Análisis de Surviving High School DSiW (NDS)
Las series de institutos suelen ser divertidas, con sus treintañeros interpretando a adolescentes, tramas absurdas e imposibles que no se sostendrían ni en la más estúpida película de ciencia-ficción, y, en ocasiones, elementos de sit-com patética. La realidad, en cambio, es mucho más aburrida. Los videojuegos no han entrado mucho en este terreno, pero ahora llega Surviving High School.
El juego se presenta en forma de aventura conversacional, centrado casi por completo en el texto, con una historia que resulta atractiva, divertida y que realmente vale la pena experimentar, por lo que conviene dejar de lado los prejuicios al respecto que se puedan tener y darle una oportunidad.
Nos encontramos, así, en pleno semestre durante la temporada de fútbol americano, y nos pone de pleno en los problemas esperables de una aventura adolescente: ligar con la bella Beth. Para ello, vamos escogiendo entre las opciones que se nos abren según avanza la conversación entre ella y nuestro personaje, John. Es una primera toma de contacto muy útil para entender cómo va a funcionar el juego, escogiendo entre las diferentes opciones, que nos llevan por caminos ligeramente diferentes. Pronto, sin embargo, somos interrumpidos por Adam, el ex-novio celoso y estrella deportiva, pues es el quarterback del equipo de fútbol. Darle una tunda (o, vamos, intentarlo) o intentar dialogar con él son más opciones que se presentan ante ti. Pero ésta es sólo una de las múltiples historias que componen el juego: ocho episodios con diferentes personajes, en este mismo instituto.
En esencia, ése es el funcionamiento de Surviving High School. Escoger qué hacer, y ver qué sucede. Lo que escojamos, decidirá qué línea va a seguir la historia del juego, y qué opinan de nosotros los demás personajes, tanto con los que interactuamos directamente como con los que no. Pero no nos llevemos a engaño: aunque los amoríos y las tropelías adolescentes son parte importante de la trama, el juego va más allá, al apostar por las implicaciones de lo que hacemos. Además, el título es mucho más dramático e intenso de lo que es el juego en realidad, cuya trama es bastante ligera y desenfadada, narrándose en perfecto castellano.
Se ha apostado por una línea estética sencilla, con imágenes estáticas e retratos de los personajes con descripciones textuales de las acciones. Todo es texto, en esencia, con algo de imagen, por lo que se sitúa mucho más cerca de una novela ligera con tintes cómicos que un videojuego al uso. Pero en el lado positivo está la historia, bien llevada, entretenida, y con personajes muy bien definidos, incluso para los estereotipos que se manejan en este ámbito de educación secundaria.
Puesto que la imagen es esencialmente estática, buena parte de la ambientación se centra en el uso de la música, y ésta está bien llevada, con melodías simpáticas que acompañan y ayudan a que todo su desarrollo sea más entretenido.
La historia avanza según tomamos nuestras elecciones, y aunque la mayoría de ellas tienen consecuencias muy pequeñas, todo ello nos va llevando hacia el desenlace de la historia. Este final se determina por algunas elecciones importantes que se toman en el juego, y algunos matices más de menor relevancia. Es muy fácil darse cuenta de por dónde van los tiros sobre cuáles son las decisiones clave y cuáles las más insustanciales. Por ejemplo, casi al principio, tenemos que decidir si vamos a ligar con la chica popular o con la chica marginada (una gótica); ésa es una clara decisión importante. Luego, a dónde ir, qué hacer, y demás, son decisiones menores.
El juego anda siempre alejado del dramatismo, con muchas situaciones cómicas, pero que resultan incómodas para nuestro adolescente protagonista, aunque toda esta ambientación juvenil no esconde momentos en los que las decisiones a tomar son complejas, pues no siempre hay una línea de diálogo o una opción que parezca realmente apropiada o positiva.
La aventura incorpora algunos elementos de distensión en forma de minijuegos que nos encontramos a lo largo del desarrollo de la historia, que se introducen en el juego en forma de exámenes, o actividades de ese tipo. De este modo, hay cierta regularidad en su aparición; por ejemplo, cada semana se juega al fútbol americano. Estos minijuegos son bastante sencillos y no muy difíciles, pero añaden un puntito más al título que se agradece.
El objetivo último, por supuesto, es sacar buenas notas, ser popular, y acabar bien con la moza, teniendo que trabajar, hacer los deberes, tener citas, o ver la tele para tener tema de conversación. Y si quieres saltarte una clase, adelante. Tan sólo debes evaluar las consecuencias de tus actos. Según progresamos, debemos acumular trofeos, que nos servirán para conseguir los diferentes finales y, si los resultados son lo suficientemente positivos, un episodio adicional.
Cada episodio da varias horas de juego, y la verdad es que ponen su atención en diferentes aspectos del desarrollo, por lo que resultan razonablemente variados. Los objetivos son también diferentes, y, por ejemplo, encarnar a un pobre Brendan que es acosado por matones a los que se enfrenta con un sistema de combate similar al de los juegos de rol es un punto muy bueno dentro de la estructura de Surviving High School.
Igualmente, el título es muy rejugable, pues al volver a pasar por los episodios podemos acceder a nuevas situaciones, opciones alternativas, y seguir, por tanto, rutas de juego muy diferentes. Además, en estas nuevas pasadas al título, éste nos informa de cuándo no lo hemos hecho tan bien como era posible, y la dificultad se ve aumentada ligeramente.
Conclusiones
Surviving High School es una aventura sorprendente. Esencialmente conversacional, a través de sus diferentes episodios centra su jugabilidad en diferentes aspectos, y resulta muy divertido en todas sus propuestas, por lo que hay que dejar de lado los prejuicios que podamos tener por su estilo visual o ambientación. Es poco interesante a nivel estético o técnico, pero lo compensa con un buen desarrollo, cambios de ritmo, y un cierto toque de humor que va salpicando todo su desarrollo aquí y allá.