Análisis de Pokémon Dash (NDS)

Es la primera vez que un juego de Pokémon sale junto con una consola aunque, claro, no estamos ante un título propio de la saga (que son juegos de rol), sino ante una aventura paralela centrada en otro género y protagonizada por estos famosísimos bichos... lo que se conoce en el mundillo como un spin-off. Y es que Pokémon Dash es un juego de carreras bastante peculiar, no sólo por sus simpáticos protagonistas, sino por el sistema de control que incorpora. Para correr habrá que usar la pantalla táctil de manera intensiva, deslizando el stylus sobre ésta en la dirección en la que queremos que vaya nuestro corredor... y casi que nada más.

Su jugabilidad básica se sustenta en controlar a Pikachu en una competición contra otros cinco Pokémon mientras buscamos los puntos de control en un campo bastante abierto, por lo que buscar atajos y senderos transitables le aporta un ligero factor de estrategia. Cuanto más rápido deslicemos el stylus una y otra vez sobre la pantalla en el sentido que deseemos, más correrá Pikachu. Tan sencillo e intuitivo como suena, pero, también, es igualmente limitado y repetitivo. La verdad es que la dificultad del juego es casi ridícula, incluso para los más pequeños, y el esquema de control es agotador, no tanto por el esfuerzo que representa, sino por lo tedioso de hacer lo mismo mecánicamente hasta el infinito. Además, cabe señalar que si un joven poco cuidadoso se quiere echar una partida a este nuevo Pokémon, lo más posible es que la pantalla acabe en un estado deplorable.

El punto de variedad (si se le puede llamar así) viene de mano de unos globos que nos elevarán del suelo, y nos ayudarán a evitar muchos de los elementos que suelen causarnos problemas: zonas de hielo, lava, desniveles... Aunque la verdad es que la mayoría no son obstáculos reales, tan sólo nos ralentizarán un poco. Los más interesantes son los que nos exigen conseguir objetos especiales antes para contrarrestar sus efectos. Sin embargo, son los menos. Y finalmente están los que son salvables sólo con globos, así que en ese momento nos tocará buscar por la zona una señal con globos que elevará a Pikachu hasta una altura considerable. Podremos movernos en cualquier dirección, y cuando queramos acelerar nuestro aterrizaje, bastará con pinchar sobre los globitos. Esto no representará ningún problema grave, ya que aunque Pikachu se quede tonto unos segundos, la pérdida de tiempo es tan ínfima que carece de relevancia en la práctica.

El juego, dado que se sustenta en escenarios abiertos en los que hay que pasar por los puntos de control, incluye un radar que en realidad nos ayuda bastante poco, de manera que a la hora de la verdad habrá que confiarnos a nuestra suerte o bien a lo que recordemos de haber participado anteriormente en el mismo circuito. De este modo, aunque consigamos superar todos los obstáculos con gran soltura, podemos perder la carrera porque estamos dando vueltas en círculos buscando un punto de control o tener incluso que desandar lo andado perdiendo un tiempo valioso.

La ventaja es que los rivales son tan vergonzosamente lentos que casi podemos tomarnos un café y esperarles cerca de la meta para darle un poco de emoción a la carrera, es decir, que el problema de no encontrar un punto de control afectará más a nuestra salud cardiaca que a nuestras opciones de victoria. Por desgracia, esta facilidad extrema da un salto saltándose toda progresión hasta una dificultad bastante elevada. El paso se da de una manera que no es en absoluto gradual, y las simples y absurdas carreras del principio darán paso a retos difícilmente asequibles.

En cuanto a sus posibilidades multijugador, hasta seis personas podrán competir en un circuito, siempre y cuando cada uno tenga su propia copia del juego. Sin embargo, es tan anodino con otros como jugándolo solo. El punto de variedad lo otorga la conectividad con los Pokémon para GBA (Rubí, Zafiro, Rojo Fuego, Verde Hoja, y el próximo Esmeralda), aunque ésta se limita a componer una copa especial con circuitos basados en los Pokémon que haya en nuestro equipo del juego de GBA que introduzcamos en la NDS. Por desgracia, no se nos permite conservar varias copas personalizadas, e ir sumando tantos circuitos como deseemos. Y si todo esto fuese poco, la mayoría de los circuitos que obtendremos usando este mecanismo no destacarán ni por su originalidad ni diseño, quedando muy por debajo de los que vienen incluidos de serie.

Y eso teniendo en cuenta que los circuitos que vienen por defecto son bastante insulsos, entre otras razones porque el juego presenta un aspecto muy desfasado. Parece diseñado sobre el vetusto Modo 7, con diseños de Pokémon limitados, carentes de toda sensación de relieve, y ni tan siquiera se integran correctamente en el escenario. La cámara, en perspectiva cenital, cumple con su función, pero poco más, al no darnos una visión lo suficientemente amplia de la zona de juego y, sin embargo, tampoco alcanzar unos mínimos de detalle. La música del juego, así como sus efectos de sonido, son también de una calidad cuestionable. Incluye los característicos gruñidos de los Pokémon, y los temas musicales carecen de inspiración, ritmo y buena factura técnica. En definitiva, el envoltorio audiovisual del juego es malo, pero no destaca en relación con la calidad de los planteamientos jugables del título.

Conclusiones
Es una pena que Nintendo haya desperdiciado la licencia Pokémon en un producto de calidad tan baja, sobre todo cuando es una marca comercial que puede arrastrar a muchos compradores, y estos pueden llevarse una impresión bastante negativa no sólo del juego, sino de la consola. En el futuro asoma el nuevo Pokémon Esmeralda así como las venideras entregas de RPGs para Nintendo DS (que esperamos ver en el próximo E3), pero queda claro que éste no es ni mucho menos un aperitivo digno que pueda saciar a los seguidores de la licencia. Su jugabilildad es limitada, su curva de dificultad negligente, y técnicamente mediocre en el peor de los sentidos, de tal modo que no es ni recomendable para seguidores de la saga o para los más pequeños. Los únicos que le encontrarán cierta gracia al videojuego serán los fans más acérrimos, pero estos tienen muchísimas mejores opciones en el catálogo de la NDS, y les conviene más esperar a un título que haga justicia a los Pokémon y pueda saciar sus necesidades.