Análisis de Touchmaster (NDS)
Recordando tiempos pretéritos, hace unos quince o veinte años era usual encontrarse con máquinas recreativas de videojuegos en los bares, a las que cualquier jugador de cualquier edad podía acceder: así los jugadores que hoy cuentan con veinticinco años o más conocieron muchos de los grandes títulos de antaño, que posteriormente tuvieron su adaptación en las plataformas de entonces. Recordemos, por ejemplo, recreativas famosas como el archiconocido Street Fighter II, que allá por la década de los noventa fue uno de los títulos más recurrentes en cualquier local, fuera cafetería, bar o sala recreativa. También, curiosamente, era posible y relativamente normal encontrar en bares y locales algunos juegos de tablero, como el ajedrez, las damas o el parchís, algún trivial de vez en cuando (ya no digamos la recurrente baraja de cartas)… Y máquinas de pinball, dianas con sus correspondientes dardos, billares y futbolines…
Desde hace unos diez años, es prácticamente imposible encontrar bares con tales características. Los juegos de tablero, las dianas y las máquinas de pinball se han convertido en auténticas rarezas que hacen más gracia que otra cosa. Por otro lado, en los últimos diez años, coincidiendo con el incremento del número de consolas en los hogares, los videojuegos han sido prácticamente erradicados de la faz de los bares… Como mucho, encontramos en estos alguna tragaperras que otra, ya que estas siempre salen rentables.
Pero los videojuegos han quedado relegados al uso privado y, en algunos casos, a las grandes salas recreativas (que, aún así, escasean). Pero, de repente, un buen día se encontró la solución a todos los problemas del entretenimiento en los locales públicos: las máquinas recreativas táctiles.
Y es que tales máquinas eran la solución a la demanda de entretenimiento de cualquier tipo de jugador, fuera aficionado a los videojuegos o no… Además, solucionaba también el hecho de que los juegos de tablero se hubieran eliminado por completo, ya que muchos de los juegos que ofrecían eran los típicos juegos de cartas o de tablero, pero esta vez con la posibilidad de elegir entre jugar uno o varios usuarios a la vez. Y lo que es más importante (y, de hecho, seguramente sea la causa por la cual se eliminaran los juegos de tablero de los bares): al contrario de los juegos de tablero, en estas máquinas las partidas son rápidas y se debe pagar en caso de querer repetir partida. Y así, todos contentos, comerciantes y público en general, ya que se eliminaban por completo las mesas de única consumición y horas de juego frente a tableros de parchís, trivial o lo que se prestara.
Midway, con varios años a las espaldas en producción de videojuegos, tanto para recreativas como para plataformas caseras, también apostó por las dichosas máquinas táctiles. Y creó la serie de recreativas Touchmaster, en las cuales está inspirado el título que nos ocupa.
Entretenimiento a veintitrés bandas
Y así, introducimos el juego en nuestra DS, encendemos la consola y… ¡Ooooh!, una maravillosa música nos adentra en el fantástico mundo de las recreativas táctiles… ¿Qué mejor plataforma para emular dichas recreativas que la portátil de Nintendo, con su pantalla táctil? Pues sí, señores: Midway a sabido sacar partido perfectamente a las características del título y de la consola.
Nos encontramos delante de un juego apto para todos los públicos. Incluso para los que habitualmente no disfrutan de los videojuegos. Y si encima sabéis inglés, mejor, porque es un título americano, sin duda, y que será escasamente distribuido por Europa y, por supuesto, sin traducción al español. Pero eso nos afecta sólo en los juegos de palabras y en el trivial: en el caso de no tener ni idea de inglés, nos quedan aún veinte juegos más por disfrutar… Un título claramente adscrito a la llamada touch generation, generación de títulos que explotan plenamente las posibilidades táctiles de la consola y de un público ocasional, que no necesariamente ha tenido un acercamiento previo al mundo de los videojuegos. Como ya he dicho, un título para todos los públicos.
El interfaz de presentación del juego es sencillo. Se nos presentan tres categorías de juego: cartas, habilidad y puzle, más una cuarta, la de "favoritos", con los cuatro juegos a los que más hallamos jugado últimamente. Vayamos por partes.
En la categoría de cartas, los juegos que encontramos son los siguientes:
Target 21, un juego en el que debemos disponer las cartas de la baraja en cuatro columnas para sumar 21, teniendo cuidado de no pasarnos.
3 Peak Deluxe, un juego en el estilo del clásico solitario, en el que debemos eliminar las cartas en tres columnas encontrando la carta superior o inferior a la que se nos da.
Go Wild, donde debemos de eliminar todas las cartas juntándolas en tres columnas usando el mismo número de carta o el mismo palo.
Phoenix 13, donde combinando dos o más cartas debemos de sumar trece.
Triple Elevens, en el que deberemos eliminar todas las cartas del campo de juego combinando dos o más cartas que sumen once. Al pedir otra carta de la baraja, la carta que no hayamos podamos eliminar de la misma se añadirá al tablero de juego.
Uplift, donde deberemos de eliminar las cartas de cuatro columnas hasta llegar a la parte superior de las mismas para ganar.
Solitaire Classic… ¿Alguien no conoce el clásico solitario?
Power Cell: una versión más difícil del clásico solitario. Debemos de eliminar todas las cartas del campo de juego, utilizando únicamente cuatro espacios para dejar cuatro cartas, y combinándolas en columnas por orden numérico descendente. En este juego, no tenemos baraja para descartar, todas las cartas están en el tablero de juego.
Double Pair, en el que deberemos encontrar parejas de cartas de igual número o palo, hasta eliminar todas las del tablero de juego.
En la categoría de juegos de habilidad, encontramos los que siguen:
Pond Kings, un juego de damas de toda la vida, pero con ranas en vez de fichas. Los bichas que ocasionalmente nos encontramos en el tablero nos dan bonificaciones de puntos.
Artifact, una versión marciana del clásico otello, donde deberemos cubrir el tablero con las fichas de nuestro color, rodeando y eliminando las de nuestro oponente. Debemos encender las lucecitas de las fichas de nuestro color. Cuando hayamos encendido todas las luchas de una fiha, explotará y cambiará el color de las fichas contrarias que la rodeen.
Hot Hoops, un juego de encestar una pelota en una canasta móvil. Sencillo pero efectivo.
Pick Up 6, calco del juego anterior, pero esta vez los dados en vez de puntitos tienes dibujos de estrellitas, lunas, diamantes…
Trivia, donde deberemos encontrar la respuesta acertada a la pregunta que se nos da. Encontramos seis categorías de preguntas, de una dificultad considerable, en parte debido a que muchas son exclusivamente de temática norteamericana.
Word Search, un pasatiempo clásico: la sopa de letras. En este caso, aunque sea en inglés es relativamente fácil de jugar, ya que siempre se nos dan las palabras que debemos buscar.
Y por último, en la categoría de puzle encontramos:
Cristal Balls, donde deberemos conectar tres bolas de idéntico color o número, mientras van cayendo una detrás de otra.
Mahki, donde encontramos un tablero de fichas de colores que deberemos eliminar encontrando dos o más del mismo color. Si eliminamos parte de una fila, las fichas que tengamos encima descenderán. Si eliminamos una columna completa, las fichas de uno y otro lado se unirán de nuevo.
Pairs, juego en el que deberemos de encontrar las parejas adyacentes de bolas de billar que sean exactamente iguales. En caso de no encontrar parejas, podremos cambiar la posición de las bolas.
Times Square, donde deberemos poner las fichas que se nos ofrecen en una parrilla para conseguir la máxima puntuación siguiendo un patrón de multiplicación dentro de la misma parrilla.
Mah Jongg Pairs, donde deberemos encontrar las parejas de fichas para eliminarlas del tablero. Otro de los grandes clásicos.
Gem Slide, donde deberemos eliminar las gemas del tablero juntando tres o más del mismo tipo. Si situamos una gema en el tablero sin conseguir eliminar ninguna del mismo, se añadirán más gemas al tablero.
Y, por último, Wordz, en el que deberemos de completar una frase a base de ir adivinando letra por letra, como si del juego del ahorcado se tratase.
En total, ya lo hemos visto, veintitrés juegos entre los que seguro cualquier jugador encontrará alguno de su gusto.
Apartado técnico
Los gráficos en Touchmaster son idénticos a su versión recreativa. Esto es, no son ninguna maravilla, pero para lo que es el juego, dan perfectamente el pego. De hecho, no necesitamos más para poder disfrutar de ellos, pero podrían haberse tratado con un poco más de cuidado. Pocas animaciones y gráficos muy simples.
La música y los efectos de sonido se reducen a la mínima expresión. La sintonía del comienzo del juego es pegadiza y marchosa, pero sólo la oiremos mientras elijamos la categoría del juego. Por otra parte, en el inicio de los diferentes juegos podremos escuchar sintonías bastante interesantes, adecuadas, pero cortas, ya que en cuanto empecemos el juego las dejaremos de escuchar para dar paso a los típicos efectos de sonido de este tipo de títulos: algún chasquido o ruidito que otro cuando movemos carta o ficha; y aplausos, ovaciones y trompetería en caso de realizar una jugada especialmente buena.
El apartado en el que destaca el juego es la jugabilidad. Controlaremos todo a través de la pantalla táctil, y los juegos son sencillos de utilizar. Sólo encontramos algunos defectos menores, como la disposición del interfaz de inicio, que hace muy incómodo encontrar determinados juegos, ya que al elegir una categoría, los juegos se disponen de cuatro en cuatro en una columna de desplazamiento vertical, con lo que siempre empezaremos por la parte superior de la columna y para jugar a los juegos situados más abajo deberemos desplazar toda la columna hasta encontrarlos.
Por otro lado, sólo al elegir un juego sabremos si puede jugarse individualmente, a dobles por turnos en la misma consola, o mediante la conexión online. Pero no podremos saberlo antes de haberlo elegido, por lo que para saber qué juegos son los que pueden jugarse online deberemos de abrir todos ellos uno por uno… Estos son aspectos que incomodan al hacer la selección de los juegos, pero a la hora de jugar a los mismos todo es mucho más sencillo.
Se echa en falta un tutorial mejor elaborado para los diferentes juegos. Hay algunos que son de muy fácil acceso, como el Hot Hoops, pero otros son difíciles de entender a la primera, como el extraño Artifact o el Times Square, y que sólo podremos entenderlos a base del método de prueba y error. Un tutorial que explicara los pormenores de estos juegos evitaría este defecto.
En lo que a multijugador se refiere, podremos disfrutar de algunos de los juegos (podrían haber sido más de los que son) jugando entre dos consolas, pero ambos jugadores deberán disponer de la tarjeta de juego. Una lástima, porque los juegos son muy sencillos y se podrían haber descargado perfectamente a través del sistema de conexión inalámbrica.
Por otro lado, a través de la conexión wi-fi de Nintendo podremos acceder a las tablas de resultados de Touchmaster a nivel de todos los jugadores que hagan uso de ella, creando así diferentes torneos basados en superar la máxima puntuación de los mejores jugadores. Pero no podremos batirnos contra otro jugador en tiempo real: sólo conoceremos nuestro éxito o fracaso una vez hayamos visto la tabla de puntuaciones del juego en cuestión.
Conclusiones
Touchmaster es un título muy apto para los jugadores que quieran disfrutar del entretenimiento rápido y ocasional que puedan ofrecerles juegos como el solitario o el Mah Johng. Tenemos a nuestra disposición un título con veintitrés juegos entre los cuales seguro que cualquier jugador encuentra sus favoritos. Tiene algunos defectos, como la incomodidad del interfaz o la simplicidad de medios, pero resulta un título curioso por naturaleza y bastante completo que agradará a cualquier tipo de jugador.