Análisis de Crayon Physics Deluxe (PC)
El pasado año 2008 tuvo como uno de sus principales alicientes la gran explosión de contenido independiente en el PC y en las consolas de sobremesa, generando un aluvión de títulos de gran calidad como Audiosurf, Braid o el sobresaliente World of Goo, por lo que era previsible que este año que se acaba de estrenar aprovecharía el tirón generado por este nuevo descubrimiento en la industria. Y así se está cumpliendo, siendo el juego que tenemos entre manos uno de los títulos independientes que más expectación había generado para los primeros meses de 2009.
Crayon Physics, publicado por Petri Purho el 1 de junio de 2007, fue el pistoletazo de salida para este proyecto que concluye ahora.
En aquel entonces Petri sacó una versión reducida del juego en el que se plasmaba el concepto de una manera reducida con motivo del Experimental Gameplay Project, una comunidad de creadores innovadores que se ponían como límite cinco días para desarrollar y plasmar una idea en un juego.
Esa pequeña demostración jugable tuvo una excelente acogida en la comunidad y Petri, su creador, anunció que se dedicaría los siguientes meses a desarrollar una versión completa de Crayon Physics, dando nacimiento así por primera vez a lo que hoy conocemos como Crayon Physics Deluxe, título que en su camino hasta el lanzamiento tuvo el honor, entre otros, de ser uno de los grandes triunfadores del Independent Games Festival celebrado en el pasado 2008.
Exprimiendo nuestra mente
Entrando ya de lleno en lo que es el juego, podemos decir que el título parte de una premisa muy simple como es llevar un objeto, en este caso una pequeña pelota, hacia un destino escenificado como una estrella en el escenario. Eso es todo, eso, y nada más. Pero entonces, ¿qué tiene de especial el juego? Pues la forma en que se desarrolla la jugabilidad. Al comenzar la partida nos encontraremos con un escenario que intenta plasmar la textura de una hoja doblada de papel en la que encontraremos los citados elementos que debemos juntar. Como en todos los juegos de este tipo, los primeros niveles serán simples paseos jugables para que nos hagamos a la idea de lo que podemos hacer y de las posibilidades que tenemos para lograrlo.
Nuestro único elemento real con el que podremos interactuar será un lápiz que hará además la función de cursor de nuestro ratón (si es que jugamos con ratón, claro), y que tendrá propiedades mágicas pues todo lo que dibujemos en ese escenario laminado cobrará vida por parte de magia. De esta forma si dibujamos una línea recta podremos hacer un camino para que la pelota llegue a su destino, mientras que si hacemos un gran cubo quizás nos sirva para hacer de contrapeso en una catapulta e impulsarla, o por el contrario si unimos varios ejes quizás creemos una curiosa máquina que lleve nuestro preciado tesoro hacia la estrella que marca el final del escenario. El límite esta vez lo pondrá nuestro imaginación pues las posibilidades que nos ofrece cada pantalla son tan elevadas que podríamos pasar la mayoría de ellas decenas de veces sin repetir la forma en que hemos salidos airosos de la misma.
El juego cuenta con alrededor de unos 80 niveles que iremos descubriendo a través de diversas islas que ocupan un océano que podremos cruzar con un pequeño barco de papel. Cada isla contará con un nivel inicial y al pasarlo iremos desbloqueando las sucesivas pantallas, pudiendo elegir entre varias opciones para seguir nuestro camino en algunas ocasiones y teniendo la oportunidad de saltar niveles si en ese momento no se nos ocurre la manera de dar con la solución. Cada nivel que pasemos sumará una estrella a nuestro casillero, y esos serán los elementos que nos indicarán cuándo podremos pasar a una nueva isla pues se irán desbloqueando automáticamente al acumular cierto número de las citadas estrellas.
Como decimos, las posibilidades que el juego nos pone en bandeja son incontables, pero tiene como contra que los niveles no alcanzan en la mayoría de ocasiones el grado de grandeza que sí desprende el resto del juego. En general nos veremos ante escenarios pequeños con uno o más obstáculos entre la pelota y la estrella y con una solución de los mismos relativamente evidente. Siempre se puede exigir a uno mismo el dar con una solución más compleja, y es así como conseguiremos el grado máximo de complicidad con el juego, pero es algo que no te exige el título de por sí, y eso es un pequeño, pero importante contratiempo, que se podía haber corregido con un mejor diseño de los escenarios. Por poner un ejemplo tenemos el caso de World of Goo, con una premisa jugable igualmente simple e incluso similar en su fondo (llevar unos objetos de una parte del escenario a otra), pero en este último caso los escenarios son terriblemente buenos, e incluso en los últimos niveles el juego consigue que nos sorprendamos de lo que es capaz de mostrarnos. Por suerte para todos Crayon Physics Deluxe incorpora un notable editor que permitirá que la comunidad prolongue en gran medida la longevidad del juego.
Una de las virtudes del juego es la gran accesibilidad de la que hace gala desde el primer instante, pues el control es tremendamente intuitivo usemos ratón o usemos una pantalla táctil (cabe mencionar que el grado máximo de implicación se lograría jugando en un tablet PC o equipo similar en el que podamos usar una lápiz óptico). El botón izquierdo del ratón nos permitirá dibujar nuevos elementos, y el botón derecho eliminarlos. Además podremos reiniciar de forma instantánea cada pantalla y no recibiremos ninguna penalización por fallar las veces que sea necesario. Es un título muy pausado que no nos exigirá un mayor esfuerzo que el que nosotros estemos dispuestos a depositar en él mientras jugamos.
Técnicamente no estamos ante ningún espectáculo gráfico, pero el juego desprende una personalidad propia diferenciable lo cual es digno de elogiar. Además cuenta con un gran motor de físicas que es uno de los culpables de que tengamos tantísimas posibilidades para encarar los niveles. En cuanto al sonido tendremos diversas melodías de fondo que nos acompañarán en nuestra aventura y que no resultarán ni especialmente agradables ni tampoco molestas.
En conclusión, Crayon Physics Deluxe es un buen juego que bebe de las bases de los clásicos títulos de puzles como Incredible Machine aportando una nueva e innovadora visión que da todo el poder al jugador. La diversión que nos puede ofrecer es directamente proporcional a las ganas que tenga el jugador de experimentar con cada pantalla por lo que el jugo que se puede sacar va mucho más allá de lo que es pasarse cada uno de los niveles. Una opción muy recomendable para quienes tengan ganas de exprimir su cabeza, y quienes no tengan, que al menos prueben la demostración que quizás cambien de opinión.