Análisis de Age of Empires: Definitive Edition (PC)

Aunque no ha llegado a tiempo para celebrar su vigésimo aniversario, tal y como estaba previsto inicialmente, Age of Empires: Definitive Edition por fin está entre nosotros, permitiéndonos revivir todo un clasicazo de la estrategia en tiempo real con un nuevo apartado gráfico completamente remozado para la ocasión.

Si bien hasta ahora hemos tenido muchas opciones para poder adquirir y jugar a sus secuelas (e incluso spin-off), no se puede decir lo mismo del título original con el que nació esta veterana serie, por lo que poder volver a él tras tantos años, y con mejoras, es algo que siempre es de agradecer.

Un buen tributo a veinte años de Wololos

Como ya hemos dicho, estamos ante uno de los RTS más aclamados e influyentes de la historia por todo lo que supuso en 1997 cuando llegó por primera vez al mercado, asentando y evolucionando en muchos sentidos las bases de su género. La fórmula jugable sigue siendo la misma, por lo que nuestro objetivo no será otro que el de recolectar recursos para así poder expandir nuestra base y crear unidades cada vez más poderosas y variadas que nos den la ventaja en el campo de batalla.

Evidentemente, si lo comparamos con títulos más recientes (su misma secuela, por ejemplo), puede parecer un poco más simple, pero eso no quita que siga teniendo una considerable profundidad y muchos aspectos a tener en cuenta si queremos sobrevivir a las encarnizadas escaramuzas que nos esperan.

Hay un buen número de unidades distintas, cada una con sus características únicas, muchos edificios que podemos construir, árboles de tecnologías que tener en cuenta, etcétera. Todo ello mientras hacemos que nuestro ejército se desarrolle y avance a nivel tecnológico desde prácticamente la edad de piedra.

La esencia del original está aquí muy presente, por lo que sigue siendo un título realmente divertido de jugar, a pesar de sus años y de lo tosco que llega a ser en algunos sentidos. Además, al ambientarse en la edad más clásica de la historia de la humanidad (principalmente, la antigua Grecia y el Imperio Romano), tiene un encanto único que lo diferencia de sus sucesores y de la mayoría de sus competidores, los cuales dieron el salto a épocas más modernas, como la Edad Media.

Entonces, ¿qué trae consigo exactamente esta nueva versión y cuáles son sus novedades? Para empezar, tenemos todos los contenidos del título original y de su primera expansión, lo que da como resultado diez largas campañas para un solo jugador y 16 civilizaciones jugables distintas, cada una de ellas con sus propias peculiaridades y ventajas únicas.

Las campañas se han intentado mejorar incluyendo algo de narración de viva voz antes de una misión y al término de la misma, lo que ayuda a contextualizar mejor todo lo que hacemos mientras seguimos multitud de eventos históricos, como el ascenso de Julio César al poder y sus campañas de conquista.

En cada uno de sus mapas nos tocará cumplir una serie de objetivos diferentes, como acabar con todas las bases enemigas, desarrollar nuestro ejército hasta una edad concreta, recolectar una cantidad determinada de recursos, etcétera. Por lo general, son misiones algo básicas y no demasiado variadas, aunque son desafiantes y los mapas están muy bien diseñados, lo que permite escaramuzas muy interesantes tanto por tierra como por mar.

Evidentemente, existe un editor de campañas y escenarios para que creemos las nuestras propias o descarguemos las de otros jugadores. Lo malo es que no hemos visto que haya ninguna forma de compartir nuestras creaciones con el resto de la comunidad a través del propio juego, por lo que nos tocará recurrir a webs dedicadas a ello.

Tampoco falta la opción de jugar partidas clásicas contra la IA, en el mapa que queramos y con las reglas que decidamos, pudiendo personalizar una gran cantidad de parámetros de la partida para ajustarla a nuestros gustos y preferencias (por ejemplo, seleccionando la edad tecnológica en la que queremos empezar o nuestros recursos iniciales).

El multijugador incluye tanto la opción de jugar en LAN como online hasta ocho jugadores. Esta última opción funciona a través de Xbox Live, y, al igual que las partidas personalizadas, podremos modificar todas las reglas a nuestro gusto, siempre y cuando seamos quienes creemos sala. Por desgracia, no hemos podido encontrar ninguna partida al no estar el juego todavía a la venta y no haber casi nadie jugando, aunque tenemos que advertir que en su última beta, celebrada a principios de este mismo mes, el título todavía presentaba molestos problemas de conexión que acababan por arruinar la experiencia de juego, por lo que esperamos que este no sea el caso cuando el título llegue mañana al mercado.

Entre otras mejoras y novedades, tenemos que destacar que esta vez se ha ampliado el límite de población por partida, por lo que ahora podremos crear ejércitos realmente masivos, algo que aumenta todavía más la complejidad del título y nos abre más posibilidades de acción para desarrollar nuestras estrategias y arrasar al enemigo.

Por su parte, la interfaz ha sido completamente renovada, mostrando ahora los menús y la información de una forma más clara y directa, aunque creemos que todavía existe cierto margen de mejora, ya que la colocación de algunos elementos en ella no nos parece del todo óptima, aunque nada realmente molesto ni a lo que no podamos acostumbrarnos al poco de jugar un rato.

También se han realizado esfuerzos por mejorar el pathfinding (es decir, la ruta que siguen nuestras unidades para llegar al punto que les marcamos en el mapa), y si bien es cierto que se nota (ya no se lían tanto cuando tienen que atravesar zonas con muchos obstáculos, como bosques), nuestras tropas todavía tienden a desviarse de la mejor ruta posible con demasiada frecuencia y a dar vueltas de más, haciéndonos perder un tiempo muy valioso y obligándonos a realizar multitud de microgestiones para que vayan exactamente por donde queremos.

Pero las mayores mejoras y las más evidentes las encontramos, sin duda, en su apartado audiovisual, el cual ha sido rehecho por completo para lucir mejor que nunca, con unidades y edificios repletos de detalles, y efectos gráficos actuales que dotan de mayor espectacularidad a las partidas (a destacar el agua y la destrucción de estructuras). Por supuesto, permite jugar con resoluciones de hasta 4K, siempre y cuando tengamos un equipo capaz de ello.

Algo que demuestra el buen hacer de Microsoft Studios en este sentido es que, a pesar de ser un juego con gráficos bidimensionales, transmite constantemente la sensación de encontrarnos ante un juego 3D.

La mala noticia es que todo este esfuerzo puesto en lo visual se va en gran parte al traste por culpa de sus animaciones, las cuales se han mantenido prácticamente idénticas a las del título original, es decir, totalmente robóticas, rígidas y artificiales, dando la impresión incluso de que les faltan algunos frames. Se podría argumentar que así se mantiene parte de la esencia y el encanto de 1997, pero sinceramente, tales animaciones no nos casan demasiado con un título que se ve tan bien como este.

Las mejoras técnicas que se han realizado también han permitido implementar tres niveles de zoom diferentes, lo que nos ayudará a abarcar más terreno de un vistazo cuando sea necesario o, en cambio, centrarnos más en un punto concreto de la acción para dirigir con más precisión a nuestras tropas.

Finalmente, del sonido tenemos que alabar su banda sonora, la cual ha sido reorquestada con gran maestría, dejándonos para el recuerdo muchas composiciones míticas que suenan más épicas que nunca, ambientando de esta manera cada partida a la perfección. Los efectos son algo más simples, pero cumplen su función, y el doblaje al español del narrador de la campaña nos ha parecido realmente bueno, dándole la entonación adecuada en cada momento.

Conclusiones

Age of Empires: Definitive Edition es un buen tributo a todo un clásico de la estrategia en tiempo real. Casi todas sus novedades son audiovisuales, pero tampoco se ha olvidado de poner al día algunos de sus apartados para ofrecernos una experiencia mucho más cómoda y accesible. No os vamos a engañar, se trata de un título que ha sido superado por sus secuelas y por muchos juegos actuales, y esta remasterización no busca cambiar eso, pero a pesar de ello sigue ofreciendo diversión y muy buenos ratos frente al monitor de nuestro PC.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Microsoft.