Análisis de Europa Universalis IV (PC)
Paradox Interactive vuelve a superarse en el género de la estrategia con un título que viene a hacer más grande a la saga. Europa Universalis IV consigue profundizar aún más en la historia de la humanidad tirando, esta vez, del último periodo de la Edad Media. A través de casi medio milenio avanzaremos a través de las casas reales más influyentes y los conflictos que marcaron una época a nivel tanto social como económico o político y militar. Un ejercicio de geopolítica de gran magnitud que seguramente gustará a los seguidores de una saga que ya lleva muchos años en liza.
De la mesa al ordenador
Quizás los más jóvenes no sepan que Europa Universalis empezó siendo un juego de mesa en el que la geopolítica marcaba todos los objetivos. Hace algo más de una década, el producto dio el salto definitivo al ordenador y ahora, años después, es ya referencia del género de la estrategia más profunda. Un simple vistazo a su menú y a los cientos de posibilidades que brinda son suficientes para ver hasta donde podemos llegar con la nación que escojamos.
Si tenemos una partida guardada del anterior –como ya ocurrió en otros títulos–, Crusader Kings II, podremos aprovecharla respetando los 400 años que separan una época de otra, aunque esto no será una obligación, sino un guiño más hacia los forofos de esta saga que seguro que estos sabrán valorar bien.
Lo primero que descubrimos en la nueva propuesta del estudio sueco es que han conseguido uno de sus objetivos, el crear un proyecto muy amplio aunque respetando la curva de dificultad. Si otras propuestas anteriores se caracterizaban por su dificultad, ahora se ha llegado a un punto de equilibrio en el que lo inevitablemente profundo no significa ultra-complejo. El juego exige, y mucho, pero se deja jugar una vez tomemos las riendas de las diferentes maniobras a realizar. En cuanto a interfaz, los viejos jugadores verán que no ha cambiado mucho, y que la percepción general es la de un acabado muy pulido.
Un libro de historia
Si hablamos de unas características completas en lo que a jugabilidad se refiere, también tenemos que destacar lo potente de su base de datos en cuanto a la selección de naciones y periodos en los que jugar. Europa Universalis marca el inicio de la partida en el año 1444 pero el jugador puede modificar el año e incluso mes y día en el que iniciar el periplo. Si preferimos una época determinada podremos escoger entre hechos históricos tales como la caída del Imperio bizantino, la Guerra de los Treinta años u otra que nos toca de más cerca, la Guerra de Sucesión Española. ¿Queréis más? Los más afrancesados tienen la Revolución francesa y sus periodos más exaltados a disposición, o los amantes de la historia americana la Guerra de Independencia.
La selección de uno de estos periodos nos ofrecerá diferentes países con los que entrar en gestión y batalla. Todos ellos se ajustarán al momento histórico seleccionado. Para que veáis un ejemplo, si escogemos la Revolución Francesa nuestra elección pasará por Francia, Prusia, Austria, Gran Bretaña o España. Si por el contrario optamos por hechos periodos históricos como La Guerra de los Siete Años, uno de los mayores conflictos de la época, tendremos a nuestra disposición a reinos más discretos como Sajonia o Hannover a los que acompañarán potencias como Gran Bretaña, Austria o la misma Prusia.
Por lo contrario, si tenemos algún país preferido o potencia en mente también podremos escoger entre los centenares de naciones disponibles a lo largo y ancho del mapa. Cabe destacar, para los no iniciados, que la elección de naciones va cambiando con el mapa según el año de inicio escogido. Así, en el 1444 podremos optar por Castilla La Vieja, el Sultanato de Granada o La Corona de Aragón si visitamos la Península Ibérica y un tiempo después ya veremos a España formada como la conocemos hoy en día. Esta vista la tendremos en un mapa reformado en el que el zoom nos descubrirá una vista muy cuidada en la que se ha trabajado para dar mejor visibilidad al juego y a la partida. Pese a que el objetivo es contar con grandes conquistas y ver nuestro imperio a lo grande, en los primeros momentos disfrutaremos de un gran detalle en cuanto a ciudades y ejércitos se refiere.
La dificultad de la elección
Antes de empezar la partida, y por si queremos estar enterados de todo, Paradox Interactive nos ofrece una explicación del momento de la historia en la que estamos y las diferentes bondades de nuestra selección. En este caso en una parte de la pantalla veremos las habilidades administrativas, diplomáticas y militares además de poder acceder a las ideas que nuestro rey o gobierno tiene sobre el futuro. Así, la elección de la España de 1550 vendrá acompañada de ideas como La Reconquista, la Inquisición, la devoción religiosa o el hecho de contar con la poderosa Armada Española de cara a futuros conflictos.
Pues bien, todo eso viene acompañado de puntos y capacidades mejoradas en caso de seleccionarlo, lo que nos servirá a lo largo de la partida. Un último apartado, pero no menos importante, es el dedicado a la diplomacia. Las relaciones entre reinos eran y siguen siendo un hecho a tener muy en cuenta. En este caso nos comentan que nos encontramos en guerra con Francia, Armagnac, Auvernia o los Otomanos, entre muchos otros, que estamos aliados con Inglaterra y Austria y que contamos con un matrimonio real con Portugal, lo que nos ofrece ciertas ventajas pero también obligaciones.
La acción aún no ha empezado y la elección ya supone un reto en si misma. El objetivo es crear una inmersión total en el juego, y los suecos lo consiguen de forma automática otorgando toda esta importancia al momento de la selección.
Intuitivo aunque cargado
El jugador novel encontrará en Europa Universalis un título cargado de posibilidades en todos los sentidos. El hecho de asociar a la saga con el sub género de la alta estrategia no es fortuito, y eso queda demostrado en los primeros compases. El desarrollo de la nación se divide en esta ocasión en la cantidad de moneda que consigamos, en la mano de obra disponible, en la estabilidad con la que contamos, el prestigio frente a propios y extranjeros y la legitimidad de nuestro gobierno. Todo ello cambiará según nuestros movimientos, e igual como en cierta manera es positivo, las tornas pueden cambiar si tomamos malas decisiones. Todas estas variables cambian de año en año, y prometen tenernos enganchados a ellas en todo momento, ya que de ir bien o mal pueden determinar el riesgo de revueltas, guerras o invasiones.
¿Y cómo controlamos el territorio? Pues sencillo –y tampoco tanto–. Nuestro siguiente paso será buscar diferentes consejeros para los tres puntales de los que hemos hablado antes. Así contaremos con un consejero para la diplomacia, otro para la guerra y un último para la administración. Como no podía ser diferente, tendremos, no solo que comprobar su valía, sino también su procedencia y su salario, además de tener en cuenta su fuerte en cuanto el tema que domina. Así, un consejero militar puede darnos avances en costes de tecnología, más velocidad para refuerzos o un modificador mayor para la soldadesca según la elección. Todos los parámetros tienen un porqué, y en Europa Universalis marcarán, también, el devenir de la nación.
Investigación y tecnología
En un juego como este no podía faltar la investigación para avanzar. Como habréis adivinado, este tipo de movimiento cuenta con la misma fórmula que los anteriores y dispone de decenas de opciones para escoger. A nuestra disposición tendremos diplomáticos, misioneros, comerciantes o también misioneros que harán las veces de representantes en diferentes campos. Si bien el comercio es un indispensable, la religión –precisamente a través de los misioneros– será otra de nuestras ocupaciones. Lo hemos visto en otros títulos del género y también a lo largo de la historia. La conversión de un territorio a nuestra religión facilitará nuestra entrada en este, y también el modo en el que nos relacionemos con ellos.
Otro de los términos con los que el jugador tendrá que "Ideas". A partir de ahí la nación empezará a mutar y convertirse en lo que nosotros queramos. Así, conoceremos los términos de república, teocracia, tesoro o universidades entre muchos otros. No sólo los conoceremos, sino que profundizaremos en ellos para especializarlos y tomar decisiones con una base intelectual mayor. Todo ello va ligado al concepto de tecnologías, que iremos desbloqueando dentro de los bloques administrativo, militar y diplomático. De ahí las ideas como la Inquisición o La Armada disponibles para España. Estos conjuntos únicos cambiarán según la nación, y serán determinantes a la hora de investigar para nuestra nación.
Y de la tecnología a la mejora de unidades, ejércitos y demás cuerpos relacionados con la guerra i la colonización. Disponer de ciertas figuras es cabal en Europa Universalis, y así lo demuestra la necesidad de un colonizador si queremos "hacer las Américas" o descubrir lo que ocultan los territorios más allá de nuestras fronteras. Una vez encontremos una provincia o territorio vacío dispondremos de la capacidad de realizar un asentamiento, aunque tendremos que tener en cuenta a los pobladores del lugar. Asimismo el avance lo realizaremos a través de misiones y decisiones a tomar desde buen inicio. Estas se reparten en todo tipo de alianzas, invasiones, revoluciones y cambios a realizar en todos los sentidos.
Visualmente agradable
Como hemos dicho, la primera ojeada a la interfaz de Europa Universalis descubre una cantidad ingente de propuestas que al principio parecen inasumibles. Nada más lejos de la realidad. Gracias a los tutoriales, muy recomendados para los más noveles, y las ayudas que encontraremos en forma de explicación, podremos lidiar perfectamente con el título sin el riesgo de acabar perdidos. Los primeros compases se basan en las decisiones y las elecciones un poco a ciegas mientras que una vez tomada la carrerilla que todo ello requiere la jugabilidad se vuelve totalmente a favor del jugador.
Gráficamente no podemos hablar de algo revolucionario pero sí de un trabajo que mejora a la saga presente y cuenta con una animación en tres dimensiones muy destacable. Esta destaca especialmente cuando el zoom está en sus cotas máximas y podemos ver de cerca de las embarcaciones, unidades y edificios que van apareciendo conforme avanzamos en el juego. En cuanto al entorno sonoro tampoco podemos hablar de revolución. Paradox Interactive tira de una banda sonora de tintes bastante épicos viendo la época de colonizaciones y descubrimientos hacia la que nos dirigimos. Nada nuevo pero cumpliendo las necesidades que el género requiere.
Profundidad y precisión
Los cuatro siglos de historia que Paradox pone a disposición del jugador y la amalgama de información que el título dispone para cada partida encantarán a los amantes de este género. En este sentido Europa Universalis da una vuelta de tuerca a la estrategia convencional, una arma que puede tornarse en contra en algunos casos por su densidad. Lo que a algunos les parecerá una profundidad totalmente aceptable a otros les aburrirá por su complejidad. Algunos compases de la partida cuentan con maniobras tan profundas que requerirán estar pendiente de muchos temas a la vez. Como hemos visto cada decisión inicial puede tener injerencia en el futuro.
Algo que Paradox debería revisar de inmediato es la adaptación que ha realizado a nuestro idioma. Si bien es verdad que el título viene totalmente traducido al castellano, observamos desajustes en muchos textos. No solo saltos de línea imposibles sino también ortografía y sobreimpresiones que deberían arreglarse con muchísima urgencia. Si observamos la utilidad que la ayuda nos presta, es necesario que todo texto quede totalmente visible.
Con todo ello este título hace justicia al nombre de la saga y se postula como uno de los grandes representantes de esta Grand Strategy de la que la compañía sueca hace gala. Un imprescindible para los amantes del género.