Análisis de Zombie BBQ (NDS)
La fiesta estadounidense del Halloween parece haberse institucionalizado en todo el mundo occidental. Aquí en España ya se ven niños (y no tan niños) disfrazados por la calle de brujas, demonios y muertos vivientes pidiendo caramelos y haciendo trastadas al salir del colegio, cosa que, hace unos años, era impensable, dado el carácter anglosajón de la celebración en sí, la cual, ciertamente, nos quedaba culturalmente bastante alejada.
Pero Halloween ha llegado, señores, y cada vez está más arraigada dentro de la cultura popular, por obra y gracia de los medios de masas, como la televisión, los cómics y, como no, los videojuegos. Varias compañías han celebrado la festividad con opciones extra en sus títulos más reconocidos, e incluso algunos lanzamientos han sido realizados justo en estas fechas pensando en las características mágicas de la celebración. Nintendo nos ha ofrecido, por ejemplo, dentro de su catálogo de descargas digitales (WiiWare y DSiWare) con varios títulos inspirados en la fantasía y el terror, como el título que en esta ocasión nos ocupa.
Tiene gracia, pues los desarrolladores españoles Enjoy Up lanzaron ya el título que hoy se nos ofrece analizar hace cosa de un año, aunque sólo viera la luz internacionalmente, suponemos que a causa de no encontrar un distribuidor dispuesto a apostar por el título en tierras españolas. Pues bien, gracias a la distribución digital de la portátil Nintendo DSi tenemos por fin la oportunidad de disfrutar de
¿Dónde quedaron aquellos inocentes cuentos de hadas?
¿Y dónde está la originalidad en el hecho de matar zombis? Bien, cabe dar algunos detalles acerca de la puesta en escena de la aventura a la que nos enfrentamos, ya que en ella, así como en el sintético argumento del que hace gala el juego, radica toda su originalidad. Los protagonistas del juego serán, nada más y nada menos, que la joven y sorprendentemente apuesta Caperucita Roja (la cual ha sido rediseñada para la ocasión, para gozo y regocijo del público masculino) y el personaje de leyenda japonés Momotaro, aquél que nació de un melocotón y se fue de aventuras en busca de un tesoro milenario.
El argumento del juego, bastante escueto, nos refiere una historia alternativa de Caperucita Roja, en la que la protagonista, después de arrancarle la piel a tiras al lobo y a su horda de malvados seguidores, se ha quedado sola en el mundo, ya que el leñador, lamentablemente, ha perecido en combate (lástima, ahora que Caperucita andaba tan crecidita, en todos los aspectos). Cuando nuestra heroína se dispone a volver a casa de la abuelita (presuntamente, a darle la correspondiente cestita con flores y comida), el caos invade la Tierra de los Cuentos en forma de amenaza zombi: los muertos salen de sus tumbas, causando el terror por doquier y transformando en zombi a todos los personajes de nuestras historias de la infancia.
Menos mal que, en el momento más peliagudo de la historia, aparece, como de la nada, nuestro amigo Momotaro, el cual se dispone a ayudarnos con su arsenal ninja. Aún así, Caperucita no se queda corta, demostrando una habilidad sin par en el uso de las armas de fuego. De esta manera, juntos (pero no revueltos, ya que únicamente podremos jugar en modo individual, eligiendo a uno de los dos protagonistas en cada zona) se enfrentarán a los muertos vivientes, destruyendo, además, a sus compañeros de ficción infantil, los cuales, desgraciadamente, han sido afectados y mutados por la plaga zombi, convirtiéndose en auténticos engendros violentos y hambrientos de carne humana.
Jugabilidad clásica remodelada
Zombie BBQ (para abreviar) es un juego de acción clásico de desplazamiento vertical, muy parecido a los juegos de mata-marcianos de toda la vida, e incluso similar a clásicos de la década de los ochenta como Commandos o Ikari Warriors. Nuestro objetivo principal será eliminar a todo bicho viviente, de todos los tipos imaginables y con todos los patrones de ataque que podríamos esperar en un juego de estas características. De esta manera, tendremos a zombis que, loquitos por nuestros huesos (y nuestro cerebro), se abalanzarán sobre nosotros en masa; también tendremos zombis que nos lanzarán proyectiles: ácido, calaveras explosivas, cuchillas; zombis que explotarán al contacto con nuestros disparos; y, cómo no, las clásicas torretas que no dejarán de dispararnos, en forma de ataúdes, soldaditos de plomo láser, etcétera.
El plantel de enemigos es variado y sorprendentemente original. Todo el diseño del juego ha sido realizado cogiendo las características de los cuentos de hadas más famosos (Caperucita Roja, Pinocho, Los Tres Cerditos, Hansel y Gretel...) y recreándolas para crear un auténtico apocalipsis zombi. De hecho, los jefes finales de cada fase serán, precisamente, los protagonistas de estos cuentos. Por ejemplo, deberemos de enfrentarnos a la tierna abuelita de Caperucita, la cual, cual niña del exorcista postrada en su cama, se abalanzará sobre nosotros a toda velocidad, escupiéndonos dentaduras postizas y lobos mutantes. También nos enfrentaremos a una endemoniada Gretel, quien, después de devorar a la malvada bruja (pobre) y a su querido Hansel, se dispondrá a atacarnos con una de los miembros mutilados de éste...
Las zonas están divididas en tres partes, la mayor parte de las veces con la guinda de un enfrentamiento final contra uno de los jefes, aunque en ocasiones se nos dará alguna sorpresa en este sentido, como el enfrentamiento contra un pantagruélico Pinocho en la primera de las fases de la zona destinada a tan egregio personaje, uno de los mejores ejemplos de la maestría con la que han sido diseñados los enfrentamientos contra los jefes finales.
La acción, en general, es más o menos monótona, ya que únicamente deberemos de desplazarnos de izquierda a derecha con nuestro personaje por una plantilla predefinida de siete casillas, esquivando enemigos y proyectiles (éstos últimos podremos evitarlos también agachándonos, presionando con nuestro lápiz táctil sobre el personaje), mientras el desplazamiento vertical lo hace el juego de manera automática, disparando a mansalva a todo lo que se mueva por pantalla. Por el contrario, los enfrentamientos contra los jefes finales, sin duda, son un despliegue de originalidad y ponen la guinda al extraordinario mundo de fantasía y horror concebido por los diseñadores del juego. Seguramente, sólo por estos enfrentamientos finales, valga la pena hacerse con una copia del juego.
Y, claro, contaremos con algunas armas que nos harán momentáneamente la vida mucho más fácil. Tendremos la posibilidad de recoger una escopeta, un lanzallamas y un láser por el camino, de munición limitada, y que podremos seleccionar presionando sobre sus correspondientes iconos a los lados de la pantalla inferior de nuestra consola. Tendremos un arma de munición ilimitada (un fusil que disparará shurikens, en el caso de Momotaro, y una tradicional ametralladora, en el caso de la "tierna" Caperucita), que dispararemos presionando sobre la pantalla táctil en la dirección que deseemos. Recargaremos el arma levantando nuestro stylus de la pantalla, cosa que deberemos de hacer a menudo, ya que cuando agotemos un cargador nuestra arma dejará de disparar.
Un juego, ciertamente, curioso
El diseño de los escenarios ha sido, como ya hemos comentado con anterioridad, realizado pensando en los cuentos populares de mayor fama en el mundo occidental, pese a la inclusión de un personaje de la mitología japonesa (Momotaro) dentro de la plantilla de protagonistas. De esta manera, veremos la Italia de Pinocho desfilar ante nuestros ojos, el bosque de la fábula de Caperucita y el Lobo, la casa de caramelo de Hansel y Gretel... Todo ello, modelado en tres dimensiones y visto desde una perspectiva aérea con juegos de cámara y todo. Antes de comenzar cada nivel, veremos una escena cinemática que nos mostrará los detalles del escenario, cosa que embellece aún más el asunto, si cabe.
Los personajes han sido desarrollados en dos dimensiones, con un repertorio de animaciones bastante amplio, y una belleza gráfica de nuevo sorprendente. De hecho, podremos mutilar de diferentes maneras a muchos de nuestros enemigos, depende de cómo y dónde les disparemos, y los veremos morir de diferentes maneras, según el enemigo y según como lo matemos. Pese a que la acción del juego acaba refiriéndose siempre al mismo canon de los mata-marcianos clásicos, en algunos momentos del mismo veremos escenas un tanto diferentes, como aquella en el bosque de Hansel y Gretel en la que deberemos de esquivar árboles caídos en llamas, mientras nos deshacemos de los correspondientes adversarios que aparecen por doquier.
La música, ciertamente, no es de lo mejor del juego, aunque acompaña correctamente a la acción del mismo. Por otro lado, nuestros héroes cuentan con algunas expresiones de voz digitalizada, lo que da un punto de profundidad a la personalidad de los protagonistas. Además, el repertorio de gruñidos y gemidos de los enemigos, tanto en el caso de los adversarios comunes como en el de los jefes finales, es extenso, y aumenta la tónica "terrorífica" y paródica del juego.
Lamentablemente, el juego cuenta con algunas imperfecciones notorias, como la disminución de la tasa de imágenes por segundo en los momentos en los que las pantallas de nuestra consola se sobrecargan de enemigos y elementos en movimiento. Por otro lado, el juego nos excesivamente largo, aunque al final no deja de ser un juego de tiros al uso, con lo que su corta duración es algo más de agradecer que de lamentar. Contaremos con tres niveles de dificultad desbloqueables, y algunos modos de juego que podremos ver una vez hayamos completado la aventura totalmente, cosa que, ciertamente, nos asegurará unas cuantas horas de diversión pegados a las pantallas de nuestra consola.
Conclusiones
Si bien Zombie BBQ no es uno de los mejores juegos de acción de la Nintendo DS, sí es una buena opción dentro del catálogo de descargas del sistema DSiWare, indicado sobre todo para los fanáticos del género de acción y los juegos de mata-marcianos clásicos. Eso sí, todo aquél que quiera disfrutar de un diseño de juego original y fresco, con referencias tanto al cine de serie B de casquería y hemoglobina como al de los cuentos de nuestra infancia, deberá de hacerse con el juego sin dudarlo.
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