Análisis INDIKA, una aventura única sobre religión, devoción y viajes inesperados (PC, Xbox Series X/S, PS5)
Odd Meter, un estudio ruso independiente ahora afincado en Kazajistán, no sonará a demasiados jugadores. Tan sólo han lanzado un juego al mercado, Sacralith: The Archer’s Tale, y su nuevo lanazmiento, Indika, tampoco ha cosechado demasiados titulares. En cierto modo, esto ha jugado a su favor con nosotros, ya que nuestro primer contacto con él ha sido completamente a ciegas... y nos ha encantado.
Un viaje inesperado... y cuanto más inesperado, mejor
Indika es un juego narrativo en tercera, aderezado con puzles y algunas secuencias de habilidad. Antes de decir nada más, si os gustan los juegos raros, y si os gustó cualquiera de los A Plague Tale, honestamente os recomendamos que cerréis este análisis y o bien os lo compréis o lo pongáis en vuestra lista de deseados para cuando esté a un precio que se ajuste a vuestro bolsillo. Es un juego sobre el que cuanto menos sepáis, mejor. De hecho, hasta la página de Steam nos parece que cuenta y enseña muchísimo más de lo que debería.
Dicho esto, vamos a hablar sobre el juego sin destripar absolutamente nada –de hecho, menos de lo que cuenta la página de Steam–, centrándonos, principalmente, en lo que creemos que lo hace tan único. Indika nos traslada hasta la Rusia del siglo XIX para ponernos en la piel de la protagonista homónima, una joven monja con una aparentemente sencilla misión: entregar una carta. Claro que, como cabe esperar, nada va a ser fácil.
En lo meramente jugable, vamos a encontrar una aventura sin demasiadas sorpresas: puzles –algunos muy, muy ingeniosos–, paseos en los que desarrollar la historia a través de diálogos, secuencias de «habilidad» (como unas persecuciones, seguramente lo más flojo del juego) y momentos de exploración. Como veis, no hay nada especialmente sorprendente en lo que a la jugabilidad se refiere; una pena porque tiene algunas ideas muy, muy interesantes que acaban completamente desaprovechadas.
Lo que de verdad hace de Indika un juego memorable es su historia, su ambientación, su puesta en escena y su tono tragicómico. Es un juego que, durante su primera hora, te presenta una historia que no recordamos haber visto en otro videojuego de una manera brillante, que te atrapa y no te suelta hasta el final. La evolución de Indika, la dualidad temática y narrativa, y la simbología que se presenta de manera un tanto confusa nos han absorbido, y han cobrado sentido tras poder asimilar un final un tanto abrupto. Dura cuatro horas, y no sólo no te da tiempo a aburrirte, sino que te deja con ganas de más.
Un universo fascinante en lo técnico y lo artístico
Narrativa aparte, Indika también nos ha gustado mucho por lo técnico y artístico. Los planos, la fotografía, los colores... es un juego que sabe jugar muy bien con lo que tiene, y que, además, sorprende por lo competente que es en lo gráfico. No es perfecto, y no todo está al mismo nivel, pero los personajes, los interiores, la iluminación y –no es broma– los hábitos de las monjas, nos han parecido fantásticos. De hecho, centrándonos por un momento en los hábitos de las monjas, no recordamos ningún juego en el que la tela se mueva así, de manera tan realista, en la que las físicas reaccionan en tiempo real a los movimientos de los personajes con muchísimo detalle.
También nos parece que está razonablemente bien optimizado. En el ordenador que veis bajo estas líneas hemos podido jugar con todo al máximo o casi al máximo a 4K con DLSS en automático, a 30 imágenes por segundo. Hemos notado algunos tirones, sobre todo al cargar nuevas zonas o algunas secuencias de vídeo, pero, en general, no hemos tenido ningún problema de rendimiento.
Por último, mencionar que, en lo sonoro, también está muy bien. Tenemos voces en inglés con textos en español –generalmente muy buenos, con alguna cosilla cuestionable–, pero creemos que las actuaciones son muy buenas. De hecho, el «narrador» (una voz que nos acompaña durante la aventura) hace un trabajo genial. En general, un título muy notable en estos apartados, sobre todo, teniendo en cuenta de que se trata de un pequeño proyecto independiente.
Una aventura en la que es mejor ir a ciegas
Cuando nos llegan juegos para analizar, muchas veces son juegos que no conoces. Un código con un logo y poco más. Esto es todo lo que sabíamos cuando nos sumergimos en lo que propone Indika y, desde luego, le recomendaríamos a todo el mundo que, si pueden, hagan lo mismo. Sabemos que no es lo mismo analizar un juego a ciegas que comprar un juego a ciegas, y más cuando se trata de un título bastante raro que no podemos recomendar a cualquiera.
Una tragicomedia de cuatro horas sobre una monja ambientada en la Rusia del siglo XIX, centrada en una narrativa sobre la dualidad, la religión y el libre albedrío... no es para todo el mundo, y más cuando jugablemente tiene aspectos mejorables. A nosotros se nos han olvidado sus carencias con todas sus otras virtudes (incluyendo las que no os hemos contado), que pesan incluso más cuando degustamos su abrupto pero simbólico final. Y en una época en la que pocos juegos consiguen sorprender y atrapar, un título como Indika es una pequeña joyita para quienes buscan algo diferente.
Hemos realizado este juego en PC con un código de descarga proporcionado por 11-bit Studios