Análisis Degrees of Separation, originales puzles con historia (PC, Switch, Xbox One, PS4)
Algo que alabamos constantemente en Vandal es la originalidad. En una industria que, aun siendo joven, lleva ya varias décadas activas, ver cómo los desarrolladores independientes siguen siendo capaces de diseñar nuevas mecánicas y/o envolverlas en nuevos universos. Degrees of Separation hace esto con bastante éxito, y nos ofrece un más que interesante proyecto ideal tanto para uno como para dos jugadores.
Grados de separación
Degrees of Separation es un juego de puzles en dos dimensiones con un pequeño componente de plataformeo diseñado para dos jugadores, pero que puede jugarse sin problema en solitario. Esta aventura nos pone en la piel de dos personajes, Ember y Rime, cada uno con un poder diferente. Ember transforma todo lo que la rodea en algo cálido, mientras que Rime hace justo lo opuesto, cubriendo todo de frío y nieve.
Lo más curioso es que ambos personajes no pueden tocarse, ya que una barrera invisible los divide. Esta barrera también divide la pantalla en función de la posición en la que los personajes se encuentren, lo que será la principal mecánica para resolver los puzles. Por ejemplo: imaginad que hay una zona de agua en el escenario y una puerta que se abre con una cuerda que no podemos alcanzar desde el agua. El objetivo sería conseguir poner el agua en la mitad de la pantalla de Rime para congelarla, saltar desde la superficie congelada a la cuerda, y luego mover a Ember de manera que pueda llegar hasta la puerta ahora abierta.
Este es un ejemplo muy, muy básico de lo que depara Degrees of Separation. Es un juego que, sin duda, os va a hacer pensar. El juego pone especial énfasis en los coleccionables, ya que, en realidad, son el objetivo real de los puzles. Tenemos que conseguir una serie de bufandas para abrir una puerta misteriosa, pero para avanzar por un nivel no tenemos que conseguirlas todas.
Este diseño de niveles fomenta la libertad y evita la frustración, ya que, si no podemos resolver un puzle en concreto para conseguir ese objeto, podemos seguir avanzando sin problema y volver luego. Esto es especialmente útil si estamos jugando con dos jugadores y no queremos pararnos demasiado.
Lo cierto es que los puzles de Degrees of Separation están bastante bien planteados y diseñados, obligándonos a pensar de manera no convencional en muchos casos para resolverlos. Además, se van aderezando con pequeños cambios en la fórmula de vez en cuando que le aportan variedad, pero para ser sinceros, estos cambios no son suficientes para evitar que tras varias horas de juego se acaben haciendo un tanto repetitivos.
Entendemos que con el concepto base, el de dividir la pantalla en función de la posición de los personajes, tampoco se puede hacer mucho más, y hay que reconocer el gran trabajo que han hecho los desarrolladores a la hora de crear estos puzles, pero al final te deja la sensación de que hay como tres o cuatro variables que se repiten con pequeños cambios.
Contigo o sin ti
Degrees of Separation nos permite, como decíamos, jugar de manera cooperativa con otro jugador, aunque los desarrolladores han asegurado estar trabajando en una actualización que añada multijugador a través de internet. Jugarlo con alguien ofrece una experiencia notablemente más ágil e incluso mucho más práctica para algunos puzles, que parecen haber sido diseñados con el multijugador en mente.
Si jugamos solos, lo cierto es que se controla sorprendentemente bien. Tenemos un botón para pedirle a nuestro compañero que nos siga o que deje de hacerlo, y otro para cambiar de personaje. La inteligencia artificial también es medianamente proactiva, y si, por ejemplo, la empujamos comenzará a andar a nuestro ritmo. Es un detalle pequeño, pero son cosas así las que marcan la diferencia entre un compañero y un pelele. Esto no quiere decir que sea perfecta, y a veces se va a quedar atascada de vez en cuando intentando seguirnos, pero no suele ser una molestia.
Sobre el control, nos habría gustado verlo más ajustado de cara al plataformeo. Cumple para el tipo de juego que es, pero no podemos evitar muchas veces sentir esa sensación de control de juego Flash; no sabemos si nos explicamos. Es ese control en el que sientes que los personajes flotan más de lo que deberían y que no responden del todo bien. Pero, repetimos, cumple su cometido.
Quizás los desarrolladores lo han hecho a propósito para enfatizar lo fantástico del mundo de Degrees of Separation, que, dicho sea de paso, nos ha gustado bastante. La historia, escrita por Chris Avellone (Fallout: New Vegas, Pillars of Eternity, el último Prey) es bastante interesante, y la narración está muy bien implementada, con una voz femenina relatándonos los acontecimientos tanto presentes como pasados mientras jugamos.
Visualmente nos parece muy atractivo, y dado que su mecánica principal jugable consiste en cambiar radicalmente la apariencia del escenario, nos deja momentos muy interesantes. Esa sensación de juego Flash también nos la encontramos en las animaciones de los personajes, aunque, al igual que el control, cumple perfectamente su cometido. En general, como os decimos, está a muy buen nivel en lo gráfico.
Lo sonoro, por su parte, también nos ha convencido. Aunque hay melodías que nos acompañan durante la aventura, el protagonismo se lo lleva la narradora. El juego sólo tiene voces en inglés, pero nos llega con subtítulos en español, y dado su ritmo pausado, es fácil seguir la historia mientras jugamos.
Partiendo el tiempo
Degrees of Separation nos ha parecido un título de puzles muy recomendable, sobre todo si lo jugamos en compañía. Es perfectamente disfrutable en solitario, pero con dos jugadores la experiencia gana enteros y, sobre todo, facilita solucionar algunos puzles concretos. Puzles que, queremos destacar, son muy originales y están muy bien diseñados, aunque a la larga echemos en falta algo más de variedad en su propuesta.
Si os gustan los juegos que os hagan pensar y se os apetece algo para degustar en cooperativo, creemos que el título que hoy nos ocupa es una buena opción. Es una aventura que tiene sus problemas, pero también tiene una historia y un apartado audiovisual muy cuidados, una duración más que respetable –una media de ocho horas, en función de lo que os entretengáis y os atasquéis– y momentos muy entretenidos.
Hemos realizado este análisis en PlayStation 4 Pro con un código proporcionado por Dead Good Media.