Análisis Astral Ascent, los sorprendentes caballeros del Zodiaco (PC, Switch, PS4, PS5)

Desde hace unos años, hemos visto cómo los roguelike han ido ganando popularidad, recuperando, en cierta manera, ese concepto clásico de morir una y otra vez para llegar cada vez un poquito más lejos, pero con la diferencia de permitirnos progresar de diferentes maneras para que cada partida sea un poquito diferente. Hoy tenemos un nuevo exponente del subgénero de la acción. Os contamos qué nos ha parecido Astral Ascent.

La guerra nunca cambia

Astral Ascent es un roguelike de acción en dos dimensiones en el que, eligiendo entre uno de los cuatro héroes disponibles, tendremos que escapar de el Jardín, el sitio en el que nos vemos atrapados, y que está protegido por 12 jefes que se corresponden con los signos del zodiaco. Para ello, intentaremos una y otra vez avanzar, mientras vamos desbloqueando habilidades, mejorando las que ya tenemos y diferentes aspectos de nuestro personaje, y hablando con los diferentes personajes que conoceremos por el camino y que nos ofrecerán su ayuda a lo largo de nuestra aventura.

La premisa, en cierto modo, recuerda inevitablemente a Hades, mientras que el combate recuerda algo más al de Dead Cells, y la verdad es que comparten ciertas similitudes, pero una vez empezamos a profundizar en Astral Ascent queda muy claro que es un título con una personalidad y propuesta muy únicas. Aparte del botón de ataque básico y un par de movimientos más, cada personaje tiene una serie de cuatro movimientos especiales que requieren energía para usarse, y que tendremos que ir consiguiendo en cada partida.

Estos movimientos tienen un orden que podemos modificar fuera de la batalla, pero una vez en acción, se usarán siempre en ese orden. Esto le da un componente estratégico muy interesante, que nos anima a probar diferentes combinaciones, mejorar y expandir las posibilidades de los movimientos que más usamos, y combinarlos con los movimientos normales para crear el estilo de juego que más se amolde al nuestro. Además, la aventura al completo puede jugarse en cooperativo para dos jugadores.

A estudiar entre pelea y pelea

Lanzarte a la batalla y pelear es relativamente sencillo. Al fin y al cabo, la esencia es accesible, pero entender cómo funciona todo es bastante más complicado. Para que os hagáis una idea, tenemos un glosario al que podemos acceder desde el menú de pausa en cualquier momento y así poder entender qué es cada uno de los múltiples elementos que componen Astral Ascent. Esto es lo que, en nuestra opinión, hace peor: explicar cómo funciona todo.

Hay tutoriales, pero son demasiado concisos y, a veces, poco explicativos, y van a pasar, al menos, unas cuantas horas hasta que nos sintamos cómodos con lo que estamos haciendo. Es una pena que durante los primeros compases del juego, que es cuando hay que atrapar al jugador, sea cuando menos brilla, pero os animamos a perseverar; una vez pasada esa cuesta inicial, Astral Ascent es fantástico, todos sus sistemas cobran sentido y nos atrapa como pocos juegos consiguen atraparnos.

Una vez atrapados, es difícil salir, y es uno de esos títulos en los que fácilmente vamos a echar 100 horas hasta tener la sensación de haberlo completado. Como Hades, hay un montón de personajes con los que hablar, algunos de ellos críticos para mejorar nuestro personaje o desbloquear nuevas habilidades, mientras que otros simplemente nos ayudan a aprender más sobre la historia. Cada uno de los protagonistas cuenta con diferentes diálogos también, por lo que, para verlo todo no será suficiente con especializarnos en uno.

Personalidad propia

En lo visual, Astral Ascent va a ser muy divisivo. Su estética es muy similar a la del Prince of Persia, con unos sprites muy simplistas, en los que la animación sobresale por encima de todo. Ver a los personajes moverse es genial, y junto a la fantástica respuesta de estos a los mandos, sirve para ofrecernos unas batallas extremadamente satisfactorias, algo importantísimo si tenemos en cuenta que son la base del juego. Creemos que las pantallas y los vídeos no le hacen justicia, y cuando lo jugamos es cuando de verdad notamos el trabajo que hay detrás de sus gráficos.

Por supuesto, tenemos personajes mucho más detallados en los diálogos o en las secuencias más importantes, como las presentaciones de los jefes, así como secuencias de animación para momentos concretos, como la introducción. La banda sonora funciona a la perfección, acompañándonos y haciéndose notar en todo momento... a diferencia de la traducción. Nos parece un poco chocante que un juego con tanto énfasis en la narrativa y tanto que leer haya prescindido de traducciones a cualquier idioma europeo aparte del inglés y el francés (y este último, porque el estudio es francés), pero sí tenga textos en chino, coreano, ruso o japonés. Así que si no os lleváis bien con ninguno de estos idiomas, puede que no podáis disfrutarlo tanto.

Una nueva cita ineludible para los fans de los ‘roguelike’ de acción

Astral Ascent nos ha recordado mucho, y de la mejor manera posible, a Hades. No porque sea una copia, sino porque coge los elementos que lo hacían tan bueno y los hace propios, ofreciendo una experiencia similar y, a la vez, completamente distinta. Un combate sobresaliente, una estética que no gustará a todos pero que, creemos, funciona a la perfección, ideas muy interesantes e incluso un modo cooperativo para aprovechar su propuesta roguelike hacen de Astral Ascent un título más que recomendado para los amantes del género. Creemos que se podría haber mejorado la explicación de sus mecánicas y sistemas, pero no es nada que acabe dañando la experiencia tras unas horas de juego.

Hemos realizado este análisis en Steam Deck con un código de descarga proporcionado por ICO Partners.