Análisis de FRACT OSC (PC)
Analizar un juego como FRACT OSC nunca es fácil por varios motivos. El principal de ellos lo encontramos en lo diferente que es de casi cualquier cosa que se ha hecho antes, al menos en apariencia, ya que hace falta profundizar en él para descubrir sus auténticas bases jugables. Sus creadores lo han descrito como un título de exploración musical, una definición que se adapta muy bien a lo que esta aventura nos propone.
Recuperando la música a base de puzles
FRACT OSC es un juego que va directamente al grano, por lo que no esperéis un vídeo introductorio ni un largo tutorial para aprender sus mecánicas de juego. Ni siquiera una pantalla de inicio. Siempre que iniciemos el programa apareceremos directamente en el Estudio, una zona desde la cual podremos crear nuestra propia música (algo de lo que hablaremos más adelante) y acceder al misterioso mundo en el que se desarrolla la aventura.
Su jugabilidad es en primera persona y sus controles son muy sencillos, ya que solo podremos movernos e interactuar con los elementos del escenario pulsando el click derecho del ratón. Lo interesante es que cuando pulsemos dicho botón, si estamos en ciertas zonas, veremos el mundo de otra forma, permitiéndonos así descubrir objetos ocultos con los que interactuar y así poder avanzar.
Así pues, tenemos ante nosotros un extraño universo con una estética que nos ha recordado enormemente a lo visto en las películas de TRON, el cual podremos explorar con total libertad. Al principio todo estará silencioso, vacío y sin vida, y nuestro objetivo será el de ir devolviendo el sonido y la música al mundo para que este reviva. Para ello tendremos que recorrer hasta el último de sus rincones mientras nos abrimos camino a base de puzles.
Como ya hemos dicho, el juego no nos da pistas de forma directa y no nos pone límites ni barreras para que nos podamos mover libremente por el más que considerable mapeado del que hace gala. Casi todos los puzles tienen una base musical, aunque eso no quiere decir que siempre tengamos que afinar el oído para resolverlos, ya que muchas veces la respuesta la encontraremos en algún lugar del escenario, por lo que la exploración y la observación también juegan papeles muy importantes.
En cuanto a los puzles, nos ha sorprendido enormemente su dificultad, ya que han conseguido que nos atascáramos cada poco tiempo y que les diéramos mil vueltas antes de dar con la solución correcta. A pesar de lo limitadas que son nuestras acciones, el título consigue mantenerse fresco continuamente gracias a la variedad de sus puzles y a ese sentimiento que consigue crearnos de querer ver lo que hay más adelante. Además, la libertad que se nos da juega muy a su favor, ya que al no ser una aventura lineal, siempre que nos atasquemos podremos ir a otro sitio mientras vamos pensando la posible solución de ese acertijo que tanto se nos resiste.
Para movernos por el mundo del juego y evitarnos múltiples pateos innecesarios, iremos encontrando una serie de estaciones entre las cuales podremos realizar viajes rápidos para ahorrar tiempo, las cuales también nos servirán como puntos de control. Además, siempre que queramos podremos teletransportarnos automáticamente a la última estación que hayamos visitado.
Algo que nos ha gustado mucho es el ir viendo cómo el mundo va cobrando vida a medida que resolvemos puzles, llenándose de color a la vez que comprobamos cómo la música comienza a inundarlo todo y va evolucionando de una forma u otra según lo que vayamos haciendo o tocando. La mala noticia es que no se trata de un juego precisamente largo, por lo que podréis pasároslo en apenas unas horas.
Un extra muy curioso e interesante que incluye FRACT OSC es el hecho de que iremos desbloqueando herramientas en el Estudio para crear música a medida que solucionemos ciertos puzles. Gracias a esto podremos componer nuestros propios temas musicales, guardarlos y compartirlos con quienes queramos. Aquí tenemos que destacar lo sorprendentemente completa que resulta esta herramienta cuando tenemos todas sus opciones desbloqueadas, por lo que estamos seguros de que más de uno invertirá bastantes horas en el Estudio componiendo sus propias canciones una vez haya terminado la aventura principal.
Gráficamente no se trata de un título que vaya a explotar precisamente la potencia de los equipos más potentes, ya que a nivel técnico es algo discreto, aunque sí muy sólido y prácticamente sin errores o bugs. Donde sí que destaca es en su apartado artístico, lo que consigue que FRACT OSC sea un juego muy atractivo visualmente y nos olvidemos de sus posibles limitaciones técnicas, ya que tampoco le hace falta mucho más.
En lo que respecta al sonido, decir que la banda sonora, tal y como cabría esperar en un juego de estas características, es bastante buena. Como ya hemos mencionado anteriormente, esta irá evolucionando a medida que avancemos, y el hecho de que tengamos cierto impacto en ella y que podamos componer nuestras propias canciones no hace más que sumarle puntos a este apartado.
Conclusiones
FRACT OSC es un juego muy especial que combina con muchísimo acierto música, puzles y exploración. Si estos tres elementos son de vuestro agrado, tenéis ganas de algo diferente y no os importa lo corto que puede resultar, probablemente acabaréis disfrutando plenamente de su propuesta. Y si encima pensáis sacarle partido al Estudio, no podemos hacer otra cosa que recomendaros su compra.