Análisis KILL KNIGHT, un adictivo y frenético 'shooter' isométrico con la esencia del Doom actual (PC, Xbox One, Xbox Series X/S, Switch, PS4, PS5)
PlaySide es un equipo australiano que se ha labrado su carrera, principalmente, con juegos para dispositivos móviles, algunos de ellos bastante conocidos, como la saga Dumb Ways to Die. Recientemente, han comenzado no sólo a publicar juegos también para consolas y ordenadores, como el juego de disparos inspirado por Mickey Mouse, Mouse, sino también a desarrollar títulos propios. El primero de ellos es el que hoy nos ocupa, Kill Knight, y nos ha encantado.
Condenados al sufrimiento eterno
Kill Knight es un juego de acción isométrica, twin-stick shooter, que nos enfrenta a abrumadoras cantidades de enemigos mientras también esquivamos los peligros y trampas de cada fase.
Es un juego muy difícil (aunque ofrece diferentes niveles de dificultad), diseñado para ser jugado como un arcade clásico, intentando no sólo llegar hasta el final de cada nivel, sino superando nuestra puntuación para llegar a lo más alto de las tablas de clasificación.
Aparte del necesario tutorial, Kill Knight no nos lo pone nada fácil. La curva de dificultad es altísima, y vamos a aprender a jugar a base de morir una y otra vez. Puede llagar a ser incluso frustrante, sobre todo si empezáis en un nivel alto de dificultad, pero poco a poco iremos entendiendo cómo se integran sus elementos jugable. Lo repetimos: es un juego difícil, pero que pasa de hacernos pensar «esto es imposible» a «la siguiente es la buena», según vamos acostumbrándonos a sus controles, sus mecánicas y los diseños de los escenarios y los enemigos más duros.
Sobre el papel, puede parecer el típico juego de acción frenética, pero ya os adelantamos que el equipo de PlaySide ha hecho un trabajo increíble a la hora de diseñarlo. Como decimos en el titular, Kill Knight nos recuerda a Doom y Doom Eternal, ya que, para salir con vida de este infierno, pegar tiros no es suficiente. Por ejemplo, para cargar la escopeta necesitamos ataques cuerpo a cuerpo, para utilizar el ataque especial necesitamos recolectar los orbes que sueltan los enemigos al morir pulsando un botón que nos deja expuestos momentáneamente, para recuperar vida necesitamos usar el ataque especial... Seguro que os vais haciendo a la idea.
Todo esto, además, se combina con una jugabilidad muy exigente, que nos obliga a esquivar en el momento adecuado, a usar bloqueos sincronizados, e incluso a aprovechar la «recarga activa» (sí, como la de Gears of War) para recargar nuestra arma principal más rápido, usar un golpe cuerpo a cuerpo más potente, o absorber todos los orbes del escenario rápidamente. Como veis, son muchos elementos que funcionan juntos a la perfección y que, una vez que los hemos automatizado en nuestro cerebro, ofrece una experiencia muy divertida, desafiante y adictiva.
La muerte es sólo el principio
En Kill Knight tenemos que completar cinco niveles diferentes que se irán desbloqueando poco a poco tras derrotar múltiples oleadas de enemigos que nos acecharán de manera incesante. La última, acompañada con un contador de criaturas restantes en pantalla, será la que marque el fin de cada nivel. Sobrevivamos o muramos, iremos consiguiendo puntos para desbloquear nuevo equipo que nos facilitará adaptarnos a ciertas fases o a nuestro estilo de juego. Además, hay objetivos (matar a X cantidad de enemigo de cierta manera, por ejemplo) que nos permitirán desbloquear estas mejoras.
Es un título en el que no vamos a encontrar demasiado contenido, pero sí mucha diversión, y creemos que lanzándose con un precio tan ajustado, no es algo que se merezca mucha crítica. Si disfrutáis con el concepto jugable, vais a repetir una y otra vez cada fase, primero para intentar completarlas, y luego para intentar superar vuestra puntuación. Ya decimos que es una experiencia muy clásica, propia de las recreativas, y nos ha enganchado y mantenido en el filo del sofá durante más horas de las que pensábamos cuando empezamos a jugar.
Por último, y sin desmerecer lo audiovisual, lo cierto es que nos parece un juego en el que no hay mucho que destacar. Bastante sencillo y sin problemas de rendimiento, está hecho, sobre todo, para ser funcional y legible. La pantalla llega a llenarse por completo de enemigos y trampas, y el diseño prioriza que podamos ver en todo momento lo que está pasando. De hecho, hemos jugado la mayoría del tiempo en la Steam Deck, y se juega genial, sobre todo teniendo en cuenta que está pensando para partidas rápidas, de no más de diez minutos hasta completar una fase o morir.
Una espectacular sorpresa
Kill Knight era un juego que, sin que nos lo esperáramos, nos ha atrapado y nos ha enganchado muchísimo. Lo mejor que podemos decir de un título así es que vamos a seguir jugándolo después del análisis, porque nos hemos quedado con ganas de seguir desbloqueando equipo y de subir en las tablas de clasificación. Durante las primeras partidas es un juego difícil, con una curva de dificultad muy, muy elevada, pero que cuando hace clic y nuestro cerebro comienza a procesar automáticamente todas sus mecánicas, se convierte en un desafío justo y divertido.
Si os gustan los juegos de corte arcade, diseñados para poneros a prueba y luchar por haceros un hueco en lo más alto de las tablas de clasificación online, y la idea de una especie de Doom isométrico os llama la atención, creemos que deberíais darle una oportunidad a Kill Knight. Seguramente os sorprenda y os divierta tanto como a nosotros.
Hemos realizado este análisis en Steam Deck gracias a un código de descarga proporcionado por Playside.