Análisis de Full Metal Furies (PC, Switch, Xbox One)
A veces tenemos la suerte de poder jugar a juegos mucho antes de que aparezcan en el mercado. Esto sirve para ir preparando el camino hacia su análisis final, para que os hablemos de él cuando hacemos repaso de un evento, de los juegos que hay que esperar a lo largo del año, o cuando queramos hacer un avance.
Pero hay juegos que, por el motivo que sea, son incapaces de mostrar toda su belleza hasta el último momento. Es el caso de Full Metal Furies, y no es un caso cualquiera, ya que sus creadores, Door Cellar Games, son los autores de uno de los grandes éxitos independientes de los últimos tiempos, Rogue Legacy, un juego de plataformas con elementos de exploración y creación de niveles de manera procedimental que funcionó fantásticamente. Tal vez por eso sorprendía lo pobre que se veía, tanto en vídeos como jugándolo, o más que pobre deberíamos decir genérico, sin demasiada chispa.
Por suerte ya hemos podido jugar a la versión final, y no sabemos muy bien de dónde, pero sus creadores han acabado desarrollando un juego muy destacable, y que además sorprende en algunos puntos.
Tal vez tenga que ver en esta mejora que hayan acabado participando en el desarrollo los barceloneses BlitWorks, conocidos sobre todo por su gran habilidad a la hora de hacer conversiones de videojuegos de éxito, como Fez o Jet Set Radio. Vayamos a hablar de ello.
Full Metal Furies nos pone en la piel de un grupo de guerreras, las Furias, que se enfrentan a los Titanes en una guerra que ya lleva durando demasiado tiempo. La historia, si bien nos parece una excusa para poder hacer un juego de este estilo, hay que decir que está contada con gusto, y lo que es más importante, tiene una traducción al español tan cuidada como no recordábamos hace tiempo por las tierras de los juegos independientes. De ella se ha encargado Universal Speaking, que ha hecho un trabajo fantástico.
Una vez hayamos pasado la intro nos toca elegir a nuestras protagonistas. Y decimos nuestras, porque hay dos opciones. Si jugamos en compañía (hasta cuatro jugadores, tanto a distancia como en local) cada mando elige una protagonista, y nos metemos de lleno en la batalla. Pero si nos adentramos en solitario, tenemos que elegir a dos guerreras que podremos intercambiar durante la batalla en tiempo real.
Al nos lanzan directamente a la acción, y ya habrá tiempo para explicarnos algo más que los controles básicos más adelante. Full Metal Furies es un juego de los llamados "yo contra el barrio" o beat 'em up, pero en su vertiente más táctica. Por así decirlo, se acerca mucho más a Castle Crashers que a Fight'n Rage, pues donde el primero es fluido y tiene un punto de locura, el otro es más pausado y se piensa un poco más en qué acciones hay que realizar antes de lanzarnos al ataque.
Cada Furia (que es como se llaman las protagonistas de este juego) tiene unas habilidades y unos ataques. Una es la tanque, otra la que ataca a distancia, otra la que pega fuerte y otra la que ayuda, y esto no se disimula en ningún momento. Y los movimientos, cuatro, son un ataque flojo, un ataque fuerte, un ataque especial (que necesita un descanso para poder utilizarse de nuevo) y una esquiva (a la que le ocurre lo mismo). Podemos cancelar un ataque normal con un movimiento especial, lo que nos puede servir para salir de situaciones algo peliagudas.
Ya al ponernos manos a la acción nos damos cuenta que hay muchas cosas pensadas. El diseño de niveles no está al azar, sino que va marcandonos poco a poco los pasos. Por ejemplo, de vez en cuando nos encontraremos con enemigos con una esfera de cierto color alrededor suyo, y para que desaparezca la furia de ese color tiene que golpearle cierto número de veces, lo que hace que si el resto de furias le ataquen no sirva para nada. Pero posteriormente nos encontraremos con que no sólamente hay que derrotar enemigos, sino que hay partes ocultas dentro de las fases, de manera que acaban convirtiendo un juego de sólo pegar en un juego de exploración también.
Estos descubrimientos que encontramos durante las fases, ya sea ocultos o en determinados momentos de éstas, se pueden activar cuando estemos en nuestro campamento base. En él podemos mejorar las características de nuestras Furias, cambiar la equipación (aunque aquí dicen habilidades, pero a efectos prácticos es como si fuera equipación), elegir a nuevas furias para la siguiente fase (si estamos jugando solos) o activar nuevas opciones conforme avance la partida, así como elegir nuevos niveles.
En general podemos decir que a nivel de jugabilidad Full Metal Furies es una agradable sorpresa, con un diseño de niveles más cuidado de lo que se espera de un juego de este estilo, una progresión de partida fantástica, pero que tal vez al imponer un estilo de juego cooperativo pierde parte de la fluidez de los grandes exponentes del género, lo que no quita que sea uno de los mejores que hemos visto en los últimos tiempos.
Visualmente podemos decir que también nos ha sorprendido, especialmente por la cantidad de detalles que contiene dentro de un estilo artístico donde podemos detectar con bastante facilidad los bloques de píxeles que forman los distintos elementos en pantalla. Las animaciones son muy fluidas, a pesar de que como ya hemos comentado, el juego a veces no lo sea tanto, y cuenta con bastantes efectos especiales. Además, en algunos momentos contamos con escenas ilustrativas para explicar la historia. En general, un trabajo visual muy completo.
Pero donde no podemos sino hacer hincapié de un trabajo excelente es en el aspecto sonoro, obra de un tal Gordon McGladdery que forma parte del grupo "A Shell in the Pit", los cuales han trabajado anteriormente en juegos como Night in the Woods, Rogue Legacy (lógico), Brigador, Invisible Inc y el futuro Wandersong. Es espectacular la cantidad de temas memorables que tiene este juego, teniendo en cuenta que no es un género que se preste demasiado a ello, y que realmente lo agradece, porque con ese plus de exploración que tiene hace que no cueste tanto seguir ese ritmo algo más lento, con este fantástico acompañamiento sonoro.
Conclusiones
Full Metal Furies es, posiblemente, la primera sorpresa del año. Un juego que, hasta el momento, no se ha anunciado en exceso (sale sólo para Xbox One y PC, y tal vez eso le pese respecto a la promoción que tuvo en su momento Rogue Legacy), y del que no hemos visto demasiada información en otros espacios, pero que creemos que es muy recomendable, y que sirve para prácticamente todo tipo de jugadores. Disfrutadlo con humor, porque os lo podéis pasar muy bien.
Este juego se ha podido analizar gracias a un código de PC proporcionado por Door Cellar Games.