Análisis de Football Manager 2015 (PC)

En un momento en el cual se comienza a discutir la salud y la periocidad de algunas de las sagas y franquicias más importantes y de éxito -parece que hay síntomas de agotamiento en algunas de ellas-, Football Manager, uno de los simuladores de gestión deportiva de más fama, recibe su completa actualización anual enseñándonos que aún queda espacio para la mejora y el cambio año tras año. Parece ya una liturgia comparable a lo que es disfrutar semana tras fin de semana de la competiciones ligueras y europeas del deporte rey en nuestro país, Football Manager vuelve a ofrecernos una actualización por todo lo alto, que mejora, cambia y añade muchos elementos que durante tiempo han reclamado los aficionados al juego y que, por si fuera poco, reajusta la jugabilidad adaptándola a los nuevos tiempos y exigencias.
Quizás puede que suene a un manido y repetido cliché -sobre todo cuando hablando de una serie de títulos con una corta fase de desarrollo-, sobre todo cuando las novedades no son tantas ni tan publicitadas como las del año pasado, pero en esta edición de 2015 se desprenden ciertas sensaciones que nos hacen pensar en que estamos ante la mejor entrega de un título de gestión deportiva jamás diseñada. ¿Estáis preparados para tomar, una vez más, las riendas del club de vuestros sueños?
Entrenador de chándal o entrenador de traje y corbata
Para todo aquel jugador que se encuentre ante Football Manager por primera vez -suena raro, pero el interés del juego crece año tras año-, hemos de decir que están de enhorabuena: el título de SEGA y Sports Interactive es más accesible que nunca, ofreciendo un control de la experiencia total a buen número de niveles. Antes que empezar a desgranar el Mánager, cabe destacar que el modo Clásico sigue en pie -centrándonos en facetas deportivas de manera clásica, pero ahora con una base de datos mayor y más completa- y que los famosos Desafíos -partidas predefinidas con circunstancias concretas que supondrán un verdadero reto para los jugadores veteranos- siguen en la oferta principal.

Así, una vez listos, procedemos a ese ritual casi litúrgico en Football Manager en el que escogemos un equipo, un nombre y un lugar de procedencia para nuestro entrenador, así como las ligas o equipos de la pantagruélica base de datos -más de cincuenta ligas y decenas de miles de jugadores nos esperan, y esta vez sin limitaciones de equipos por partida- con las que configurar nuestra sesión de juego. Es algo que los jugadores con más grados de experiencia harán casi con los ojos cerrados. Quizás la novedad que parece ser la más disruptiva de la edición 2015 en este aspecto, es la que hace el juego a la hora de definirnos como un entrenador de chándal o uno de traje y corbata. Puede parecer una cuestión baladí, una simple etiqueta para afinar nuestra configuración personal, pero nada más lejos de la realidad.

En años anteriores ya vimos cómo podíamos decidir cuántos y qué tipos de competiciones disputar, o de si querer controlar todos los aspectos de un club o centrarnos en la faceta deportiva, delegando un buen número de tareas a la directiva, el segundo entrenador o el director deportivo. En esta edición, todas esas opciones se han mantenido y potenciado, permitiéndonos incluso saltarnos la pre-temporada si así lo deseamos.

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