Análisis de Fallen Legion+ (PC)
Fallen Legion es uno de esos extraños y cuestionables casos en los que un mismo juego se divide en dos títulos diferentes para venderse por separado. De hecho, hasta ahora, para poder experimentar su "versión completa" necesitábamos tanto una PlayStation 4 como una PS Vita, ya que cada una de estas plataformas tenía su propia campaña única.
Por suerte, ahora YummyYummyTummy ha lanzado Fallen Legion+ para PC (que llegará en unos meses a Switch), una nueva versión que incluye ambos juegos para que podamos descubrir la totalidad de su historia sin tener que pasar doblemente por caja, algo que no solo dobla su valor, sino que también le hace ganar puntos enteros a la experiencia general.
Una guerra, dos puntos de vista
En todo conflicto siempre hay dos puntos de vista como mínimo. No en vano, cuando dos bandos entran en guerra no hay ni buenos ni malos, ya que esto dependerá de a quién le preguntes. A fin de cuentas, los héroes de una facción serán los villanos de la contraria. Partiendo de esta interesante premisa, Fallen Legion+ nos lleva a un mundo de fantasía medieval que está siendo arrasado por una devastadora guerra por la sucesión al trono de un imperio.
De este modo, podremos escoger entre dos historias bien diferenciadas en las que nos presentarán los dos puntos de vista del mismo conflicto. Por un lado, tenemos la campaña de la Princesa Cecille, la legítima heredera al trono, quien es traicionada por Legatus Laendur tras el fallecimiento de su padre en un fallido intento de Golpe de Estado. Por otra parte, podremos seguir la senda de Laendur para descubrir los motivos que hay tras sus actos.
Jugando solo una campaña nos enteraremos bien de toda la historia y no se quedan grandes vacíos argumentales que nos obliguen a jugar la contraria para poder entenderlo bien todo, aunque solo seremos conscientes de una parte del conflicto y no podremos valorar la guerra en su totalidad, la cual cobra mucho más sentido y una nueva capa de profundidad e interés cuando la hemos vivido desde ambos puntos de vista.
El guion en sí no se sale demasiado de la tónica habitual de este tipo de historias, pero tiene interesantes dilemas morales, está bien escrito y su desarrollo se hace lo suficientemente entretenido como para tenernos enganchados y queramos saber qué es lo que va a ocurrir a continuación, ya que la guerra es algo muy cambiante y que puede dar todo tipo de giros inesperados.
Quizá el mayor problema lo tengamos en la forma en la que se nos presenta el mundo, ya que el comienzo es demasiado brusco y casi no nos da tiempo a asimilar conceptos ni la forma en la que está estructurada este universo, motivo por el que tendremos que pasarnos por la enciclopedia que incluye para informarnos bien de todo. Se nota que sus desarrolladores han dedicado mucho tiempo y mimo en construir un mundo rico e interesante, pero quizá deberían de haber intentado introducirlo a lo largo de la aventura y no por medio de unos documentos de texto.
En cuanto a su jugabilidad, el título se centra única y exclusivamente en los combates. En cada fase tendremos que librar varias batallas seguidas, las cuales suelen acabar en el enfrentamiento contra algún jefe final. Esta estructura acaba provocando que el título se vuelva un tanto monótono tras unas pocas horas, aunque el sistema de combate es lo suficientemente sólido y original como para tenernos entretenidos, especialmente a medida que progresamos y los enfrentamientos van endureciéndose.
En esencia estamos ante un juego de rol que mezcla turnos con acción en tiempo real, obligándonos de esta manera a esperar a que se recarguen los puntos de acción de nuestros personajes para poder actuar.
Cada uno de nuestros héroes está asignado a uno de los botones principales del mando (o del teclado, claro) y cuando pulsamos su botón correspondiente, ese guerrero realizará un ataque si tiene un punto de acción disponible para consumir. Cada uno de ellos puede acumular hasta tres acciones, por lo que nuestro objetivo será intentar enlazar nuestras ofensivas para realizar grandes combos, ya que mientras más largos sean, mayor será el multiplicador de daño.
Para darle algo más de estrategia al asunto, en la parte inferior de la pantalla tenemos una barra con varios círculos que se van llenando con cada acción que realizamos. Si somos capaces de completarla sin recibir un golpe, el último personaje que la rellene realizará un ataque especial. Al mismo tiempo, en algunas casillas encontraremos ciertas ventajas, como que el personaje que la active no gaste su punto de acción o duplique su daño con ese ataque, obligándonos a escoger con cierto cuidado cada uno de nuestros movimientos para atacar y consumir acciones en el momento adecuado.
Además de todo esto, el título tiene un sistema de guardias en tiempo real, por lo que tendremos que aprender a bloquear en el momento justo para minimizar y evitar daños, pudiendo hasta reflejar las ofensivas de nuestros rivales si lo hacemos en el preciso instante en el que vamos a recibir un golpe. Eso sí, mientras tengamos la guardia levantada se pausará la regeneración de nuestros puntos de acción.
Finalmente, el protagonista de la campaña que estemos jugando también tendrá su propio rol en la batalla lanzando hechizos de ataque, curación y resurrección siempre que queramos y los recarguemos con los golpes normales de nuestros héroes.
Todo esto da como resultado un sistema de combate muy ágil, dinámico y divertido que al principio cuesta un poco de dominar, ya que en un primer instante puede dar la impresión de que machacando botones se puede salir al paso, aunque a medida que nos vayamos haciendo a sus diferentes dinámicas y los combates vayan aumentando su dificultad nos daremos cuenta de toda la profundidad y complejidad que esconden.
Lo malo es que, por lo general, suele haber un gran caos en pantalla, con multitud de efectos, animaciones y personajes solapándose, lo que entorpece mucho la visión de lo que está ocurriendo y, por lo tanto, dificultando la lectura de los movimientos de los enemigos para saber cuándo bloquear y cuándo atacar. Al final es algo a lo que te acabas acostumbrando, pero no deja de ser un detalle muy molesto y que empaña más de lo debido un sistema de juego muy bien pensado y que puede llegar a ser muy satisfactorio.
Entre combate y combate nos darán a escoger varias formas de actuar ante determinados problemas que afectan a nuestro reino, las cuales afectarán a la moral de nuestro reino. Eso sí, estas decisiones también nos darán potenciadores o penalizadores en la batalla, por lo que la elección nunca es fácil. Realmente no deja de ser un sistema de ventajas y desventajas encubierto bajo una capa de moralidad, pero funciona y consigue que nos impliquemos mucho más en la acción y en la historia, a pesar de que estas elecciones no tienen ningún impacto en el devenir de los acontecimientos, más allá de algún que otro diálogo modificado.
A nivel gráfico es un título simple, pero muy bonito gracias a sus personajes y escenarios dibujados a mano y el estilo artístico utilizado, repleto de elementos y detalles que ayudan a dotar de vida a este universo, a diferencia de las animaciones, demasiado rígidas y poco naturales. Además, a pesar de que apenas incluye opciones de configuración de vídeo, está muy bien optimizado y sus requisitos son extremadamente asequibles, por lo que casi nadie debería de tener problemas para hacerlo funcionar de forma fluida incluso en un equipo de gama baja.
En lo referente al sonido, la banda sonora nos ha encantado, recuperando ese estilo tan movido, frenético y épico de los JRPG de la era de los 32 bits, animando cada batalla con mucho acierto y consiguiendo que sus temas se nos queden grabados en la cabeza. El único problema es que no es demasiado extensa ni variada, por lo que se acaba repitiendo un poco más de lo que nos gustaría. Los efectos se limitan a cumplir sin más y el doblaje, en inglés (al igual que los textos) nos ha parecido muy mejorable. Al menos no hay muchas líneas de diálogo que estén interpretadas.
Conclusiones
Fallen Legion+ es una compra muy recomendable para todo aquel que esté interesado en un juego de acción y rol con un sistema de combate diferente y ágil, y que al mismo tiempo cuente una historia entretenida e interesante desde dos puntos de vista bien diferentes con los que explorar los dos lados de un gran conflicto. No se libra de ciertos errores, como el caos constante que hay en pantalla, la nula variedad de su propuesta o la forma tan brusca que tiene de presentarnos su mundo, pero eso no quita que nos lo hayamos pasado muy bien batallando en este mágico mundo para poner fin a una guerra en la que no todos son tan buenos como se creen que son.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Steam que nos ha facilitado PR Outreach.