Análisis Beyond a Steel Sky, secuela del mítico Beneath a Steel Sky (PC, Xbox One, PS5, PS4, Switch, Xbox Series X/S, iPhone)
Recientemente hicimos un repaso de las mejores aventuras gráficas de la historia. Sí, es cierto que había pocas sorpresas: muchos juegos de LucasArts, de Sierra y algunas de las incorporaciones de los últimos años, como Machinarium o Gemini Rue. Quizás uno de los menos conocidos por el gran público sea Beneath a Steel Sky de 1994, desarrollado por Revolution Software y con un aire ciberpunk, de distopía, que contaba con dos importantes nombres detrás, el director Charles Cecil y el artista de cómics Dave Gibbons.
Más de dos décadas después nos llega su secuela, Beyond A Steel Sky. Sigue perteneciendo al mismo género, pero se renueva por un mundo 3D más en la línea de las aventuras narrativas actuales y se envuelve en unos valores de producción sorprendentemente buenos para un lanzamiento que no ha armado mucho ruido -no al menos para el que merecería la continuación de un juego de culto- en dos plataformas: el servicio de suscripción Apple Arcade y PC.
De vuelta a Union City
Lo primero que hay que señalar es que transcurre diez años después de los acontecimientos del original, y de nuevo controlamos a Robert Foster. Si no has jugado al original, no te preocupes: es importante y se disfruta más conociendo aquella historia, pero no es esencial. En resumen, nuestro personaje vive una vida feliz de retiro en el Gap hasta que un día el hijo de su amigo es secuestrado en un extraño tanque arácnido.
Robert se propondrá encontrar al joven y los pasos le llevarán nada menos que a Union City, que ahora idolatra a su antiguo compañero robótico, Joey. Una ciudad futurista donde la trama se irá complicando poco a poco, con más de un oscuro secreto en una sociedad más retorcida de lo que aparenta.
Efectivamente, la aventura gráfica ha evolucionado en presentación, pero en el fondo sigue siendo muy similar a un point’n click de los años 90. Robert dispone de un inventario, una útil palanca y, desde muy pronto, un chip implantado en la mano con datos de un hombre muerto, aunque eso no le abrirá todas las puertas y causará algún que otro problema. Después tenemos los típicos puzles en zonas más o menos cerradas donde para avanzar necesitas un objeto o la ayuda de un personaje que a su vez sólo reacciona si le ofreces lo que quiere, interactúas con el entorno, haces uso ingenioso de esos objetos que tienes en el bolsillo y conversas con los personajes para conocer pistas o su colaboración.
Por mucho apego que se tenga al formato más típico, el mundo 3D también resulta más cómodo de investigar, y todo lo que es susceptible de ser útil se resalta cuando nos acercamos a ello. Los retos no están en perder un objeto clave porque era muy pequeño o lo has pasado por alto, sino en ver qué puedes hacer con lo que tienes o para echar una mano a alguien que más adelante te dará su ayuda.
Beyond A Steel Sky consigue de esta manera recoger un poco lo mejor de las aventuras narrativas –su inmersión, sistemas de diálogos, placer de explorar zonas, aunque sean limitadas- con los puzles lógicos de las aventuras gráficas. Es decir, que la historia es interesante y habrá mucho tiempo para preguntar y repreguntar sobre lo que te intriga, pero también vas a pensar con algunos de sus desafíos, no es una "película interactiva", y no lo decimos como algo peyorativo, sino porque realmente hay más mecánicas que en un juego de Telltale. Por ejemplo, uno de los artilugios que conseguimos permite hackear ciertos aparatos electrónicos y cambiar sus funciones mediante un minijuego en el que se modifica su comportamiento: la velocidad de una máquina, que funcione cuando debería dar error, etc. Pese a que en algunos momentos se abusa de este aparato, también da libertad para experimentar.
La conversación también es muy importante, y hay información que sólo se consigue probando todas las preguntas posibles a los ciudadanos o robots de cada zona. Claro, a medida que avanzamos los pasos para cada resolución son más complejos, necesitas dar más vueltas y viajes, pero el mundo de Beyond A Steel Sky es suficientemente interesante como para disfrutar incluso en los bloqueos mentales –además, un sistema de ayuda opcional evitará que dejes aparcado el juego al mínimo obstáculo-. Mantiene el humor del original, en las mismas dosis, así que nunca llega a una sucesión de gags absurdos en la línea de Day of the Tentacle, pero está alejado de los futuros decadentes que vemos en otras historias de ciencia ficción. Union City es, a ratos, un lugar bastante optimista y lleno de vida.
¿Está destinado a ser un futuro clásico? Probablemente no, pero mentiríamos si no dijésemos que nuestras sensaciones han sido más positivas de lo esperado. Eso no significa que sea perfecto, que su trama pierda gancho a medida que avanza o, sobre todo, que ofrezca escasas localizaciones explorables dentro de una ciudad que a la vista es enorme. Es una producción intermedia y en parte es comprensible, pero definitivamente habría ganado con más variedad de entornos. Sufre algún que otro bug en ciertos diálogos que no se resuelven tal y como debería, algunos personajes quedan andando frente a obstáculos, cámaras colocadas en posiciones extrañas –dentro de objetos- durante diálogos y otros fallos que afean un poco la experiencia, ninguno grave. Se puede completar en unas 10 horas, que no está nada mal para una aventura gráfica, pero su rejugabilidad es limitada una vez conoces las soluciones.
Una estética inspirada en el cómic
Es verdad que su lanzamiento en iOS podría hacer temer que el apartado gráfico se viese afectado en la versión de PC, pero cumple sobradamente con lo exigible. Corre en Unreal Engine y su estilo gráfico es ligeramente cartoon, especialmente influenciado en los cómics –no esperábamos menos con Gibbons en el proyecto-. El sombreado de los modelados, los mensajes de texto en viñetas… No está llevado al extremo de Borderlands, pero le da personalidad y equilibra bien el nivel de detalle; sólo rechinan las animaciones o la expresividad de los rostros. Las interpretaciones en inglés son buenas y la música es más bien escasa, aunque no se echa mucho de menos gracias a los efectos de sonido que acompañan cada exterior o interior.
Conclusiones
Siempre es positivo ver nuevas aventuras gráficas, y más con la ambición de Beyond A Steel Sky. Lo más fácil para el estudio habría sido tirar de nostalgia gratuita –aunque en este caso la saga no parta del tirón de un Monkey Island- y repetir la plantilla de hace 20 años. Esto causa que en algunos apartados falle un poco más de lo que debería, con errores que nos saquen momentáneamente de la genial ambientación de Union City, pero sus sólidos puzles –sin soluciones absurdas- o la calidad de su guión durante la mayor parte del tiempo son suficientes motivos de peso para que le des una oportunidad, seas o no fanático del género, hayas jugado a Beneath a Steel Sky o no tengas recuerdos de la época dorada de las aventuras gráficas. Divertido de jugar y explorar, sin que por ello alcance niveles de genialidad.
Hemos realizado este análisis en PC con un código que nos ha proporcionado Renaissance.