Análisis de Blues and Bullets - Episode 1 (PC, Xbox One, PS4)
Nota: ya que uno de los responsables de este juego es un colaborador habitual de Vandal, Ramón Nafria, hemos decidido no otorgarle una valoración al juego, para no incurrir en un conflicto de interés.
En el adolescente mundo de los videojuegos todavía queda mucho por descubrir e inventar, y los géneros nacen, se reproducen y tienen hijos que les ganan la partida a sus padres.
Ese es el caso de las aventuras gráficas, un género tan querido y veterano del que nacieron las "aventuras cinematográficas", que están ahora más de moda que nunca, de lo que tiene mucha parte de culpa Telltale Games.
El estudio californiano lo fundaron en 2004 algunos exempleados de LucasArts, y empezaron con lo que mejor sabían hacer, aventuras gráficas, con la novedad del formato episódico. Poco a poco fueron experimentando, le dieron un nuevo toque cinematográfico a sus juegos, dejaron a un lado los puzles, y tras algún que otro traspiés (el irregular Back to the Future: The Game, el directamente malo Jurassic Park: The Game), dieron en el clavo con The Walking Dead, y todo lo que han creado después, que sigue su estela sin salirse demasiado de la fórmula.
Como suele ser costumbre al calor de este éxito están llegando propuestas parecidas, y alguna de ellas está teniendo mucho éxito, como Life is Strange, del que hoy hemos conocido que ya ha vendido un millón de unidades. Hoy nos llega otro juego a lo Telltale Games, Blues and Bullets, una aventura episódica desarrollada por los barceloneses A Crowd of Monsters, y que tiene un punto de partida cuanto menos interesante: ponerte en la piel de un crepuscular Eliot Ness, ya retirado del mundo de la justicia, que tendrá que resolver un último caso.
Eliot Ness fue un agente del tesoro estadounidense que combatió el crimen organizado en los años 20, durante la Ley seca, y que es muy conocido en la cultura popular gracias a todo tipo de novelas y películas, como la genial Los Intocables de Brian De Palma. La aventura toma prestada a este carismático personaje y lo lleva a un mundo de ficción, en el que se ha retirado y es el dueño de un restaurante, y su archienemigo, Al Capone, no murió tras enfermar en la cárcel de Alcatraz, sino que está vivo y encima le pide un favor, pese a haber sido enemigos en el pasado.
Tendremos que investigar las extrañas desapariciones de los niños de la ciudad de Santa Esperanza, en una aventura de corte cinematográfico, siempre empujada por la narrativa, y en la que tendremos que tomar constantes decisiones, algunas sin importancia, pero otras influirán en el devenir de los acontecimientos, en nuestras relaciones con el elenco de los personajes. No movemos por unos escenarios muy reducidos, que apenas podemos explorar, y siempre nos llevan de la mano en un desarrollo lineal, dejándonos muy claro con qué elementos podemos interactuar.
Lo primero que llama la atención es su dirección artística, muy buena, y bastante valiente, ofreciendo unas imágenes en blanco y negro con mucha fuerza, al estilo del cine negro, en el que solo hay una excepción, los elementos de color rojo, que sí se nos muestran, ofreciendo un atractivo contraste. Los semáforos en rojo, las alfombras, las bocas de riego, algunos vestidos y corbatas, y por supuesto, la sangre, ya que esta aventura no escatima en violencia, es un juego bastante crudo, aunque siempre deja hueco para unas dosis de humor, sin duda una seña de identidad de su guionista, Josué Monchan, conocido por su trabajo en Pendulo Studios.
En los diálogos en vez de mostrarnos las líneas de texto que podemos contestar se nos ofrecen unas sencillas palabras para elegir, "ironía", "paciencia", "sinceridad", "mentira", "media verdad", etcétera, y esto nos sirve de sobra para decidir qué tipo de respuesta queremos dar, lo que puede cambiar escenas posteriores y nuestra relación con los personajes. Todavía no sabemos hasta qué punto estas decisiones serán importantes y podrán cambiar el argumento, ya que este se trata del primer episodio de cinco, y apenas se nos presentan los personajes, la historia y las mecánicas jugables.
Nota: ya que uno de los responsables de este juego es un colaborador habitual de Vandal, Ramón Nafria, hemos decidido no otorgarle una valoración al juego, para no incurrir en un conflicto de interés.
Además de diálogos y cinemáticas, hay otros ingredientes en la fórmula, como tiroteos, aunque un tanto especiales, ya que son sobre raíles, y no podemos mover al personaje libremente, sino que solo podemos apuntar, disparar y a veces –muy pocas-, cambiar de cobertura. En este primero episodio estos no tienen demasiada importancia y son muy fáciles, puro trámite, aunque aportan un toque de variedad que se agradece. Al igual que unos sencillos quick time events, para mostrarnos alguna peleas de la manera más espectacular posible.
El ingrediente jugable que sí nos ha gustado bastante más y que creemos que puede dar mucho juego es la investigación de la escena del crimen, teniendo que recoger pistas y seleccionarlas en un tablón, para resolver diferentes incógnitas, como dónde empezó el crimen, cómo transcurrieron los hechos, cuál fue el motivo, etcétera. Tenemos que coger algunos objetos y girarlos para encontrar pistas, observar lugares concretos del escenario con una cámara en primera persona, y esta labor detectivesca es bastante entretenida, lo que nos ha recordado a juegos como L.A. Noire o Murdered: Soul Suspect.
El problema es que cuando nos acercamos a una pista, al igual que con cualquier otro elemento con el que podamos interactuar a lo largo del juego, se nos muestra con un gran icono rojo, lo que facilita demasiado las cosas, y quizá deberían haber dado la opción de eliminar esta ayuda en las opciones. Es lo que tienen las aventuras cinematográficas, y lo que las diferencia de las "gráficas", que entre sus motivaciones nunca se encuentra ofrecer un reto jugable, sino una historia, una experiencia.
El juego se puede completar en unas dos horas, más o menos en la media de este tipo de aventuras episódicas, y entre los diálogos, las cinemáticas, los tiroteos, y la gran escena de investigación, es variado y entretenido, se hace bastante ameno, aunque la historia no hace más que arrancar, y todavía no muestra todas sus cartas. Al igual que en los juegos de Telltale, nuestras decisiones más importantes se comparten en internet, y podemos ver un porcentaje de lo que han respondido todos los jugadores, lo que siempre es curioso.
Ya hemos dicho que la ambientación es genial, también gracias a una buena banda sonora, algo imprescindible en el género noir, pero falla en algo muy importante, la ejecución técnica, y hemos tenido distintos problemas gráficos, a pesar de probar varias configuraciones, algo que es posible que en parte se vaya solucionando en los próximos días. Además pide demasiado equipo para lo que pone en pantalla, por lo que imaginamos que no está muy bien optimizado, y por pequeños detalles y errores da la sensación en general de poco pulido, de que la técnica no apuntala el buen trabajo artístico, lo que es una pena. Es el juego más ambicioso hasta el momento A Crowd of Monsters, y seguro que aprenden de la experiencia, esperamos que los próximos capítulos tengan mejor músculo técnico.
El juego se encuentra con voces en inglés y textos en español, con un casting correcto, y en algún caso notable. Por ejemplo a Eliot Ness le pone voz Doug Cockle, conocido por doblar a Geralt of Rivia en la serie The Witcher.
Videojuego negro
Las aventuras cinematográficas siguen explorando nuevos caminos, y Blues and Bullets es una buena muestra de lo que el género puede llegar a ofrecer, añadiendo nuevos ingredientes a la fórmula, como escenas de acción o investigación detectivesca. Aunque al ser tan parecido a los juegos de Telltale o al haber tomado prestados personajes como Eliot Ness o Al Capone se le podría tachar de poco original, lo cierto es que Blues and Bullets cuenta con un mundo con personalidad propia, capaz de dejar imágenes con mucha fuerza. Ya está disponible el primer episodio, y si os gustan este tipo de juegos deberíais echarle un vistazo.