Viejas y nuevas facciones
Como se esperaba, Age of Empires 3 ha sido un completo éxito de ventas gracias a su sencilla mecánica y el nombre labrado minuciosamente por Ensemble Studios. Esto trae consigo – evidentemente – la salida de una expansión, la cual se sitúa esta vez en el "otro bando" o – mejor dicho - en los pueblos indígenas que encontraron las potencias colonizadoras desde inicios del siglo XVI a mediados del XIX.
Vandal Online lleva avanzando desde hace unos meses esta expansión de Age of Empires 3. Centrada en los indígenas del continente americano, supone un poco de sangre nueva al juego original, que podía ser visto como demasiado etnocéntrico al centrarse únicamente en las civilizaciones occidentales. Podías utilizar unidades indígenas, claro, pero sólo después de haber establecido una embajada en el poblado cercano, siendo una aportación en gran parte accesoria.
La incorporación de la confederación iroquesa, el imperio azteca y la tribu de los sioux viene a acabar con este problema, ya que se establecen como civilizaciones casi totalmente diferentes a las incluidas. Esto es, el nomadismo de los sioux contrasta bastante con las antiguas civilizaciones; más aún con el carácter grandilocuente de muchas construcciones de los aztecas. Estas civilizaciones vienen – en definitiva - a incorporar nuevas facetas ausentes en el original, y que aportan un desarrollo muy estimable.
Caudillos
En los niveles básicos de civilización, los indígenas suelen tener un caudillo o cacique célebre que los defiende de enemigos poderosos. Warchiefs, equivalente inglés al término citado, es el subtítulo justo para esta expansión, ya que Ensemble Studios lo ha sustituido por el explorador en las civilizaciones indígenas.
Este caudillo actúa como el líder natural de la civilización, y aún con menos ratio de exploración tiene otras habilidades como la conversión de enemigos y una mayor bonificación de ataque. Actúa en este último sentido como líder de las armadas, y su presencia será bastante interesante a la hora de tener un personaje resistente, que será esencial en los asedios o defensas extremos.
De la ciudad al consejo
Los iroqueses y sioux no tuvieron nunca una ciudad en el sentido occidental. Tenían asentamientos comunes, apartados de cualquier tipo de sedentarismo continuo, y establecidos en torno a los periodos de caza o recolección. Esto se ve reflejado con la sustitución de la metrópoli en estos dos pueblos por un consejo tribal, actuando cada miembro de la tribu en el mismo sentido que lo hacían los edificios en la ciudad madre. Los aztecas están fuera de esta pequeña modificación y su metrópoli es evidentemente Tenochtitlán. Es un cambio más estético que jugable, pero demuestra un respeto histórico por los pueblos representados.
Civilizaciones diferenciadas
Viendo el tema de las ciudades, podemos hacer entonces una diferenciación clara entre cada civilización indígena. Así, mientras los sioux son totalmente nómadas los iroqueses mantienen un carácter semi-nomada y, por último, los aztecas son un pueblo ya sedentario. Esto condiciona tanto las unidades, que son más propias del asalto rápido en sioux mientras resultan más pesadas en los aztecas, Por el contrario, los iroqueses cuentan con el célebre Tomahawk y una especie de fuego tribal donde obtienen múltiples bonos de ataque. Puesto que son claramente la civilización más occidental después de los contactos, en partidas avanzadas obtendrán un pequeño cañón.
Partiendo de las premisas anteriores, la facción más diferenciadas son los sioux. Cuentan con un caudillo montado a caballo, y una muy competente caballería que será de importancia a la hora de realizar asaltos. El problema es que esta vida nómada obliga a realizar asaltos continuos, ya que nunca podrán alcanzar un nivel sedentario comparable al resto de civilizaciones, lo que les impide desarrollar armas pesadas o aniquiladoras. Por su jugabilidad son un trasunto de los Zergs en Stacraft, así que el jugador que pretenda llevarlos a la victoria debería iniciar los ataques pasados apenas cinco minutos de juego.
Más problemas para los Black
Para todos aquellos que estén interesados en conocer las nuevas aventuras de los Black, la antigua campaña original se completa ahora con un capítulo basado en Nathaniel Black. Centrado en la guerra de independencia estadounidense, nos cuenta la división en la Confederación Iroquesa ante la independencia de las colonias. Nathaniel optará por el apoyo a los revolucionarios, pero otros muchos se decantarán por su majestad Jorge III. Es un poco anterior al último acto de la campaña original, y dura aproximadamente 15 misiones. Esto nos permitirá acceder a otro acto, ya adentrado en el siglo XIX y que tiene como protagonistas a los sioux y los nacientes EEUU en la célebre guerra Nube Roja. Excusa para la aparición de los sioux, esta campaña tiene las misiones más endiabladamente difíciles y requerirán un esfuerzo continuado por el jugador avezado.
Apartado audiovisual
Warchiefs es un juego continuista en el apartado visual, y fuera de las unidades específicas y los nuevos escenarios, el motor gráfico es prácticamente idéntico. Así, podremos aprovechar ampliamente las posibilidades de sombreado de las tarjetas actuales, siendo uno de los pocos títulos que llevan al límite éstas. Quizás la única gran novedad es la representación visual del consejo de la tribu, bastante realista y que podemos considerar casi un renderizado. Más cambios hay en la banda sonora, que ha tomado un carácter más étnico y cuenta con efectos sonoros en los idiomas de cada civilización indígena. Algo extremadamente realista, y que vuelve a demostrar el cuidado de Ensemble Studios en este tipo de cosas
Ideas nuevas…pero escasa estrategia
Los poderes occidentales adquieren algunos edificios nuevos como la embajada nativa (que permite reclutar indígenas de manera más directa, en un edificio dentro de la ciudad), pero su principal novedad jugable es el llamado Revolución. Verdadero órdago jugable, convierte a todos los trabajadores en milicianos aniquilando cualquier producción no iniciada, pero dándote una fuerza de combate devastadora. Especialmente útil para el juego multijugador (bien usado puede decidir una partida), es un arma de doble filo que tendrá que usarse con cautela, ya que el propio fracaso te llevará a la derrota total. Enlazando con el multijugador, se incorpora una victoria por control de centros de comercio, algo que hará mucho más pensado el juego vía Internet.
No obstante, Warchiefs no arregla el gran error de Age of Empires 3: Su escaso componente estratégico. Siguen sin existir formaciones, detección de líneas o simplemente una colocación correcta de las unidades a la hora de la batalla. Es – efectivamente – un juego enfocado en el multijugador rápido, con la intención de conseguir una tras otra las recompensas de la metrópoli. Fuera del modo multijugador y el desarrollo – puramente estético – de la metrópoli, el jugador avezado no encontrará muchas oportunidades, ya que esta expansión sólo aporta civilizaciones y apenas funciones nuevas de juego.
Conclusión
Probando la versión final queda un regusto amargo por la escasa ambición de Ensemble Studios. Si bien se han introducido mejoras como las nuevas facciones, misiones y escenarios, lo cierto es que no se ha modificado la experiencia de juego demasiado. La incorporación de un modo revolución y la victoria por control de puntos están bien; pero no obvian el escaso desarrollo en el combate y que deja esta expansión muy alejada de la brillantez conseguida por Relic Entertainment en los títulos de Warhammer 40.000 Y a pesar de estos fallos, volveremos a jugar por su sencillez y brillante visual…hasta cansarnos de hacer lo mismo de siempre una y otra vez.