Análisis de Albedo: Eyes from Outer Space (PC, Xbox One, PS4)
Es cada vez más habitual encontrarnos, gracias a la distribución digital y a la democratización de algunas herramientas de desarrollo, con videojuegos arriesgados, diferentes y muy originales que de otra manera no habrían gozado de una oportunidad en las estanterías de nuestra tienda habitual de videojuegos. Bien por el miedo de las editoras, bien por la ausencia de un presupuesto con el que financiarlo. A simple vista, Albedo: Eyes from Outer Space nos parece especialmente interesante. Tras abandonar su versión Early Access en Steam -que comenzó en 2014-, llega ahora su concepción final, que pule algunos de los fallos y carencias reclamadas por los usuarios de la comunidad que decidieron apoyar el proyecto desde sus inicios. Y el resultado definitivo, si bien no rompe los cánones del género, sí nos ha parecido digno de reconocimiento.
¡Vinieron del espacio exterior!
Albedo: Eyes from Outer Space quizás no habría tenido otro destino que el de desaparecer entre otros videojuegos más jugosos de cara a las ventas de seguir el formato tradicional. Hablamos de un juego muy especial, marcado por la estética habitual de las películas de ciencia ficción de la más baja estofa y serie B, amamantándose de tics y recursos visuales que harían estremecerse de emoción al mismísimo Ed Wood. Merge Games ha sabido impregnar de la nostálgica y algo inocente identidad pulp propia de la ciencia ficción de los años cincuenta y sesenta, usándola para sus propios fines narrativos. Nuestra aventura en Albedo: Eyes from Outer Space comenzará como un día más en la oficina. Mientras realizamos nuestros quehaceres nocturnos de vigilancia, y mantenemos a raya los horarios en las instalaciones de un laboratorio secreto.
Obviamente -como en Half Life, la obra maestra de Valve-, la cosa se complicará a las primeras de cambio, llevándonos a vivir situaciones límites y deliciosamente retorcidas, siempre con la ciencia ficción de la edad dorada de fondo. No os queremos arruinar nada, pero el pretexto de Albedo: Eyes from Outer Space es muy interesante, y casa a la perfección con su intrincada -aunque muy divertida- propuesta jugable.
Ciencia ficción, humor, terror y puzles
¿Cómo definir a Albedo: Eyes from Outer Space como videojuego? Es algo difícil. Merge Games -estudio que está compuesto por una única persona, Fabrizio Zagaglia- ha sabido conjugar un buen número de ideas provenientes de algunos de los juegos más reputados y queridos del género de rompecabezas en primera persona en tres dimensiones. Es inevitable pensar en juegos clásicos como Myst y Riven incluso en el reciente Bioshock -por el manejo de la ambientación como herramienta para inmiscuir al jugador en los enigmas que lo rodean-, si bien invita al jugador a devanarse más la cabeza como si de un título de puzles point and click clásico se tratase. Sí, tendremos momentos muy movidos, con dosis de acción -y si nos apuráis, terror-, pero el juego no intenta utilizarlos de forma efectista ni artificial, aunque también creemos que es un punto polémico que no termina de cuajar con el sentir general del juego -pero de eso hablaremos más adelante-.
Albedo: Eyes from Outer Space como videojuego, está bastante bien diseñado, con un planteamiento que aunque no puede evitar sentirse algo lineal conforme pasan las horas, funciona. Siguiendo las pautas del género, en Albedo: Eyes from Outer Space nos encontraremos descubriendo cientos de objetos entorno tras entorno, habitación tras habitación, laboratorio tras laboratorio, lidiando con el inventario e intentando encontrar la combinación correcta de los citados ítems, para avanzar. Podemos coger, mirar, lanzar y combinar, estos ítems, pero la interacción del jugador con estos ellos, así como su manejo a través del inventario, no nos ha parecido demasiado correcta ni intuitiva mostrándose demasiado confusa durante los primeros minutos de la partida y como algo torpe conforme vamos avanzando en la aventura.
Un desafío de estética pulp
El mayor logro de Albedo: Eyes from Outer Space es que no trata, en ningún momento y bajo ningún concepto, de tontos a los usuarios. Estamos ante un título muy difícil, desafiante a medida que nos internamos en su mecánica, con algunos de los puzles más originales -y perversos- de cuantos hemos visto en los últimos meses. Quizás no esté al nivel de genialidad ni de maestría de videojuegos como The Stanley Parable o The Talos Principle, pero se le acerca.
Con respecto a los puzles residentes en el juego, los habrá de todo tipo, forma y concepción. Tendremos que jugar con nuestros reflejos, con nuestra percepción espacial, así como con el tiempo, que jugará un papel determinante en los últimos compases del videojuego. Incluso algunos de ellos, se conectarán los unos con los otros, obligándonos a encontrar un orden lógico entre pistas y soluciones. Suena complicado, y de hecho lo es, pero además de ciertas ayudas y respuestas in-game -si pulsamos el tabulador, el protagonista dará detalles de qué tenemos que hacer- llegados a cierto punto, encontraremos un cierto ítem llamado TDT o Temporal Dilation Tool -Herramienta de dilatación temporal, en castellano- que nos ayudará a jugar con el tiempo y el estado de las cosas en un futuro próximo, ofreciéndonos una solución parcial a los puzles que nos pondrán por delante. Algo parecido a lo que veíamos en juegos como Singularity o Timeshift, pero con mayores y mejores aplicaciones en la mecánica del juego.
Además, como os contábamos anteriormente, sabe dosificarse. Albedo: Eyes from Outer Space nos pondrá a combatir contra numerosas legiones de alienígenas y enemigos -hay un trasfondo de lucha entre civilizaciones extraterrestres-, que nos asediarán cada cierto tiempo. En estos momentos, olvidamos el elemento reflexivo de los puzles y nos dedicaremos a luchar contra ellos, utilizando desde armas un tanto prosaicas -como un destornillador- a otras más específicas y efectivas, como una escopeta de doble cañón. Eliminar a estos monstruos del espacio exterior de un único ojo -que nos recordarán, una vez más, el sentimiento de película de Roger Corman que parece envolverlo todo- no es demasiado difícil, y como decimos, parecen más situaciones de alivio y desfogue a la monotonía tras la resolución de los sendos rompecabezas que se nos cruzarán por delante, pero se agradecen. Y si todo esto nos sigue superando, siempre podemos elegir la dificultad más baja, que incluso, nos marcará los objetos de colores llamativos y disminuirá la inteligencia artificial de los extraterrestres y enemigos.
Albedo: Eyes from Outer Space es un juego muy atractivo técnicamente. Se desarrolla la mayor parte bajo tierra, y entre tuberías, instalaciones científicas y laboratorios de variada índole, pero no acusa repetición ni fatiga visual bajo ningún concepto -acabaremos rodeados de ciénagas tóxicas, de tentáculos y de lúgubres y orgánicas cuevas, con lo que sí pensáis en Aliens, de James Cameron, acertaréis-. Una vez más, nos vemos obligados a compararlo con Half Life o Bioshock, en los cuales se creaban ciertas cohesiones estéticas que transportaban al jugador a sus respectivos universos. Nos sentíamos parte de ellos. Pues bien, dicho sentimiento en Albedo: Eyes from Outer Space se repite, y teniendo en cuenta que el juego narra su disparatada historia in-game, sin escenas o secuencias de video, más todavía. Sus gráficos están plagados de detalles, como increíbles juegos de luces, buenos modelados o texturas de gran calidad y definición.
El título funciona muy bien en equipos de gama media, y excepcionalmente bien, en aquellos con más potencia. Albedo: Eyes from Outer Space no está libre de bugs, y aunque no son especialmente molestos, recomendamos encarecidamente que guardéis la partida cada cierto tiempo. El juego cuenta con doblajes al inglés -estadounidense y británico, algo muy curioso- y con una traducción a nivel de textos más que decente al castellano.
Conclusiones finales
Albedo: Eyes from Outer Space nos ha parecido un juego muy interesante, original y bien ambientado, que ofrece sendos y notables puzles, y algunas ideas destacables. Pero hay ciertos puntos negros, que empañan el resultado. Sin contar el poco inspirado sistema de gestión de inventario y la interfaz, hay que decir que la duración del juego es bastante justa -unas ocho horas, redondeando a lo bajo-, y aunque intenta apoyarse en la acción en primera persona con tiroteos esporádicos y elementos de terror para evitar cierta monotonía en la resolución de puzles, el resultado no termina de convencernos. En cualquier caso, si le concedemos una oportunidad hablamos de un juego que bien dosificado por parte del usuario, puede llegar a entretener. Y mucho.