Análisis de Inner Chains (PC)

Los desarrolladores independientes se han ganado por derecho propio el estar bastante bien considerados dentro del género del terror, trayendo ciertas iniciativas al mundo del videojuego que han acabado revolucionando, a su manera, un tipo de aventuras que ya estaban muy manidas, haciendo que incluso sagas como la propia Resident Evil hayan decidido beber en su última entrega de algunas de las características o tópicos que nos han presentado para el género estos desarrolladores más modestos.

Con esta buena tendencia del terror indie, casi cualquier título de miedo proveniente de un pequeño estudio ha sido capaz de llamar la atención de los jugadores y entre ellos nos hemos encontrado a Inner Chains, un título que por sus tráileres y por su concepto parecía que iba a darnos una nueva alegría a los amantes de los sustos pero que, por desgracia, se ha quedado simplemente en una buena idea con una terrorífica ejecución.

El diseño artístico de Inner Chains es la mejor baza del juego

En Inner Chains nos encontramos en un sombrío planeta en un futuro lejano en el que una Clase Gobernante se ha hecho prácticamente con el control de todos los humanos, siendo los que no forman parte de su selecto club unos meros títeres que pueden ser sacrificados en cualquier momento. Con esta premisa, la única esperanza para nuestra supervivencia la de llegar a un lugar conocido como Última Esperanza, para poder abandonar el decadente planeta de Inner Chains de una vez por todas.

Nada más empezar la partida nos llamará y mucho la atención, además de la idea en general del juego, su diseño artístico, con escenarios oscuros y muy llamativos, lleno de detalles, con una estética muy particular que da vida a un mundo que cuaja muy bien a la vista a través de todos sus elementos y que hará que nuestros primeros pasos sean espectaculares para todos nuestros sentidos.

Sin embargo, nos llevaremos un primer chasco al ver que, según avanzamos, las caídas de frames son constantes con importantes picos de bajada en momentos como en los que pasamos cerca de un punto de autoguardado o en los que miramos alguna espectacular figura que vemos en la lejanía, haciendo que disfrutar del buen diseño artístico de Inner Chains comience a ser una pesadilla y restando bastantes enteros al producto final.

Además, estos fallos de rendimiento serían un "problema menor" si pudieran irse bajando algunos parámetros de la calidad de vídeo algo que, por desgracia, no podremos hacer ya que las únicas opciones de configuración en este sentido serán la de la resolución y la calidad general de detalle del juego, sin darnos más opciones para personalizar la experiencia a nivel gráfico a nuestro gusto.

Disparos sin gracia y ausencia de sustos

Sin embargo, las caídas de frames de Inner Chains son el menor de sus problemas. Este título se nos vende como un juego de disparos en primera persona (FPS) de terror, pero no tiene ninguna de ambas cosas y ha llegado más a parecernos un simulador de paseos con un poco de acción, que el título que nos presentaban sus creadores a través de los diferentes tráileres.

Los momentos de disparos no tienen demasiada gracia. Contaremos con tres armas con las que podremos acabar con nuestros enemigos o con diferentes obstáculos biomecánicos que van apareciendo a lo largo de la partida, pero que no nos proporcionarán diversión alguna por culpa de una IA muy mejorable que hace que, en la mayoría de las ocasiones, los enemigos no sean capaces ni de rozarnos.

A esto hay que añadirle una ausencia que nos ha llamado poderosamente la atención y que es un fallo que, por lo menos para el que os escribe, es imperdonable, y que no es otra que el no tener una opción para configurar la sensibilidad del ratón dentro del juego, un elemento básico en cualquier título de este estilo que hará fruncir el ceño a los aficionados de los FPS más aún si utilizáis por defecto una sensibilidad más baja que la media.

A esta ausencia en la configuración hay que añadirle también otra que no es, ni más ni menos, que la del cacareado terror con el que se nos vende el título. A nivel personal, a pesar de ser bastante asustadizo, me encantan los juegos de miedo y el chute de adrenalina de los sustos me hacen engancharme a ellos y disfrutarlos como un niño. Sin embargo, en Inner Chains no me he sentido sorprendido ni asustado por los enemigos en ningún momento.

Por lo tanto, con estos fallos sobre la mesa, el único aliciente para seguir con el juego será el de disfrutar (si las caídas de frames nos lo permiten) del diseño de los diferentes episodios del título que, en general, son muy buenos, tal y como os comentamos al inicio del análisis, pero que por culpa de estos fallos recurrentes acaban careciendo del atractivo necesario a nivel jugable.

Conclusiones

Inner Chains es un juego con una propuesta muy atractiva sobre la mesa y con un diseño artístico que logra conquistar en los primeros compases de la aventura y que será, de hecho, el único aliciente que haga que intentemos completarlo.

En el resto de apartados el juego flojea tanto en problemas de rendimiento como en su ejecución jugable, con momentos de disparos aburridos provocados en buena parte por una IA que no está a la altura y por la ausencia de los supuestos sustos que debería de tener un juego de terror que se precie.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado PR Outreach.