Análisis de Foul Play (PC, Xbox 360)
Durante esta generación el bazar de Xbox Live Arcade se ha convertido en una auténtica fábrica de éxitos, gracias a la originalidad de sus propuestas, y también a que ha sabido recordar y actualizar viejos géneros que teníamos casi olvidados como los clásicos machaca-botones de scroll horizontal, entre otros.
Nos han llegado tantos juegos de este estilo, tanto remakes o conversiones como nuevos lanzamientos, durante estos últimos años que ya realmente no nos sorprenden.
A este género pertenece también Foul Play, la nueva obra del estudio británico Mediatonic que llega estos días en a Xbox Live Arcade y a Steam.
Foul Play nos cuentas las aventuras del ilustrísimo Barón Dashforth, un ilustre demonólogo que por fin se ha decidido a contar sus hasta ahora desconocidas memorias, y que mejor sitio para hacerlo que un teatro repleto de público deseoso de escuchar sus batallitas. Acompañado de su insuperable amigo, el joven Scampwick, está preparado para mostrarnos de la manera más interactiva posible sus cinco mayores éxitos dentro de esa peculiar ciencia de los caza demonios, que precisamente inicio su padre.
Sabor clásico
A nivel jugable cada aventura se divide a su vez en varios actos, que simplemente consisten en avanzar hacia la derecha eliminando a todos los enemigos que aparezcan en pantalla. Sí, aunque no os lo creáis, bajo este intelectual argumento, lo que nos encontramos es un beat'em de sabor totalmente clásico. Scroll horizontal, y miles de enemigos, una combinación de sobra conocida.
Nuestro intelectual amigo dispone de inicio de únicamente dos tipos de ataques, golpear con su delicado puño o con su elegante bastón, aunque poco a poco irá aprendiendo nuevos movimientos como lanzar a sus enemigos, como si fueran balas de cañón, o efectuar espectaculares barridos.
La diversión se multiplica si jugamos con un amigo en nuestra consola, o a través de Xbox Live, ya que, además de ser más fácil, el número de enemigos es el mismo juguemos solos o acompañados, ambos jugadores pueden efectuar espectaculares ataques conjuntos como lanzarse enemigos por los aires, o agarrar juntos a uno de ellos y aporrearle a la vez.
Un público exigente
Como estamos en un teatro, todo el juego transcurre siempre dentro de él, lo principal es que el público que está presente, y que siempre veremos en la parte inferior de la pantalla se divierta y se entretenga, y os podemos asegurar que no estamos ante un público culto al que le gusta la literatura. Lo que realmente le gusta a nuestros exigentes espectadores es el dolor, y la violencia, por lo que tendremos que darles la mayor variedad de golpes, y sobre todo, intentar conseguir encadenar largas rachas de golpes seguidos, que es lo que realmente les vuelve locos. Esto no va a ser ningún problema, ya que os aseguramos que podemos superar fácilmente los combos de más de cien golpes prácticamente desde el primer capítulo. El nivel de entretenimiento lo veremos en una barra situada en la parte superior de la pantalla, pero sobre todo nos percataremos de como lo estamos haciendo si oímos sus exclamaciones desde la platea o vemos sus sombreros volando por el aire.
Las cinco aventuras nos llevarán por innumerables paisajes que van desde el antiguo Egipto, a los bosques de Somerset, pasando por puertos repletos de piratas y mares plagados de peligrosas criaturas submarinas. Y es que pese a estar dentro de un teatro, el barón no ha escatimado en gastos, y los fondos que resaltan sus actuaciones son realmente espectaculares, llenos de efectos y colores.
La variedad y cantidad de enemigos es enorme y nos encontraremos con momias, hombres-lobo, carneros malditos, sirenas asesinas, hombres-pulpo, y todo tipo de fantasmas y piratas, aunque muchas veces nos encontraremos que son simples personas disfrazadas. No faltarán tampoco los jefes de nivel, imprescindibles en estos juegos, y que bajo distintas apariencias esconden a los verdaderos espíritus malignos.
Humor británico
El sentido del humor es constante durante todo el videojuego y a las excéntricas conversaciones e historias que nos cuenta el señor Barón tenemos que añadirle enemigos tan peculiares e inimaginables como el Conde Notferatu o los Osocornios, así como curiosos detalles como el gancho que aparece en el teatro para retirar a los enemigos que ya hemos derrotado. A ese tono cómico también contribuyen los peculiares gráficos estilo cómic del juego, que aunque realmente son muy sencillos, están muy bien realizados y junto a las animaciones del público consiguen un conjunto muy fluido, aparente y gracioso. Como suele ser habitual todos los textos del juego están en castellano.
Pese a todo y como suele pasar en este tipo de juegos, no hay que olvidar que el desarrollo del mismo acaba siendo bastante repetitivo, y realmente sus cinco capítulos apenas ofrecen novedades destacables, salvo los nuevos movimientos que aprende el Barón y los habituales y cambiantes jefes finales. En total tenemos 22 niveles de una duración media por lo que estamos ante una vida útil del juego bastante aceptable para un juego descargable. Cada nivel tiene unos objetivos específicos que cumplir, como llegar a un número de combos, o realizar ciertos movimientos especiales, que solo valen para otorgarnos una puntuación extra. Esta es la única forma de rejugar el título, ya que curiosamente el juego no tiene varios niveles de dificultad, no presentando demasiadas dificultades hasta el final el único disponible por defecto.
Conclusión
Foul Play es uno de esos juegos cuya simpatía, y originalidad esconden un planteamiento de lo más clásico. Un típico y repetitivo machaca-botones, que al estar envuelto en una hilarante historia, plagado de toques de humor y constar de variados escenarios y enemigos, es ideal para soltar adrenalina durante un rato de la forma más sencilla y directa, mientras intentamos entretener al exigente público del Barón Dashforth.