora del juego. Tras lo que ha parecido mucho tiempo de espera, el juego ya está disponible en PS4 y PC.
Desde el principio siempre ha llamado la atención por su aspecto gráfico y la idea general: un cuento sobre las aventuras de dos chicas -Demelza y Neesa- que derrochan imaginación y no tienen problemas para entretenerse con cualquier cosa. Al principio son completas desconocidas, pero rápidamente harán buenas migas y se embarcarán en una fantasía con dragones, extrañas criaturas, tesoros y reyes.
Quizás le falta algo de más gancho en la parte jugable, pero sin duda llamará la atención de los usuarios más nostálgicos que pasaron por unas vivencias similares –de ahí que unos jugadores conectarán más o menos con el mensaje que trasmite-.
Una aventura en compañía
Lo que podemos esperar de Knights and Bikes es una sucesión de eventos que mezclan realidad y ficción. Unos gansos podrían convertirse en criaturas peligrosas, unas pelotas de golf en monstruos agresivos, una cueva en una guarida secreta y cualquier recorte en cartón simular un personaje o enemigo. El juego transcurre en varias localizaciones en la isla Penfurzy –basada en Cornwall- a lo largo de casi una semana, pero rápidamente quedaremos atrapados en la imaginación de las niñas y los bosques, el puerto o parque de atracciones se convertirán en algo más fantástico.
Alguien podría pensar que hablamos de un juego infantil, porque lo pueden jugar los más pequeños, pero probablemente lo disfrutarán más aquellos que recuerden sus juegos con amigos, las tardes de verano y los paseos con bicicleta. Es por eso que Knights and Bikes incluye cooperativo local y online, porque es perfecto para jugar con hermanos, amigos o hijos. No obstante, si optas por el modo solitario no encontrarás grandes problemas para superarlo, y la inteligencia artificial actuará en los puzles –colocarse sobre un interruptor que se activa por peso- o enfrentamientos donde se necesite la colaboración.
Discos voladores, bicis y botas de agua
Cada protagonista tiene una serie de habilidades que son útiles para resolver cada situación, y en solitario podrás cambiar el control de una a otra con un botón. Una de ellas comienza con botas de agua, que sirven para saltar sobre charcos… pero también para dar patadas y caer con fuerza sobre objetivos. La otra empieza con un disco volador, un proyectil útil para golpear a distancia. Más adelante se conseguirán otros objetos y herramientas del estilo de globos de agua, un desatascador o un guante de juego retro tipo Power Glove.
¿Para qué sirven estos movimientos? Pues en determinados contextos aparecerán dianas que, a modo de minijuego, abren una puerta o activan algún mecanismo. O serán atacadas por enemigos y deberemos entrar en acción haciendo uso de estas "armas". Lo más interesante es que ciertos ataques se pueden combinar entre sí para dar mejores efectos; por ejemplo, si Neesa lanza el disco a Demelza, ésta da una patada para que rebote y dañe a más enemigos, e igualmente patea los globo de agua.
La lástima es que este aspecto del juego es bastante simple y en la práctica no da más de sí que para golpear o lanzar proyectiles constantemente, y sólo en la recta final habrá alguna mínima variación. Evidentemente la lucha no es el enfoque del juego, en ningún momento aspira a ser un hack’ n slash pero es un hecho que hay muchos combates, que son de una dificultad bajísima, y que tampoco será necesario ser creativos con los ataques para avanzar. Con una chispa en este apartado Knights and Bikes daría una sensación de ser más redondo.
Los puzles son una cuestión más positiva, transmite que estamos explorando un mundo imaginativo. Hay un obstáculo temprano en el que aparece una puerta cerrada y al lado una verja tan baja que cualquiera de las niñas podría saltar, pero entonces recuerdan que no es así como se juega: hay que buscar otra solución. Detalles como este, o la personalización de las bicis, hacen que Knights and Bikes sea mucho más divertido como "experiencia" que por su parte jugable –no mala, pero simplemente correcta-, y un poco similar a los títulos de LEGO desarrollados por TT Games, donde cada cinco minutos cambia el tipo de reto y debes adaptarte a la misión; tan pronto estás luchando contra una oleada de criaturas como buscas una llave oculta debajo de las piedras.
La idea de Knights and Bikes es muy atractiva e incluso ambiciosa, pero el desarrollo es demasiado guiado y básico. Hay coleccionables, algunas zonas amplias para probar las habilidades y un poco de interactividad opcional para subir a columpios y demás, pero rápidamente querrás volver a la historia principal. Es un juego que se habría beneficiado más con un planteamiento abierto y no una sucesión de pruebas siguiendo un camino prefijado, un combate que se hace repetitivo pronto o una dificultad casi nula en general.
Un cuento infantil en movimiento
Knights and Bikes cuenta con el director creativo de Tearaway así que el arte no podía decepcionar. Los gráficos en este caso imitan las ilustraciones de un cuento, se aprecian las texturas del trazo y se juega con el desplazamiento en 3D pero la decoración –y personajes- en 2D. Sin necesidad de mucho músculo técnico el juego logra llamar la atención y ambientar estupendamente el tono juvenil que transmite la historia.
La música o efectos de sonido están un poco por debajo de lo que se podría pedir, pero el arte hace que nos olvidemos rápido de otras limitaciones.
Conclusiones
La ventaja de los juegos independientes es que pueden ser más experimentales que las superproducciones, y Knights and Bikes es un buen ejemplo de ello. Entretiene, trae buenos recuerdos a los jugones adultos y lo podrá disfrutar el público de cualquier edad o experiencia, sobre todo gracias al cooperativo local u online. Es una historia con encanto sobre la amistad y lo fácil que es divertirse sin grandes medios –irónicamente, nos lo recuerda un videojuego-, un recuerdo melancólico de nuestra juventud en definitiva.
Sin embargo, hay que impedir que la nostalgia nos impida ser críticos con aquellos apartados menos deslumbrantes, y es evidente que la parte jugable apenas muestra profundidad, desafío o innovación. Knights and Bikes garantiza unas ocho horas de buenos ratos frente a la pantalla, pero no pretende ir más allá.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código que nos ha proporcionado Fortyseven.