Análisis Diablo 2 Resurrected, una remasterización infernalmente divertida (PC, PS4, Switch, Xbox One, Xbox Series X/S, PS5)
La nostalgia puede ser un arma de doble filo muy peligrosa, especialmente si esta tiene que ver con aquellos videojuegos con los que muchos crecimos. En nuestra memoria, aquellos que de verdad nos hicieron disfrutar y nos obsequiaron con largas tardes de diversión y entretenimiento siempre serán perfectos e incluso mejores que muchos que vinieron después, pero la realidad a día de hoy puede ser muy distinta, ya que la industria ha evolucionado muchísimo y nos hemos acostumbrado a múltiples comodidades.
Por eso, volver a jugar por primera vez tras muchísimos años a alguno de aquellos juegos que nos dejaron un recuerdo maravilloso e imborrable puede acabar por decepcionarnos si no tenemos cuidado a la hora de manejar nuestras expectativas.
Evidentemente, hay infinidad de títulos que aguantan de auténtico lujo el paso del tiempo y no tardan lo más mínimo en recordarnos por qué siempre tendrán un lugar especial en nuestros corazones, aunque no todos corren la misma suerte.
Ahora, Blizzard nos trae de vuelta Diablo II, un juego que marcó a toda una generación de jugadores a principios de siglo y uno de los títulos más influyentes de todos los tiempos, con una trabajada remasterización realizada por Vicarious Visions que nos ha demostrado que seguir aniquilando hordas de demonios en el mundo de Santuario junto a nuestros amigos es algo que nunca pasará de moda.
Videoanálisis y nota de voz
A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, en el que os contamos qué nos ha parecido el juego viendo imágenes de la versión de PC, que es a la que hemos jugado:
También podéis escuchar un resumen en audio del análisis con nuestra nota de voz:
La batalla contra los Demonios Mayores
Lo primero que tenemos que dejar claro es que el objetivo principal del estudio con esta nueva versión ha sido recuperar la experiencia de Diablo II y Lord of Destruction (su genial expansión) con la mayor fidelidad posible. Esto quiere decir que no hay ninguna novedad a nivel de contenidos y que sus mecánicas se han mantenido prácticamente intactas, algo que quizá podría suponer una ligera decepción si esperábamos el añadido de alguna clase más o un acto inédito.
De este modo, podremos disfrutar de un juego de rol y acción de perspectiva isométrica en el que deberemos explorar regiones y mazmorras que se generan de manera aleatoria mientras nos enfrentamos a auténticos ejércitos de monstruos dispuestos a acabar con nosotros. Evidentemente, conseguiremos experiencia, subiremos de nivel, personalizaremos a nuestro personaje repartiendo puntos entre sus atributos y en su árbol de habilidades, y mejoraremos nuestro equipo con armas y armaduras cada vez más poderosas.
Sí, es un juego en el que siempre estaremos haciendo lo mismo y donde los "farmeos" (algunos de ellos bastante tediosos) están a la orden del día, pero su bucle jugable resulta tan adictivo y satisfactorio que, al final, consigue que las horas parezcan minutos, especialmente si disfrutamos de su multijugador online, donde saca a relucir todo su potencial. Además, el bestiario es tan extenso y variado que nunca deja de sorprender y siempre nos obligará a adaptar nuestras estrategias a las peculiaridades de los rivales que busquen acabar con nosotros, por lo que rara vez tendremos tiempo para aburrirnos o acomodarnos.
Algo que conviene destacar si nunca habéis jugado esta entrega es que aquí la importancia del equipo es muchísimo mayor que en su secuela a la hora de combatir y que, por lo general, lo más efectivo suele ser centrarse en potenciar unas pocas habilidades y abusar de ellas mientras damos buena cuenta de todo un arsenal de pociones para regenerar vida y maná, uno de los aspectos donde más se notan los años que tiene a sus espaldas, pero que no va a impedir que os lo paséis genial masacrando a todo lo que se os ponga por delante. Y sí, las sensaciones que transmite la aventura a la hora de impactar y liquidar a un enemigo siguen siendo increíbles.
Donde sí que hemos echado de menos más retoques es en la interfaz y los controles con teclado y ratón, ya que se ha mantenido prácticamente idéntica a la del original, lo que implica que el cambio entre unas habilidades y otras no es todo lo cómodo que cabría esperar al solo poder tener dos de ellas "equipadas" a la vez. En cambio, los nuevos controles con mando sí que resultan mucho más modernos y amigables al permitirnos acceder de manera inmediata hasta a 12 habilidades diferentes con tan solo pulsar un botón, aunque claro, así perderemos la precisión e inmediatez de la que hace gala el cursor de un ratón.
Las buenas noticias las tenemos en la gran cantidad de pequeñas y sutiles mejoras de calidad de vida que se han introducido, como el enorme montón de opciones de accesibilidad para que personalicemos la experiencia de juego a nuestro gusto. Además, ahora el alijo tiene más espacio y cuenta con varias pestañas compartidas entre todos nuestros personajes, algo que resulta increíblemente útil y cómodo. También se ha mejorado la forma en la que los objetos caen al suelo para facilitar su recogida y se han añadido cosas tan de agradecer como que el oro se obtenga con tan solo pasar por encima, por mencionar tan solo un ejemplo.
Tampoco nos podemos olvidar de que la búsqueda y creación de salas online es más rápida e intuitiva, así como las mayores facilidades que tendremos a la hora de invitar a nuestros amigos o que estos se unan a nuestras sesiones. Eso sí, que los personajes se sigan distinguiendo en online y offline es algo que creemos que se podría haber cambiado o gestionado de otra manera. De igual modo, se echa muchísimo de menos una opción para poder jugar en cooperativo local, aunque según explicó su director, Rob Gallerani, esto habría conllevado hacer cambios en algunos de sus sistemas que habrían alterado la esencia del original más de lo deseable.
¿Remasterización o remake?
Como veis, Diablo II Resurrected sigue siendo el mismo juego de siempre y mantiene toda su diversión intacta gracias a las sutiles mejoras y novedades que se han introducido para hacerlo más accesible y cómodo, pero lo que realmente marca la diferencia respecto a su versión original es su apartado audiovisual, el cual se ha rehecho por completo para que luzca tal y como esperaríamos de un juego que llega al mercado en pleno 2021.
Los modelados, los efectos, las texturas, los escenarios, la iluminación... Todo se ve de auténtico lujo y respeta con muchísimo mimo y fidelidad el apartado artístico que tanto caracterizó a esta entrega, considerablemente más oscuro, siniestro, sobrio y oprimente que el de la tercera parte. El trabajo que se ha hecho en este sentido es excepcional y mentiríamos si os dijésemos que muchas veces queríamos avanzar solo por el placer de ver cómo se han remozado nuestras zonas favoritas y los monstruos que más nos gustaban. Hay ligerísimos cambios en algunos diseños, pero el resultado es simplemente sobresaliente y es todo un gustazo poder revivir un título tan importante en estas condiciones, algo que también se aplica al remake de sus sorprendentes vídeos. Y lo mejor de todo: podemos cambiar en tiempo real entre sus gráficos originales y los nuevos con tan solo pulsar un botón.
Ahora bien, tenemos que advertiros que ha llegado al mercado con nuevos bugs y errores de programación, algunos más molestos que otros, que pueden entorpecernos o sacarnos de la experiencia, algo que el equipo de desarrollo está trabajando en solucionar. Adicionalmente, no han sido pocos los episodios de lag que hemos sufrido en varias partidas, aunque los servidores están estabilizándose poco a poco y parece que van mejorando.
Al sonido sí que no le podemos poner ni una sola pega, ya que la banda sonora sigue siendo una auténtica maravilla capaz de sobrecogernos con sus tenebrosas y variadas composiciones, por no hablar de que se adapta como un guante a los diversos ambientes que visitaremos. Y sí, se ha regrabado y ahora suena mejor que nunca. Los efectos también son fantásticos y el doblaje español es exactamente el mismo que disfrutamos hace dos décadas, lo que le da un toque nostálgico que nos ha gustado mucho.
Conclusiones
Diablo II Resurrected es justo lo que esperábamos: una puesta al día a nivel audiovisual de todo un clasicazo que también se ha visto beneficiado por varias mejoras de calidad de vida que hacen que la experiencia con él sea más redonda y satisfactoria que nunca. Hay detalles que todavía tienen margen de mejora como su vetusto sistema de control con teclado y ratón, y tampoco habría estado de más la inclusión de contenidos realmente nuevos que expandiesen más si cabe esta leyenda de la industria del videojuego, pero no se puede negar que el resultado final es muy satisfactorio y que nos lo hemos vuelto a pasar en grande aniquilando demonios y fortaleciendo a nuestros héroes. Puede que en la actualidad haya sido superado por obras más modernas, pero si algo nos ha quedado claro tras haber vuelto a recorrer su fascinante universo es que muy pocos han conseguido replicar las sensaciones tan únicas y especiales que siempre consigue transmitirnos. Y eso, al final, es lo que termina de confirmarnos que, independientemente de la nostalgia que podamos sentir hacia él, sigue siendo un auténtico juegazo.
Hemos realizado este análisis gracias a un código para PC que nos ha facilitado Blizzard.