Análisis de Hard West (PC, Switch, PS4, Xbox One)

Las promesas de riquezas y un nuevo comienzo tentaron a numerosas familias a adentrarse en lo que para ellos era la nueva frontera americana, el Oeste. Las promesas quedaron sólo en palabras cuando tuvieron que enfrentarse a un lugar inhóspito en el que la ley brillaba por su ausencia, y sólo los más duros podían enfrentarse al siguiente atardecer. Hard West es la historia de Warren, de cómo perdió lo que más quería, y de que cuando haces tratos oscuros para cobrarte tu venganza debes pagar un precio.

Hard West es el segundo juego de estrategia desarrollado por CreativeForge Games después de la aventura en el espacio lanzada el año pasado llamada Ancient Space. A diferencia de su aventura espacial con su nueva creación se animaron a crear un Kickstarter con un resultado positivo que nos lleva al juego que tenemos ya disponible para Windows, Mac y Steam Machines.

Lo que tenemos entre manos es un juego de estrategia por turnos que no esconde en ningún momento su más que palpable influencia por parte del renovado XCOM. De él toma las bases de funcionamiento del movimiento, coberturas, acciones y disparo, hasta el punto que visualmente llega a parecer un skin del juego de alienígenas. Por suerte a la hora de entrar en acción sabe introducir suficientes elementos como para que pueda considerarse un juego con personalidad propia.

Una de las cosas que han sabido hacer bien con Hard West es adaptar las mecánicas a la ambientación, con la habilidad de introducir elementos que casarían perfectamente con el western de turno. Además de poder cubrirte en esquinas o detrás de alguna caja, tenemos la posibilidad de mover tablones o tumbar mesas para buscar refugio y sentirnos como en el clásico tiroteo en el saloon, después de que a alguien se le escape una carta de la manga en plena partida de póker.

Nuestros personajes funcionan con una barra de vida, pero en vez de tener protección o armadura para evitar perder los preciados puntos de salud, nos tendrá que ayudar en esta ocasión la suerte. Nuestro nivel de suerte durante los tiroteos fluctúa constantemente en cada turno. Cuanto más alto sea, más posibilidades tendremos de que nuestros enemigos fallen el tiro, pero si esto ocurre nuestro nivel de suerte descenderá, lo que provoca que si somos objetivos de varios disparos continuos al final darán en el blanco. Esta barra de suerte irá creciendo con los turnos y con nuestros disparos acertados pero esquivar balas no será la única manera de gastarla.

Tenemos una serie de habilidades desbloqueables a nuestra disposición que convertirán a nuestros vaqueros en auténticos tiradores de primera, pero que tienen un coste de suerte ejecutarlas. Podremos realizar disparos con una probabilidad de acierto del 100% a pesar de que estén tras coberturas, disparar a un órgano vital y producir que se desangren o hacer rebotar una bala en un cubo para acertar a alguien en un ángulo imposible. Al estar apostando suerte en estas habilidades, tus probabilidades de ser impactado en un próximo turno aumentan exponencialmente, por lo que su uso se convierte en un elemento altamente estratégico. Las habilidades funcionan en nuestro inventario como si de una baraja de cartas se tratara y se pueden combinar entre ellas para hacer manos de poker y ganar algún que otro extra. Estas cartas se pueden gestionar entre misiones junto a todo el inventario de nuestros personajes jugables.

Munición para tus armas nunca te va a faltar pero estamos en pleno siglo XIX y la capacidad de nuestros cargadores es muy limitada. La acción de recargar será algo que tendremos que integrar en nuestras estrategias si no queremos quedarnos vendidos en más de una ocasión.

El juego está estructurado en una serie de pequeñas campañas alrededor de la historia de Warren y su camino por el infierno. Cada campaña se puede jugar individualmente según las desbloqueamos y tienen sus propios niveles de dificultad. Las campañas se dividen en una zona de mapa donde se va desarrollando la historia y las misiones donde entraremos en acción. La zona del mapa se convierte en una suerte de RPG dónde visitaremos distintas localizaciones y tendremos que resolver objetivos diferentes para cada campaña.

El juego tiene la particularidad de que no posee la capacidad de guardas partida. Así que cada movimiento que hagamos en el mapa será definitivo y solo volviendo a jugar esa campaña podremos probar distintas opciones. Esto también se refleja en las misiones, que tendremos que resolver de una sola vez. La muerte de los ayudantes es definitiva y la de los personajes principales nos obliga a reiniciar la misión desde cero. A cambio no existen misiones con escenarios muy extensos, pero igualmente en más de una ocasión tendremos ganas de dejar el juego por un rato después de que por un movimiento en falso o altamente atrevido tengamos que empezar desde el principio otra vez. Para los que no tengan suficiente con esto existen un par de opciones extra en cada campaña para los más valientes: una provoca que las heridas reduzcan definitivamente la vida de los personajes y otra que si uno de los protagonistas muere no se reinicie la misión sino la campaña entera.

El no poder hacer un salvado rápido dentro de una misión sí que nos ha parecido un poco excesivo, ya que nos obliga a terminar ese tiroteo que no sabemos cuánto se va a prolongar. Otros juegos han utilizado salvados de un solo uso que habrían permitido que saliéramos del juego en cualquier momento.

Visualmente el juego cumple sobradamente sus objetivos. Tanto los escenarios como los personajes están cuidados y representados con un estilo cel shading que recuerda gratamente a Borderlands. Variados, representando todos los escenarios clásicos que se esperan de un western, tienen un toque especial los que nos sitúan al atardecer, donde incluso podemos saber la situación aún no descubierta de un enemigo por la presencia de su sombra tras una esquina. Toda la narrativa está representada con ilustraciones animadas que se suceden con un estilo de líneas sucias y tonos marrones, perfectas para ponernos en situación.

El sonido de ambiente y las músicas cumplen llevándonos al salvaje Oeste. Tener un sistema de sonido envolvente es una ventaja durante los turnos de los enemigos ya que escucharemos la dirección de sus pisadas a pesar de no estar aún visibles para nosotros. Por último desgraciadamente el juego viene doblado y subtitulado en perfecto inglés, y no hay noticias de una futura traducción en español.

Conclusiones

Hard West es duro. Incluso en su dificultad más baja pondrá de los nervios a más de uno por su sistema de salvado y la fragilidad de nuestros personajes. Pero encantará a los amantes del género y a todo aquel que busque un reto, que en su dificultad más alta parece imposible incluso conociendo de antemano los escenarios.

Hemos analizado Hard West gracias a un código de descarga para Steam que nos ha proporcionado Cosmocover.