Análisis de Zoo Keeper (NDS)

Para que un puzle funcione lo principal es que la premisa sea tan simple que roce el absurdo. Pues bien, junta tres animales... estos desaparecen, salen más desde arriba, vuelve a empezar. Básicamente, eso es todo lo que necesitas saber para empezar a jugar con este título que, si bien no es nuevo ni exclusivo para Nintendo DS, aprovecha a la perfección su pantalla táctil para agilizar sobremanera la respuesta del juego. Y claro, como buen puzle, es un juego terriblemente adictivo, uno de esos títulos que aunque no destacan por nada en concreto, consiguen que el tiempo pase volando... al fin y al cabo, de eso se trata.

Para eliminar los grupos de animales, deberemos intercambiar de posición dos que estén en posiciones adyacentes (ya sea vertical u horizontalmente) de manera que se forme una línea (como antes, tanto horizontal como vertical) de al menos tres animales iguales. La manera de aumentar nuestros resultados, será crear cadenas, de manera que eliminemos grupos y grupos de animales para aumentar nuestra puntuación. Esto, que parece sencillo, se va complicando según avancemos en el juego, ya que nuestras opciones de movimientos se van acortando, y si tomamos la opción correcta podemos ampliar nuestras opciones, pero si nos equivocamos, podemos eliminar de un plumazo todas nuestras posibilidades.

En esos momentos será cuando agradezcamos la ayuda que nos ofrece el juego dándonos pistas resaltando los movimientos posibles durante un breve lapso de tiempo... pero teniendo en cuenta que jugamos contra el reloj, será mejor tomar una decisión rápido. Claro que si conseguimos quedarnos sin movimientos, frente a lo habitual en otros juegos similares, aquí no será malo, sino al contrario. Si no podemos eliminar más grupos de animales, el juego nos dará una puntuación extra, quitará todos los que hay en pantalla, y la volverá a llenar de animales, por lo que tendremos que volver a intentar eliminarlos.

Las opciones para un jugador están muy presentadas, ya que además del juego principal, tendremos un modo de juego en el que habrá que ir eliminando un centenar de animales de cada especie... y volver a empezar. Pero sobre todo destaca el original modo Quest, en el que se nos ofrecen pequeños retos específicos que pueden complicarse sobremanera, de manera que éste se convierte en un reto variado y adictivo que presenta una muy buena alternativa a los otros modos de juego que son, en esencia, idénticos. Con respecto a las posibilidades multijugador, podremos competir con otro amigo (y una única tarjeta de juego), el juego es algo más limitado.

Competiremos contra el otro enemigo (veremos sus acciones en nuestra pantalla superior) de manera que tendremos que crear cadenas para restarle tiempo a su reloj y provocar que pierda. Teniendo en cuenta que las cadenas se pueden formar de manera aleatoria en función de las fichas que vayan cayendo, nos encontramos con que el factor suerte es demasiado determinante, lo que le resta enteros a este modo de juego. Si jugamos solos, le da un toque frenético, algo loco y rápido, pero al jugar contra otra persona, se convierte en un punto negativo importante.



El juego está completamente localizado al español, algo que nos complace pese a que el idioma no es particularmente relevante en el juego, así que otras compañías deberían tomar nota del cuidado que han puesto en este título que, en apariencia, es un "juego menor" dado su género, aunque los puzles, pese a estar desterrados en buena medida de las consolas de sobremesa, siguen mostrando sus virtudes en portátiles. Zoo Keeper guarda en la memoria nuestras puntuaciones, y la verdad es que puede ser difícil conseguir puestos de honor, lo que le dota de un extra de competitividad en los modos para un jugador, ya que prescinde totalmente de esas puntuaciones bajas en las tablas de puntuaciones que aparecen en otros juegos y que están más destinadas a complacer a torpes que a presentar un buen reto al jugador.

Para lograrlo habrá que pensar rápido y ser ágil con el stylus, que se convierte en la mejor opción de jugar, aunque si realmente lo preferimos podemos controlar el juego con el tradicional pad de la consola. Con todo, no hay que jugar demasiado para ver que se tiene más opciones de victoria haciendo un buen uso del ya famoso puntero de la consola.

Zoo Keeper presenta un aspecto gráfico muy sencillo, aunque simpático y más que suficiente para suplir las necesidades técnicas que plantea el juego... es decir, ni más ni menos que lo necesario para un puzle. Estéticamente, tiene un aire oriental bastante curioso, pero no es nada especialmente destacable. Además, la música es algo anodina, como los efectos especiales, aunque por lo machacona puede llegar a ser peligrosamente absorbente. Las melodías del clásico Tetris eran igualmente simples y repetitivas, y aunque hubiese sido mejor disfrutar con melodías más elaboradas, al igual que con los gráficos, cumple y poco más. Con todo, debemos insistir: esto es un puzle, se basa en la jugabilidad pura y dura, y deja de lado toda la parafernalia técnica que, aunque agradable (pues nunca está de más), no es necesaria para plantear su estilo de juego.

Conclusiones

Parece que los puzles vuelven al mundo de los videojuegos por la puerta grande... de las portátiles, que no es poco. Nintendo DS llega acompañada de este juego que nos ocupa y el magnífico Polarium, otro puzle digno de mención. Ambos juegos tienen planteamientos bien diferentes, y, por tanto, son perfectamente compatibles a la hora de plantear la compra de ambos. Además, en el horizonte se perfilan más juegos que buscan abrir más caminos en este género, como Meteos.

Este título es un juego divertidísimo, directo y adictivo, capaz de captar la atención durante muchas horas de cualquier incauto que se acerque a él. Su jugabilidad simple se convierte en su máximo exponente, y los diferentes modos de juego, aunque sin ser terriblemente variados, plantean buenas alternativas de juego, fallando, eso sí, en su modo multijugador dado el carácter aleatorio que tiene en ocasiones la creación de cadenas.

Estamos, en definitiva, ante un juego divertido como pocos, que no es original, pero que ha aprovechado de una manera simple y directa las posibilidades que presenta la pantalla táctil de la consola, de manera que le dota de un control tan intuitivo como magnífico. Zoo Keeper es, en definitiva, el mismo juego adictivo que ya conocerían varios usuarios, pero llevado a un nuevo exponente.