Análisis de Mystery Detective (NDS)

Los afortunados que vivieran la gran época de las aventuras gráficas para PC, conocieron títulos que marcaron la historia del videojuego, como The Day of the Tentacle, Monkey Island o Indiana Jones and the Fate of Atlantis, por nombrar sólo un par… aunque todas las producciones de Lucas Arts (y algunas de Sierra, recordemos la serie Leisure Suit Larry)de por entonces gozaban de una gran calidad y aceptación entre los seguidores del género. Si no pudiste vivirla entonces, tranquilo: la mayor parte de ellas pueden ser jugadas aún hoy en día, gracias a las reediciones de dichos títulos y a los emuladores de los ordenadores de entonces…

Aún hoy, el género de las aventuras gráficas tiene seguidores y buenos títulos, sobretodo en PC, pero también en las consolas. Para la Nintendo DS ya han salido títulos de calidad, como Another Code: Two Memories o, en clave muy diferente, el juego Phoenix Wright: Ace Attorney. Con ellos hemos podido comprobar lo bien que funciona el género en una consola de estas características: la doble pantalla y la función táctil se adaptan perfectamente al género.

Así, sobre estos precedentes, aparece un título como Mystery Detective (Touch Detective en Estados Unidos), que sorprende por su perfecta adaptación del género a la plataforma portátil, pero decepciona un poco por su escasa longitud y la poca o ninguna inconexión entre las diferentes partes de la historia.

Detective Mackenzie a su servicio…
La historia de Mystery Detective nos pone dentro de la piel de Mackenzie, una joven que desea a toda costa ingresar en la Comunidad de Detectives para poder así ejercer de detective privado: para ello, deberá de resolver antes cuatro casos, que serán los cuatro pilares sobre los que se desarrollará la historia. Por lo visto, lo de ser detective le viene de familia: su padre, ya fallecido, tenía el mismo oficio, según nos podemos enterar gracias a los comentarios de Cromwell, fiel mayordomo y consejero de la familia. Pero ahí acaba la información que tenemos de nuestra protagonista… La verdad, podrían haber trabajado más sobre ese punto para darle un poco más de profundidad a la historia.

Y es, ciertamente, ese el gran defecto de Mystery Detective: su historia carece de profundidad y fundamento, por todas partes. Deberemos de solucionar cuatro casos, relacionados casi siempre con la amiga de la protagonista, Penélope, que no hace más que meterse en problemas. Para ello, contaremos con la ayuda de la misma Penélope; nuestra mascota, Funghi (una especie de honguito con extremidades que nos solucionará la papeleta en un par de ocasiones); nuestra amiga Cloe (otra aspirante a detective, arrogante y que nos querrá arrebatar más de un caso) y, por supuesto, Cromwell, quien en más de una ocasión nos ayudará con sus consejos e inventos. Además, contaremos con una serie de personajes que irán haciendo acto de presencia durante la historia y que nos ayudarán (o todo lo contrario) durante el curso de la misma.

Esos cuatro casos, divididos cada uno en dos partes, son amenos y divertidos de jugar, aunque totalmente inconexos unos de otros. Cierto es que los personajes son los mismos, cosa que refuerza un poco el sentido de unidad de la historia, y que nuestro objetivo final es lograr entrar en la Comunidad de Detectives, pero nuestra opinión es que hubiera sido mejor contar con una historia más trabajada y de mayor longitud.

El curso de la historia se desarrollará en cinco escenarios diferentes, algunos de los cuales se desbloquearán a lo largo del juego. Dentro de esos escenarios, podemos entrar en los diferentes edificios que encontramos, con lo que así la extensión del mapeado crece considerablemente. Aún así, nos parecen escasos y acaban por volverse un poco repetitivos. También nos resulta sorprendente que algunos se conserven durante el juego, aunque su función en el mismo haya cesado: en el cuarto caso, uno de los escenarios será completamente inútil, y aún así podremos acceder a él y conversar con los personajes que encontremos.



Point & Click: la sencillez al poder
El funcionamiento del juego es simple. De hecho, el tutorial del inicio del juego se puede obviar sin ningún problema (aunque en el caso de querer completar el cien por cien del juego, es necesario pasar por el tutorial). Nos encontramos con una típica aventura gráfica de "apuntar y pulsar", o Point & Click, como se conoce en términos anglosajones. En este caso, el stylus será nuestro puntero y nos servirá para todas las funciones del juego. El juego se realiza enteramente sobre la pantalla táctil. Una lástima, ya que se ha desaprovechado totalmente la pantalla superior. Ésta sólo contará con una imagen de Mackenzie haciendo comentarios totalmente irrelevantes para el juego, y poniendo expresiones de acuerdo con dichos comentarios.

Así, dispondremos de un pequeño inventario en la parte inferior de la pantalla táctil (es pequeño, pero nunca llegaremos a llevar demasiados objetos encima), junto a un icono de acción (que usaremos para dejar el objeto que estemos mirando o usando en ese momento) representado por un guante (típico) y un bloc de notas donde podremos guardar nuestros progresos. Se agradece que en todo momento podamos guardar la partida, aunque sólo podremos guardar una partida a la vez.

Todo el resto de la pantalla se dedica al escenario y los personajes. Para andar de un lado a otro de la pantalla, sólo deberemos tocar con el stylus el sitio al que queramos dirigir a la protagonista, y Mackenzie se desplazará automáticamente a ese punto. En este sentido, el juego cuenta con algunos fallos de movimiento, ya que el personaje se queda atrapado en algunos vectores: por ejemplo, en ocasiones no rodea según que obstáculos y hemos de redirigir su camino. Pero eso es un pequeño detalle que no afecta en absoluto la jugabilidad del título.

Para interactuar con los personajes, deberemos de pulsar sobre ello y se abrirá una ventana de diálogo con las diferentes preguntas o temas que queramos sacar en la conversación. Los personajes hablarán a través de bocadillos, como si de un cómic se tratase. Se destila un cierto humor de las conversaciones de los personajes, aunque la mayor parte de las veces es flojillo, descafeinado y muy predecible: no es un juego con el que vayamos a partirnos de la risa, vaya.

En cuanto a los objetos, deberemos de pulsar sobre ellos para recogerlos, y una vez dentro de nuestro inventario, podremos seleccionarlos para observarlos más de cerca, interactuar con ellos o unirlos y utilizarlos junto a otros objetos que poseamos. La mayor parte de los puzles son sencillos y muy directos, la verdad es que se ha trabajado poco lo que es el apartado de "investigación" en el juego. Ciertamente, se echan de menos más opciones a la hora de interactuar con personajes, escenarios y objetos.

El desarrollo de la aventura, en cada uno de los casos, es muy lineal. Eso ofrece una traba importante: en caso de que nos quedemos atrapados en una parte del juego, no se nos da la oportunidad de continuar investigando por otro lado, si no que hasta que no hayamos encontrado la solución al punto donde nos hayamos quedado estancados, no se nos dará la oportunidad de seguir con el juego.

En ocasiones, la relación causa-efecto entre lo que hagamos y como continúe la aventura no tiene ninguna lógica. Podemos estar mucho tiempo buscando la solución a un enigma para descubrir que, al encontrarla, aparezca un personaje o un objeto que nos permite continuar con la aventura, pero que no tiene nada que ver con el enigma resuelto. Además, en ocasiones, lo único que nos quedará es la técnica de probar absolutamente todo con todo, y eso puede resultar muy frustrante.

Una vez hayamos acabado con los cuatro casos, dispondremos de una treintena de casos cortos y puzles a realizar en las misiones extra que se nos ofrecen al finalizar el juego principal. También tenemos la posibilidad de completar nuestra "Touch List", una lista que comprende todos los objetos que podemos tocar durante el juego y que tendremos que descubrir mediante una búsqueda exhaustiva por todos los escenarios.



Apartado técnico
Salta a la vista que el apartado gráfico ha sido el más cuidado del juego. El nivel de detalle es muy alto, tanto que en ocasiones deberemos de fijarnos muchísimo en escenarios y personajes para encontrar ciertos objetos que nos ayudarán a continuar con la aventura. El diseño es digno de elogiar, con una estética manga en dos dimensiones y un trazo que simula el dibujo a mano. El colorido también ayuda a esta sensación, dando a todo el conjunto una apariencia más que notable.

La estética general del juego es muy original: en escenarios comunes como la plaza de un pueblo o una residencia de estudiantes, encontramos personajes de todo tipo, en ocasiones rozando lo grotesco y bizarro: muertos vivientes con los que tendremos que entablar conversación, animales humanizados como una gallina, una morsa o un tiburón, o sin ir más lejos, nuestro mayordomo Cromwell, una especie de robot-anciano con bigote que lleva más de 300 años al servicio de nuestra familia. También encontraremos hadas, brujas y otros personajes fantásticos, que le dan al juego un tinte oscuro muy favorecedor.

Y por supuesto, las jóvenes protagonistas humanas (tiene gracia que no se encuentre ni un solo chico humano en toda la historia…), es decir, la misma Mackenzie y todas las habitantes de la residencia femenina. Es una lástima que el apartado de personajes se quede corto en poco tiempo. A pesar de todo, repito, el nivel de detalle gráfico, los movimientos y las expresiones de los personajes, son de gran calidad. Los casos, aunque algo cortos, desprenden un aire de ambientación fantástica que ayuda a la unidad estética: ladrones de sueño, rescates de hadas y cosas por el estilo estarán a la orden del día.

En lo que respecta al aspecto sonoro, no hay nada destacable. Las sintonías que acompañan al juego son correctas, y son diferentes según la zona del juego por la que nos movamos, aunque alguna puede llegar a cansar cuando al quedar estancados en un punto, hemos recorrido una y otra vez la misma zona en busca de la solución que nos saque del brete.
Los efectos sonoros son pocos y poco elaborados. No hay ninguna voz durante el juego, y cuando los personajes hablan sólo oímos el típico zumbido que acompaña a la aparición de los textos, en diferentes tonalidades según el personaje que hable.

El gran defecto a nivel jugable nos lo encontramos con el idioma. Por lo visto, no pensaron en la traducción al español y, aunque los textos no son ni mucho menos complejos o difíciles de entender, el hecho de que todo el juego esté en inglés, al tratarse de una aventura gráfica donde la conversación es parte importante del juego, puede ser causa de rechazo por parte de un sector del público.

Conclusiones
Mystery Detective nos mantendrá unas horas delante de la consola. A pesar de su poca extensión y de la falta de "sustancia" en lo que respecta a la historia, es un juego divertido que cumple a la perfección la tarea de entretener al jugador. Con todo, no es un gran juego ni una alternativa a los otros títulos de aventura de la DS, como Another Code o el esperado Hotel Dusk 215, mucho mejor desarrollados. Un juego más en la colección de títulos de aventura para la portátil de Nintendo, que esperemos siga apostando por un género que, sin duda, casa con ella a la perfección.