Análisis de Deponia Doomsday (PC, PS4, Xbox One, Switch)
Cuando todos creíamos que las aventuras del incorregible Rufus habían llegado a su fin, Daedalic nos vuelve a sorprender tres años después con la cuarta entrega de su saga Deponia, un título que parece destinado a contentar a los fans que no quedaron completamente satisfechos con la conclusión de la trilogía original, tal y como parodia el mismo vídeo de introducción. Sin embargo, Deponia Doomsday no ha terminado de estar a la altura de lo esperado, dando como resultado una aventura repleta de momentos que sabrán sacarnos unas cuantas carcajadas, pero con un desarrollo muy irregular, unos puzles mejorables y un final tremendamente decepcionante.
El día del juicio final
Esta vez la premisa argumental es un poco más compleja que lo visto en sus predecesores, ya que para justificar la creación de un nuevo juego de la serie se ha apostado por el clásico recurso de reiniciar toda la historia, con Rufus despertándose de una terrible pesadilla en la que inicia una revolución para salvar a todos los habitantes de Deponia y que da como resultado la extinción del planeta.
De este modo, se nos da a entender que todo lo que vivimos en las tres primeras entregas no fue más que un sueño premonitorio, aunque algunos detalles no parecen terminar de encajar, por lo que tendremos que descubrir si todo aquello ocurrió de verdad o no, y ya de paso, intentar salvar al mundo de ese horrible bigote que Rufus llevaba en su pesadilla.
Y bueno, puestos ya, también podríamos evitar la destrucción de Deponia.
Como resultado tenemos un guion disparatado y repleto viajes y paradojas temporales con un desarrollo algo irregular y que tan pronto nos ofrece momentos muy buenos y con mucho ritmo que otros bastante pesados y tediosos. Además, a todo esto le tenemos que sumar un final desastroso, de esos capaces de arruinar todo un juego por sí mismos y de hacernos sentir que todo el tiempo que hemos invertido en la saga ha sido una pérdida de tiempo.
El humor vuelve a ser la clave, por lo que el título hace gala de una ingente cantidad de chistes de todo tipo y no duda en romper la cuarta pared de multitud de formas distintas, aunque nos ha dado la impresión de que ha perdido parte de su brillantez, con un Rufus mucho menos mordaz que antes (aunque sigue teniendo sus momentos) y con bromas más "tontas" y menos graciosas.
En lo que respecta a su jugabilidad, volvemos a encontrarnos ante una aventura gráfica de point and click de corte clásico en la que tendremos que inspeccionar cuidadosamente cada escenario para encontrar objetos y utilizarlos sobre otros elementos con los que podamos interactuar para así resolver puzles. Evidentemente, también podremos hablar con otros personajes y combinar lo que consigamos para crear nuevas herramientas que nos den la solución para avanzar.
Como decimos, se trata de un título muy tradicional y que sigue paso por paso todas las enseñanzas del género a la vez que mantiene todos los aciertos de sus predecesores, como el genial sistema de inventario y lo intuitivos que resultan sus controles. Por desgracia, los puzles han bajado también el listón, con algunas resoluciones sin apenas lógica que invitan a que utilicemos la táctica del ensayo y el error antes que la agudeza de nuestro ingenio, de modo que pocas veces nos dejarán esa sensación de satisfacción tan reconfortante con la nos suelen recompensar los rompecabezas de los grandes títulos del género.
Otro de los problemas del juego lo encontramos en lo mal que se ha utilizado el tema de los viajes temporales, dando pie a multitud de situaciones y puzles nada inspirados en los que nos harán repetir muchas acciones y recoger varias veces los mismos objetos hasta dar con el resultado necesario para que la trama avance y continúe su desarrollo, dando la impresión de que se ha utilizado como una excusa para alargar artificialmente la duración del juego en vez de como un recurso narrativo y jugable verdaderamente interesante.
A pesar de todo lo dicho, Deponia Doomsday sigue siendo un juego divertido y muy entretenido que sabe sacarnos varias sonrisas y hacernos pasar un buen rato. De hecho, si os gustó la trilogía original estamos casi seguros de que disfrutaréis de su propuesta durante las más de 20 horas que dura, y más todavía si tenemos en cuenta la escasez de aventuras gráficas que hay actualmente en el mercado. Simplemente se siente que está hecha con menos ganas y mimo, como una oportunidad desaprovechada de hacer algo realmente grande y memorable.
Gráficamente sí que no tenemos prácticamente ninguna pega, ya que Daedalic ha realizado un gran trabajo con los escenarios (están recargadísimos y repletos de detalles) y el diseño de personajes, consiguiendo que nos sintamos como si estuviéramos viendo una película de animación tradicional con un apartado artístico muy entrañable.
El sonido también mantiene un buen nivel, con una banda sonora que se adapta perfectamente a todo lo que vemos en pantalla y al ambiente del juego, aunque hemos echado en falta más canciones como las de la trilogía original. Los efectos cumplen correctamente su función y el doblaje en inglés cuenta con unas actuaciones competentes en casi todos los casos e incluso con algunas estrellas invitadas de la talla de David Hayter (conocido mundialmente por haber sido la voz de Solid Snake y Big Boss en Metal Gear Solid hasta su quinta entrega), quien protagoniza un divertidísimo cameo en el tutorial.
No vamos a negar que echamos muchísimo de menos el doblaje español de los dos primeros Deponia, ya que eran simplemente perfectos y de lo mejor que hemos escuchado, aunque, al menos, esta vez el título sale directamente con los textos traducidos al castellano y con muy buen nivel, de modo que podréis disfrutar igualmente de la aventura incluso aunque no dominéis la lengua de Shakespeare.
Conclusiones
Puede que Deponia Doomsday sea una de las entregas más flojas de la saga, pero sigue siendo una aventura gráfica muy disfrutable por cualquier fan del género y de la serie que simplemente quiera pasar un buen rato inspeccionando escenarios, resolviendo puzles y echándose unas risas con las ocurrencias del carismático Rufus. Lo irregular de su desarrollo, la falta de lógica de algunos puzles, lo tediosos que se hacen ciertos momentos, lo poco aprovechada que está la posibilidad de viajar en el tiempo y su decepcionante final le impiden alcanzar una nota más elevada, pero si echáis de menos este tipo de títulos, aquí encontraréis una opción de compra muy interesante y a la que merece la pena echarle un vistazo.
Hemos analizado este juego gracias a un código de descarga que nos ha proporcionado Daedalic Entertainment.