Análisis de A Fistful of Gun (PC)

No os voy a negar que a pesar de venir de Devolver Digital, la premisa de A Fistful of Gun no me atraía en exceso. Y es curioso, porque no tengo nada en contra de los juegos donde se pegan tiros, ni los juegos del Oeste, ni mucho menos a Devolver como editora. Sí que es cierto que a pesar de haber oído hablar algo del juego, no conocía a Paul "Farmergnome" Greasley lo suficiente como para tener una idea previa.

Y eso que Paul debería ser relativamente conocido. Juegos suyos anteriores como Under the Garden o su "secuela" Under the Ocean están bien considerados en la escena independiente, y este mismo título viene de Gamejolt, el portal de Game Maker, donde se puede jugar a una versión reducida de este juego. De hecho, este proceder, el de llevar a los circuitos comerciales versiones mejoradas de juegos que se pueden jugar en ediciones gratuitas, ya lo ha realizado Devolver varias veces, como con Titan Souls, Gods Will Be Watching o Broforce.

En el momento de escribir estas palabras lo cierto es que A Fistful of Gun, a diferencia de otros juegos de Devolver, ni es un éxito de público, ni ha tenido mucha repercusión por parte de la crítica a pesar de ser de uno de los editores favoritos de ésta. Tal vez que se promocione demasiado como juego multijugador cuando se puede disfrutar también en solitario sea uno de los motivos, aunque lo dudo cuando otros títulos como Nidhogg o Samurai Gunn, y en menor medida Duck Game, son éxitos eminentemente multijugador.

Esa es la primera sorpresa que me atiza A Fistful of Gun en cuanto me pongo a darle caña. Que tiene no sólo uno, sino dos modos para un sólo jugador. En el primero, Arcade, elegimos a nuestro personaje entre una amplia variedad de posibilidades.

No sólo de habilidades (que si el pistolero, el hombre de la escopeta, el que tiene una gatling, el que va armado de bombas, el arquero, el regimiento de caballería…) sino también de jugabilidad. Por ejemplo, el sniper sólo se puede manejar con ratón, mientras que otros están pensados absolutamente para jugarse con el mando, ya sea tirando de doble stick, o apuntando hacia donde nos movemos.

Como podéis ver, es un punto de partida bastante original, y que permite que las primeras partidas sean de sorpresa, y las siguientes de confirmación, de dominar a los distintos personajes, de elegir el que mejor nos va, y con el que más vamos a disfrutar en cada uno de los modos.

Porque el modo Arcade, por ejemplo, la gracia que tiene es que nos permite jugar pantalla tras pantalla, creadas de manera procedimental, sin ningún sentido más allá de divertirte con la acción, hacer puntos y disfrutar como cosacos de las cosas que pasan en pantalla. Y os aseguro que pasan muchas cosas, porque algunas pantallas serán sencillas, con nuestro/nuestros (se puede jugar cooperativo hasta a nueve jugadores) cowboy repartiendo metralla en pequeñas arenas de combate contra enemigos con capacidades similares a las de nuestro personaje, mientras que en otras nos encontraremos con verdaderas manadas de indios que no paran de soltarnos flechas, o con caravanas que ocultan una gatling a la cual es muy difícil encarar porque su capacidad de disparo es tan elevada que se hace imposible poder sobrevivir a una salva de disparos, u otro tipo de pantallas más especiales, como una caída de caballos desde el cielo, a la cual tendremos que sobrevivir, u otras situadas por donde circula un tren, el cual tendremos que tener en cuenta a la hora de aumentar nuestras capacidades de supervivencia.

Esto en el modo Arcade, donde la gracia son los puntos, pero en el modo Historia, el cual cuenta cómo un malvado empresario de los ferrocarriles ha hecho un pacto con el diablo, y tenemos que alcanzarle antes de que pasen 12 días, pues entonces será demasiado tarde para evitar males mayores. Así, cada escenario nos permite, una vez superado, elegir hacia dónde vamos a ir en nuestro siguiente paso, y cada paso que demos nos resta un día. Entre los escenarios a los que podemos acudir hay partidas de cartas, bancos (que son zonas neutrales donde si no queremos líos debemos tener el arma a buen recaudo), duelos a muerte rodeados de tumbas (en los cuales se lanza una moneda al aire y cuando cae todos se pegan tiros entre todos, aunque al final el que acabas cobrando eres tu si no tienes un poco de cuidado), y otros donde tenemos que cumplir una misión en concreto, como empujar una carga hasta el final de la pantalla o salvar a alguien de una estampida, entre varias opciones.

Todo eso siempre que el objetivo de la pantalla no sea, sencillamente, acabar con todos los enemigos de ésta, y de paso coger el dinero que hay, aunque sólo sirva para hacer puntos. Otras opciones son la posibilidad de coger el caballo, el cual nos da un punto extra de vida (algo muy importante pues sólo tenemos uno, y si morimos ya vamos directos al crédito extra), y usar ítems que hay en pantalla como un whisky que ralentiza la acción.

Hay un detalle de A Fisftful of Gun a nivel de jugabilidad que me gusta especialmente, y es que sin ser un bullet hell resulta un verdadero reto para el jugador, pues muchos de los disparos van dirigidos hacia donde estaríamos nosotros si mantenemos la velocidad y dirección en la que vamos moviéndonos. Así, tendremos que estar muy atentos y cambiar constantemente de dirección para evitar todas las balas que nos tiren, que serán muchas.

Pero a nivel jugable no todo es perfecto. El modo online funciona realmente mal, algo agravado especialmente por la no demasiado potente acogida de un juego relativamente humilde, así que si queremos darle al multijugador será mejor tener varios amigos en el mismo cacharro, porque si no será muy difícil que podamos disfrutarlo.

A nivel visual A Fistful of Gun es muy agradable, aunque algo repetitivo. Su autor tiene verdadero talento para la creación de personajes reconocibles, pero por desgracia tantos los amigos como los enemigos son muy pequeños para destacar, algo que por otro lado agradeceremos en medio de la ensalada de tiros en las que se convierten algunas pantallas.

En cuanto al sonido, pues por un lado muy bien, esto es, efectos especiales que nos llevan directos al salvaje oeste, y por otro lado nada sorprendente, pues la banda sonora, como es de esperar, está basada en los grandes compositores de ésta, y si bien no sorprende, está hecha con bastante habilidad.

Conclusiones

En palabras de su autor este juego es una mezcla de Gunsmoke, Sunset Raiders (lógico), Bomberman y Metal Slug. Lo cierto es que si bien no coge todas las opciones de estas referencias, sí que os puedo asegurar que puede gustar a una buena cantidad de usuarios que disfrutasen de estas obras entre los 80 y los 90. Es un buen juego, a pesar de no tener demasiados usuarios, y su autor nos parece lo suficientemente interesante como para que estemos atentos a las próximas creaciones que ponga a disposición del público.