Análisis Hitchhiker, misterios en la carretera (PC, Switch, PS4, Xbox One)

Hitchhiker, desarrollado por Mad About Pandas y editado por Versus Evil, llega acompañado por un subtítulo que nos deja claro qué podemos esperar de él: 'hitchhiker' significa en inglés 'autostopista', así que para dar al jugador algo más de contexto le pusieron al proyecto el apellido 'A Mistery Game'. Es decir, no sólo somos un autostopista, sino que somos uno envuelto en un misterio que previsiblemente tendremos que resolver. Nada más empezar el juego, que ya está disponible en PS4, Xbox One, PC y Nintendo Switch, descubrimos que efectivamente somos un chaval que despierta sin memoria en un coche conducido por un desconocido e intentando descubrir cómo hemos llegado allí nos damos cuenta de que hay algo oculto más allá de nuestra amnesia.

¿Cuál es el misterio de este juego de misterio?

Al contrario que muchos otros títulos que suceden dentro de coches, en Hitchhiker adoptamos siempre la perspectiva del pasajero. Pasamos de vehículo en vehículo sin saber muy bien cómo ni por qué, pero en cada viaje tendremos la ocasión de hablar con el conductor para intentar sonsacarle respuestas que den sentido a todo lo que nos está ocurriendo. Lo haremos en diálogos con varias opciones disponibles, unas elecciones que no variarán en absoluto el sentido de la conversación ni el de la investigación, pero que nos ayudarán a conocer mejor al otro y a sentir que estamos dando vida al personaje protagonista.

No sólo podremos obtener pistas de los diálogos, sino que de vez en cuando también aparecerán puzles cuya respuesta puede estar en cualquier sitio, desde la guantera del coche hasta en la carretera. Las posibilidades de plantear un desafío interesante desde el asiento del copiloto son bastante limitadas y Hitchhiker acusa esa dificultad consiguiendo que los retos lógicos o intelectuales que propone sean demasiado básicos como para resultar atrayentes. Al final, los momentos en los que el juego nos pide que hagamos algo más allá de hablar son como pequeños hitos en un camino demasiado guiado, obstáculos que hay que superar pero que no dejan poso en la trama.

Entre lo real y lo imaginario

Lo mejor de este aspecto, y del juego en realidad, es que la estética de la obra oscila entre lo puramente real, enfocándose en ese ideal decadente de los viajes en carretera por Estados Unidos (cargándose de clichés, de paso), y lo surrealista, con toques fantástico que le dan a la trama un plus de interés insuficiente, eso sí, para salvarla por completo. Hay momentos en los que Hitchhiker busca sorprender al jugador con situaciones imposibles (la radio interactuando con nosotros, el coche siendo conducido por cuervos) que casi consiguen darle sustancia al momento, pero que no terminan de cuajar por la falta de espectacularidad, por la ausencia de tono o por la construcción tan pobre con la que se presentan.

A esa falta de carisma hay que sumarle una investigación empobrecida por la falta de agencia en ella. De un juego de misterio se espera cierta miga en la fase de descubrir qué es lo que está ocurriendo, pero Hitchhiker nos planta la historia delante de nuestras narices y apenas nos deja salirnos de ella para realmente investigar: los objetos con los que podemos interactuar se activan sólo cuando hace falta, los diálogos no cambian cuando escogemos una opción u otra, las situaciones son siempre las mismas y apenas hay lugar para el error. No hay misterio porque no nos introducen en él, sólo nos plantean una historia desconocida que se va desentrañando a medida que avanzamos en ella y resolvemos algún que otro puzle.

Investigación (muy) guiada

Se podría añadir, además, que la estructura del guión es bastante repetitiva y deja poco lugar a la imaginación. Hay un par de momentos sorprendentes, pero en general jugamos desde un punto de vista muy estático realizando siempre las mismas acciones, con los rompecabezas marcados siempre en los mismos puntos de la conversación y con una distribución muy similar en cada viaje con cada uno de los seis conductores con los que dialogamos.

No todo es malo: sus puntos fuertes, que los tiene, residen en su apartado audiovisual: por un lado, los actores que han interpretado a cada uno de los personajes (en inglés, pero con subtítulos y textos traducidos al español) han realizado un trabajo perfecto al darle vida y, honestamente, son quienes llevan el peso de todo el juego. Por otro lado, el aspecto visual de Hitchhiker, dejando a un lado sus rígidas animaciones, es bastante atractivo y deja estampas preciosas en ciertos paisajes. Además, juega con diferentes estilos gráficos, aunque es algo en lo que es mejor no entrar demasiado para evitar destripes. Como detalle final destacamos que Hitchhiker cuenta con controles táctiles en Nintendo Switch, un pequeño añadido que se agradece a la hora de jugar en portátil.

Conclusiones

Quizás si nos tomamos Hitchhiker como una novela visual más que como un juego de misterio podríamos quedar menos decepcionados cuando nos percatemos de que la investigación apenas existe en su curiosa premisa: sí, somos un autostopista que aparece de repente en un coche junto a un desconocido y sin memoria, pero a partir de ahí nuestra agencia se basa en charlar con los conductores y tocar ciertos objetos que nos hagan avanzar en la trama para seguir presenciando una historia que, por otro lado, tampoco tiene mucha tela que cortar. A nivel artístico destacan su intención por dotar al juego de surrealismo, la genial interpretación de los actores y un apartado gráfico que sin ser nada del otro mundo deja alguna que otra bonita estampa. Por todo lo demás, un juego que ha desaprovechado una interesante idea.

Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Plan of Attack.