Análisis de Fantasy Wars (PC)
Pese a que actualmente los juegos de estrategia por turnos no gozan de la gran popularidad que tuvieron antaño, aún encontrándonos por supuesto con grandes sagas, no solo en el mundo del PC, basadas en dicho género, cada vez son menos los estudios que deciden apostar por la clásica estrategia por turnos, lo que convierte el lanzamiento de este tipo de juegos en acontecimientos "especiales" entre los seguidores del género.
Ante este panorama tan desolador, resulta agradable encontrarnos con un título tan divertido como Fantasy Wars, ya que pese a no ser nada rompedor en su planteamiento jugable, sí nos propone un desarrollo de la acción francamente divertido que nos mantendrá horas y horas pegados al PC.
De nuevo regresa la fiebre del "un turno más y desconecto".
En este sentido, cabe remarcar lo intuitivo que resulta el sistema de juego en Fantasy Wars. Y es que toda la acción se nos presentará como si estuviéramos disputando una partida estratégica sobre un tablero, ya que como en otros tantos títulos del género, cada uno de los escenarios de batalla por los que nos moveremos se encontrará fragmentado en una serie de celdas hexagonales por las que podremos movernos libremente teniendo en cuenta, claro está, el rango de avance limitado por los turnos de cada una de nuestras unidades. También, a diferencia de algunos títulos de corte similar como Heroes of Might & Magic, donde controlamos únicamente a la figura del héroe, que avanza por los escenarios con un reducido grupo de unidades de combate unidas a su figura, en esta obra de Ino-Co manejaremos al ejército por completo de forma individual, lógicamente como si de las fichas de un juego de mesa se trataran.
Cada una de estas fichas, que representarán a las clásicas unidades de combate en cualquier juego de estrategia (arqueros, caballería, infantería, exploradores, etc.), contarán con un número de movimientos limitados en cada turno, un nivel de ataque y defensa determinado, y distintos tipos de habilidades especiales que podrán mejorar con la experiencia que obtengan tras vencer a sus enemigos. Todos estos aspectos resultan vitales a la hora de afrontar cada misión, ya que dependiendo del tipo de enemigos contra los que combatamos, resultarán más o menos útiles determinadas unidades. Además, también hay que remarcar que el entorno modificará nuestros parámetros defensivos, por lo que una unidad apostada en una fortaleza será más difícil de vencer que otra situada sobre un puente o en zonas como ríos y demás, donde su nivel de defensa descenderá de forma considerable. Del mismo modo, el juego cuenta con un interesante sistema de equipamiento que permitirá que las unidades puedan llevar encima hasta tres artefactos distintos que también modificarán sus aptitudes de combate; elementos en definitiva muy a tener en cuenta en el transcurso de cada partida.
Con esto, antes de iniciar cada escenario tendremos que distribuir a las tropas que se nos hayan asignado en un lugar concreto del escenario. Tras repartirlas como deseemos, iniciaremos la partida con el único fin de completar los objetivos encomendados en el menor tiempo posible, evitando también tener pérdidas, para así completar la misión con una calificación perfecta. Conforme nuestras tropas sufran daños, podemos hacer que recuperen salud ordenándoles que descansen durante todo un turno; pero en caso de perderlas en combate, podemos contratar a nuevas fichas de unidades (aunque no tendrán la experiencia acumulada), teniendo en cuenta el límite de población establecido en cada misión, tras pagar una determinada suma de dinero que obtendremos de forma periódica en cada turno, o al acceder a algunas de las edificaciones o fortalezas que encontraremos en cada nivel.
Otro aspecto interesante en Fantasy Wars lo encontramos en la citada especialización de cada unidad en un estilo de combate distinto, lo que nos permite realizar combinaciones de lo más interesantes. Y es que por ejemplo, podemos usar a los exploradores para acosar a un rival desde la distancia y luego escapar (son las únicas tropas que pueden moverse, atacar, y seguir moviéndose hasta agotar su turno), preferiblemente a zonas boscosas donde resultan francamente letales, o lanzar a la caballería para que arrase con su embestida a los enemigos. Los arqueros, aparte de atacar a distancia a los contrarios, pueden quedar ligados a una ficha aliada colindante y actuar como fuerza defensora de la misma en caso de ataque, lo que significa que, si un enemigo decide atacarles, estos arqueros lanzarán sus flechas para proteger a su aliado. Por supuesto, tampoco podemos olvidar la figura de los hechiceros o chamanes que lanzarán sus letales conjuros desde la distancia, ni los héroes, que presentarán unos niveles de ataque y defensa por encima del resto de tropas. También se han incluido en el juego las máquinas de asedio, que nos facilitarán mucho la tarea a la hora de atacar a los rivales que se oculten tras sus fortalezas, ya que de otro modo podemos sufrir de lo lindo para causarles un mínimo de daño.
Con todo esto, como vemos, tendremos que combinar con cabeza cada tipo de unidad, aprovechar al máximo sus virtudes, y hacer un uso intensivo del entorno para superar con éxito, y a ser posible con la mejor puntuación, cada una de las misiones que se nos propondrán. Sin embargo, el principal problema con el que nos encontraremos es que, a pesar de tratarse de un título muy divertido por su mecánica de juego, a la larga puede tornarse algo repetitivo ya que los objetivos no diferirán mucho de una misión a otra, lo que puede cansar a más de uno. Los bandos en liza tampoco ofrecen una experiencia de juego tan distinta entre sí que nos motive a explorar cada facción al detalle, algo que habría estado realmente bien por las nuevas opciones de juego que se nos abrirían con tantas diferencias.
Esto, no obstante, no debe llevar a nadie a engaño. Por mecánica de juego estamos ante una apuesta segura, un título que además de ser muy sólido a nivel jugable cuenta con un apartado técnico de gran nivel, de nuevo aspecto que se agradece. Y es que en cuanto al apartado gráfico, estamos ante un juego que presenta unos entornos muy coloristas y detallados, con un buen diseño artístico, aunque muy clásico, sobre el que se situarán más de 70 unidades de combate distintas bien modeladas y detalladas en sus dos vertientes: la de soldados que simulan ser una gran ficha sobre un tablero, y la de combatientes que lucharán a muerte contra el rival. En este sentido, podemos alejar el zoom al máximo para observar el tablero desde la distancia con todas las fichas repartidos sobre el mismo, o acercarlo poco a poco y ver como nuestras piezas se convierten en pequeños grupos de combatientes. Los efectos que producirán los más de 50 conjuros mágicos que podrán desarrollar algunas de las unidades de cada facción también son dignos de mención, sobre todo por los efectos devastadores que producirán algunos de los mismos sobre los enemigos.
Por supuesto, no podemos dejar de destacar el buen trabajo llevado a cabo en la elaboración de la interfaz de usuario, ya que hasta los más novatos en este tipo de juegos aprenderán a jugar sin dificultades en pocos minutos, lo que sin duda es un punto a su favor: no hace falta recordar lo frustrantes que pueden llegar a resultar este tipo de juegos si no sabes muy bien cómo aprovechar al máximo todas las opciones que te ofrece. Y del mismo modo que el apartado gráfico resulta correcto en todas sus facetas, a nivel sonoro Fantasy Wars presenta unas melodías que amenizarán a la perfección nuestras largas sesiones de juego, así como contará con unos efectos sonoros bien definidos que cumplirán a la perfección con su cometido. Además el juego ha sido traducido y doblado a nuestro idioma, lo que se trata de otro punto a su favor.
Pero sin duda, donde posiblemente más brille esta obra de Ino-Co es en su vertiente multijugador, ya que será en este tipo de partidas donde de verdad disfrutemos de batallas mucho más intensas y emocionantes que en la vertiente monojugador. Y es que como os podéis imaginar, en este tipo de situaciones deberemos adaptarnos constantemente a las estrategias que desarrollen nuestros rivales, viviendo momentos de lo más emocionantes en los asedios o defensivas de posiciones defensivas, donde se pueden montar batallas francamente espectaculares (por las posibilidades de juego que se abren ante nosotros).