Análisis de Alien Breed 2: Assault (PC, Xbox 360)

Hace unos diez meses se lanzaba Alien Breed: Evolution para el Bazar de Xbox 360, que tras seis meses de exclusividad era lanzado para PC en junio y en este mes de septiembre para PlayStation Store, con el sobrenombre de Impact en vez de Evolution, ya que incluye unos pequeños cambios respecto al original. Ahora nos llega la continuación directa sorprendentemente pronto, sobre todo en PC con solo tres meses de diferencia, aunque en su momento Team 17 anunciará que esta resucitación de la saga iba a contar en un principio con tres capítulos, por lo que es previsible que la tercera entrega no tarde tampoco mucho en llegar.

El Alien Breed original es un juego lanzado para el ordenador Commodore Amiga en 1991 convertido dos años después para DOS y que en los años sucesivos contaría con diversas entregas, hasta llegar a 1996 con Alien Breed 3D II que sería la última entrega hasta la actual continuación de la franquicia. Los primeros Alien Breed, sin contar la subsaga 3D que eran un clon más de Doom tan de moda en aquellos días, son unos juegos de acción frenética con una vista cenital en los que teníamos que matar cientos de alienígenas sin muchas más complicaciones más allá de activar algún que otro interruptor para poder seguir avanzando.

Alien Breed: Evolution se trató de una vuelta a los orígenes de la saga en toda regla ya que calcaba la mecánica jugable del original envuelto en unos gráficos de última generación, y esta continuación hecha de manera tan rápida no aporta novedades destacables respecto al primero siendo más un segundo capítulo de una trilogía que una nueva entrega, de hecho prosigue directamente la historia donde lo dejó el primero. Tomamos el papel de Theodore J. Conrad, un ingeniero de la nave espacial Leopold que se estrella contra una nave fantasma llena de alienígenas de la que deberá escapar, peripecias que se continúan en esta segunda entrega.

El juego se muestra en un perspectiva isométrica en la que podemos variar el ángulo de la cámara hasta en ocho posiciones distintas, abandonando en unas pocas ocasiones este punto de vista para darle al juego un aire más cinematográfico. Con el stick izquierdo manejaremos el personaje y con el derecho apuntaremos, con el gatillo disparamos y con los botones realizaremos otras acciones como correr, recargar nuestras armas o usar y recoger objetos. El control es muy sencillo y en pocos minutos nos haremos con él, una sencillez que se corresponde con la mecánica jugable del juego, de acción muy directa y arcade que a la larga se vuelve en su contra.

La historia se nos narra entre misiones mediante unas secuencias estáticas tipo cómic bastante sosas, durante el juego nos vamos comunicando por radio con nuestros compañeros de equipo y en alguna ocasión aparece alguna escena cinemática para mostrarnos algún evento o enemigo relevante, escenas estas un tanto cutres que muestras las carencias técnicas del juego. Por lo demás no haremos otra cosa que ir disparando a todos los enemigos que salgan a nuestro paso, distintas variedades de Aliens que aparecen por los suelos y las paredes de la nave de manera en ocasiones sorprendente, y que algún susto nos darán, pero cuyos patrones de movimientos son siempre los mismos: ir a por nosotros de cabeza sin contemplaciones. La presencia de estos nos es advertida en un radar que tenemos en la parte superior derecha de la pantalla donde podemos ver desde donde nos vienen los enemigos y hacía donde debemos ir para seguir el desarrollo del juego, aunque esto último se puede desactivar en la opciones para complicarnos un poco más la vida.

Para batir a todos estos enemigos contaremos con armas típicas como la pistola de serie de munición infinita, un fusil de asalto, escopeta, lanzallamas, granadas y otras más pesadas como el lanzacohetes que iremos obteniendo según avancemos en la historia. Por los escenarios encontraremos diversos objetos como munición, botiquines o créditos y en los puntos de guardado podremos acceder a una tienda en la que gastar este dinero en diversos ítems o mejoras para nuestras armas, que nos darán más velocidad de recarga o potencia de fuego. Tanto el dinero, la munición o los botiquines son un tanto escasos por lo que no deberemos derrocharlos lo que da un punto de estrategia y tensión al juego al tener que hacer un correcto uso de nuestro arsenal y no despilfarrarlo.

Entre tanto disparo poco más haremos por los escenarios que no sea recoger ítems y buscar en los cadáveres por si nos dan algún objeto o registro de información, algunos cuartos son más difíciles de alcanzar y están un tanto escondidos por lo que la tarea de encontrarlos nos proporcionará algunos de los pocos momentos de exploración y de variedad en el título. Para avanzar seguiremos los puntos que se nos indican en nuestro radar abriendo puertas, activando interruptores, apagando y encendiendo máquinas y resolviendo toda clase de estropicios en la nave, lo que se acaba volviendo bastante monótono y dando una sensación en ocasiones de alargar artificialmente las fases, lo que unido a la sencilla mecánica de disparar constantemente acaba convirtiendo el juego en algo bastante repetitivo.

Disparar a todo lo que se mueva puede ser divertido, pero después de un rato haciéndolo siempre por los mismos escenarios, a los mismos enemigos y de la misma manera se vuelve un tanto aburrido. Los enemigos no cuentan con ningún tipo de inteligencia artificial ni de rutinas de ataque, por lo que da igual que sean distintos ya que lo único que los diferencia es lo resistentes que son y el daño que nos hacen, y la dificultad del juego radica en disparar rápido en todas direcciones, solo los jefes finales aportan algo distinto, y tampoco son muy numerosos. La cámara en ocasiones nos pone en algún aprieto ya que aunque está bien el que podamos situarla en el ángulo deseado esto se realiza pulsando los botones RB y LB de ángulo en ángulo y cuando nos vienen enemigos de todos los lados cambiarla de una vista a otra se hace muy engorroso y en muchas ocasiones acabaremos disparando a ciegas.

No dudamos que esta mecánica de juego funcionara a principios de los 90, pero hoy acostumbrados a títulos más complejos es difícil que no nos acabe aburriendo y resultando monótono, aunque cierto público de la vieja escuela que amaba este tipo de juegos quizás disfrute de un título que recupera esas sensaciones de los juegos de acción de antaño sin más complicaciones. Contamos con un modo historia con cinco niveles que se pueden acabar en unas seis horas, además de un modo Supervivencia en el que deberemos acabar con múltiples oleadas de enemigos en distintos escenarios, y el modo Asalto cooperativo, que se puede jugar tanto de manera local como online. Este es un modo campaña hecho específicamente para dos jugadores en el que veremos aumentada considerablemente la cantidad de enemigos.

En el apartado técnico nos encontramos con el manido Unreal Engine 3 usado de manera correcta, aunque cuando se adoptan perspectivas más cinematográficas en algunas escenas el juego muestra sus vergüenzas con unas texturas muy simples y unos modelados que lo son aún más, aunque a su favor podemos decir que pese a la sobrecarga de enemigos la fluidez del juego nunca se resiente, unos alienígenas con unos diseños demasiado parecidos a los de cierta saga cinematográfica de renombre, que podrían ser tachados perfectamente de plagio.

Los escenarios son bastante detallados aunque al transcurrir siempre por lo interiores de la nave acaben volviéndose muy repetitivos, lo que no es excusa ya que otros juegos de temática similar han sabido ser más variados. Los efectos gráficos son bastante discretos, aunque nos intenten demostrar demasiadas veces lo bonitas que les han quedado las explosiones que sufriremos constantemente por cualquier motivo y sin mucho sentido. Por su parte el apartado sonoro con voces en inglés, pero con subtítulos en castellano, pasa totalmente desapercibido.

Estamos ante un título muy discreto en todos sus apartados, que en un principio resulta divertido por su sencilla acción directa sin complejos pero que con el paso de las horas se acaba convirtiendo en tedioso, y no solo por sus ambiciones jugables. Siempre estaremos disparando, lo que no está mal, pero siempre por los mismos escenarios, a los mismos enemigos, realizando los mismos movimientos y activando mil y un interruptores sin más sentido que marearnos de un lado a otro alargando la duración de las fases.

Un juego espiritualmente muy clásico y rudimentario que creemos conseguirá satisfacer a un público muy específico que esté buscando exactamente esto, pero el resto debería andar con pies de plomo y probarlo antes ya que lo que hagamos en 20 minutos en una demo será lo que hagamos luego durante seis horas, ni más ni menos, y en el territorio de los títulos descargables contamos en los últimos tiempos con auténticas maravillas por lo que este juego no consigue destacar en nada, siendo sencillamente correcto.