Análisis de Crusaders: Thy Kingdom Come (PC)

Debemos a Creative Assembly la recuperación del género de estrategia bélica, esta vez ubicado en el tiempo real y con representaciones mucho más realistas de los contendientes en liza. Shogun Total War, lanzado en el año 2000, creó toda una serie de secuelas, clones e incluso expansiones que seguían la fórmula de emulación bélica en tres dimensiones. Pues bien, los últimos en incorporarse a este género son NeoCore Games y el contexto que han elegido no ha sido otro que el Medievo; perfecto para representar las batallas entre cristianos y musulmanes que dominaron del siglo XI al XIII. A partir del 1095 cientos de caballeros, comerciantes y aristócratas partieron al próximo oriente con la excusa de liberar la ciudad santa de Jerusalén. Fuera de la invocación religiosa, existían detrás poderosísimos intereses comerciales cuyo objetivo era liberar las rutas del mediterráneo oriental del pernicioso control de los musulmanes. Cruzada ideológica o guerra comercial, múltiples definiciones para un conflicto casi global que engatusó la imaginación de los escritores románticos. NeoCore Games ha recogido este espíritu en un juego que cuenta con un competente modo campaña, escenarios múltiples y el siempre agradecido multijugador. El grueso del desarrollo en sí está en el modo campaña, donde tendremos que elegir entre cinco héroes de distintas partes de Europa de acuerdo a nuestros gustos bélicos. La elección no es baladí, y cada uno de los personajes se ajusta a un estilo de juego determinado. Así, si queremos ejércitos pesados, defensivos, tendremos que optar por un personaje, mientras que si preferimos un ejército móvil y versátil elegiremos a otro. Los cinco personajes a elegir son Godofredo de Tolosa, Pedro Luis Cativiela de la Provenza, Lotario de Aquisgrán, Roger de Hastings y Roberto de Nápoles. Todos ellos se ajustan a ciertos perfiles de jugador, y cuentan con bonos específicos respecto al ataque o defensa. Una de las ideas interesantes y bien implementadas del modo campaña es la incorporación de un campamento entre misiones. Este, que haría las veces de fase de gestión, hace que el juego cuente no sólo con una mayor profundidad estratégica sino también con ciertos toques de personalización que recuerdan al rol. Este modo campamento nos permite distintas opciones que se devienen imprescindibles con la creciente dificultad del juego: resumen de misión, reclutamiento, campo de entrenamiento, reliquias, refuerzos y facciones. La primera y segunda opción son las más comunes, y nos permiten tener un esbozo de la próxima batalla y reclutar tropas para esta (son bastante caras, y el dinero que se obtiene en las batallas no es gran cosa). Las tres siguientes opciones son las que nos permiten mejorar las unidades con subidas de nivel, objetos mágicos (reliquias) y reclutamiento de otras facciones distintas a la nuestra. Estas últimas unidades no son tan leales en el campo de batalla como el resto, así que usadlas con precaución.

Precisamente, la última opción es facciones, donde veremos los distintos tipos de unidades y la distinta lealtad que tienen en nuestro ejército. Cada cruzado está asociado a un tipo de facción, la facción preferida, y tiene un mayor dominio sobre este tipo de tropas. Esta última opción no deberá ser eludida por los jugadores si no quieren encontrarse con sorpresas en el campo de batalla. La batalla en sí recoge la mayoría de opciones de otros títulos, incorporando distintas velocidades, reagrupación en banderas e incluso órdenes avanzadas. Hay una gran importancia del héroe en la batalla, contando con bonos específicos y adaptándose a la táctica que elijamos. La elección, repetimos, no debe ser hecha sin pensar y requiere que el jugador elija el método bélico que más le satisfaga. Por supuesto, nos encontraremos con un buen plantel de tropas del mundo bajomedieval, como arqueros, infantería o caballería. Las máquinas de asedio tendrán su protagonismo en misiones más avanzadas. La respuesta de las unidades, la inteligencia artificial, es competente y permite dar órdenes de manera rápida y sin problemas. El error del control se debe más a la cámara, gracias a la cual cuesta en ocasiones seguir la acción de batalla. Si bien no hace injugable el desarrollo, no permite seguir fácilmente la acción como en otros títulos.

Existe, por otra parte, una interactividad de los ejércitos con el entorno muy grata, y en ocasiones podremos ver desprendimientos de rocas, y efectos físicos derivados de la lid. El tiempo también varía, y algunas unidades sufrirán distintas penalizaciones dependiendo del clima en la batalla. Crusaders muestra un competente apartado visual, especialmente centrado en las texturas y que representa de manera realista los entornos del mediterráneo oriental. Quizá no esté a la altura de otros lanzamientos en el género, pero no resulta deslucido en ningún momento. Por otra parte, el título cuenta con un competente diseño de producción, mostrando ilustraciones de cada uno de los caballeros y cierta personalidad en el diseño de los personajes. En cuanto al sonido, mantiene ciertas fanfarrias en los vídeos que conectan las batallas pero en general se adapta al medio y evita ser muy crispante en la acción en sí. Más trabajados en este género los efectos de sonido ofrecen una recreación realista de las múltiples acciones de nuestros cruzados. Crusaders no es ningún juego mediocre, y la mayoría de elementos que lo forman rayan a una buena altura. El problema quizá se da en la escasa innovación en el desarrollo de las batallas; lo único innovador es el campamento entre misiones y la importancia de los héroes, pero tanto una como otra se quedan un poco a medio gas en su aprovechamiento. Una mayor cantidad de opciones, mayor personalización y quizá más héroes a elegir habrían permitido a Crusaders convertirse en un referente en el género. Ahora bien, a pesar de todo esto la optimización respecto a la Beta y su escalabilidad en todos los ordenadores le permitirán tener un público seguro.

Título en cierto sentido continuista, Crusaders Thy Kingdom Come ofrece un mayor desarrollo en el modo campaña y ciertas opciones de personalización que lo hacen destacar ligeramente respecto al resto de juegos bélicos. ¿El problema? Estas opciones no parecen haber sido explotadas del todo, y se quedan en ocasiones un poco limitadas para lo que en realidad pretenden. Por lo demás, hay otros elementos notables como el sistema de facciones e incluso la trabajada inteligencia artificial que demuestran el talento de NeoCore Games en realizar un buen juego. El problema es que es tan sólo eso, y quizá con un poco más de ambición podría haber sido el rival a batir.