Análisis de Mr. DRILLER Drill Till You Drop DSiW (NDS)
La saga Mr. Driller ha pasado por muchas de las plataformas del mercado desde su aparición en las salas recreativas en el año 1999. Mucho ha llovido desde entonces, y el héroe del juego, Susumu Hori (hijo predilecto de Taizo Hori, protagonista de otra de las grandes series de Namco: Dig Dug), ha aparecido en multitud de consolas de todas las compañías, como por ejemplo la primera PlayStation, la legendaria Dreamcast e, incluso, las veteranas portátiles GameBoy Color y Wonderswan. Pese a sus años (más de una década, ya), la serie aguanta estoicamente el paso del tiempo, y en las consolas de la actual generación también ha hecho acto de presencia. De hecho, en Nintendo DS ya apareció en su día con un fabuloso Mr. Driller: Drill Spirits, aunque desde el año 2005 la consola no hubiera disfrutado más de la presencia del famoso taladrador.
Gracias a la plataforma de distribución digital de Nintendo, la consola portátil de doble pantalla de la compañía puede disfrutar de una "nueva" aventura del legendario héroe. Permitidnos el entrecomillado de la novedad, dado que, básicamente, nos encontramos ante un juego que respeta y repite los cánones jugables del resto de juegos de la serie, sin ofrecer prácticamente ningún contenido nuevo a lo ya visto en los títulos anteriores. Los seguidores de la saga, así, seguramente no vean en este juego un objeto de su interés, debido al aspecto mencionado, aunque los noveles que nunca hayan jugado a ningún capítulo anterior de la serie ahora tienen una oportunidad de hacerlo por un precio francamente económico.
"Y templé mi corazón con pico y barrena..."
El sistema de juego se basa en los preceptos básicos de la saga, y no ha cambiado prácticamente nada desde que ésta naciera hace cosa de once años. Manejaremos a un taladrador que deberá abrirse paso por una serie de niveles de desarrollo vertical (en descenso) repletos de piedras de diferentes colores. A medida que pase el tiempo y que vayamos taladrando, nuestro héroe se quedará sin aire para respirar, por lo que a la vez que vamos taladrando deberemos de ir consiguiendo las cápsulas de oxígeno dispersas por el mapa. Cuando juntemos cuatro o más piedras del mismo color, éstas desaparecerán, haciendo caer las que sostienen encima suya. Si se nos agota el aire o nos cae un pedrusco encima, perderemos una vida. Y la victoria será nuestra si llegamos al final del nivel sin perder todas las vidas en el empeño.
La jugabilidad resulta muy simplista en su concepto, ya que lo único que deberemos de hacer es movernos por encima de los bloques (pudiendo saltar uno o dos bloques en vertical, dependiendo del personaje seleccionado) y taladrar para ir avanzando en sentido descendente. Pero el hecho de que se nos agote el aire y que debamos evitar los bloques que caen al destruir el escenario dan al juego una dinámica veloz y fluida que nada tiene que envidiar a los mejores juegos de acción y puzle. Por otra parte, si un bloque de un color encuentra otro (u otros) bloque del mismo color a uno de los lados, se fusionará con él y, de esta manera, frenará su caída, hecho que podemos tener en cuenta a la hora de destruir el escenario para no perecer bajo una lluvia de piedras. Pero claro, deberemos de pensar muy rápido y actuar aún más rápidamente si queremos llevar a buen puerto a nuestro héroe...
O quizás deberíamos de decir a nuestros héroes, ya que en la presente edición del juego se nos permitirá seleccionar a varios personajes de la serie, cada uno con atributos que le diferencian del resto. Encontraremos tanto al padre como al hijo de la familia Hori, así como el hermano renegado de la casa, una preciosa taladradora, un perro y un robot, cada uno de los cuales con sus puntos fuertes y sus debilidades que deberemos de tener en cuenta a la hora de seleccionarlos para entrar en cada uno de los diecisiete niveles del juego.
En la presente edición del juego encontraremos tres modalidades jugables que, de una manera u otra, sirven como incentivo para continuar con la partida una y otra vez, incluso en caso de que la serie nos sea ya familiar. Aún así, es una lástima que el juego no cuente con modo multijugador alguno, ni siquiera con la posibilidad de colgar nuestras puntuaciones en una tabla de puntuaciones, no ya en línea, sino local. De hecho, podremos ver cuáles son nuestros mejores resultados en cada uno de los niveles a los que hayamos jugado, pero dado que el juego basa toda su jugabilidad en conseguir el mayor número de puntos posibles, no hubiera estado de más permitir la existencia de una tabla de puntuaciones para varios jugadores como Dios manda...
Eso sí, tendremos varias medallas por modalidad y nivel, siendo la medalla de oro la que conseguiremos al superar con mejores resultados los mismos. Por tanto, si queremos un incentivo para tratar de resolver una y otra vez los enormes puzles descendentes del juego, aquí lo tenemos: conseguir todas las medallas doradas del mismo.
La principal modalidad de juego con la que nos encontraremos será el clásico Modo Historia en el que, simplemente, deberemos de ir superando uno tras otro todos los niveles del juego con las mejores y mayores puntuaciones posibles. Encontraremos diferentes tipos de bloques, que nos costará más o menos esfuerzo destruir y que responderán de manera diferente una vez caigan y conecten con otros bloques. Por otra parte, encontraremos objetos que podremos utilizar durante la partida para facilitarnos un poco más las cosas, seleccionándolos antes de comenzar la partida en caso de que los hayamos obtenido en algún momento durante nuestra aventura.
Por otra parte, tendremos a nuestra disposición el modo Time Attack, un modo contrarreloj en el que deberemos de superar el límite de tiempo propuesto por el juego, obteniendo suplementos de tiempo a medida que descendemos por el terreno. Eso sí, aquí deberemos de pensar aún más rápidamente que en el modo historia, si cabe, ya que los retos de tiempo que nos propone el juego son, ciertamente, exigentes...
Y, por último, contaremos con el modo Dristone, la joya de la corona de la presente edición de Mr. Driller, ya que es la modalidad de juego que realmente nos ofrece alguna novedad respecto a lo ya visto. En esta modalidad de juego, nuestro personaje sólo perderá capacidad de aire cuando taladre, por lo que deberemos de medir y pensar muy bien cada uno de nuestros movimientos, aunque no contaremos con límite de tiempo alguno, algo que los amantes de los puzles más pausados agradecerán seguramente. Por otra parte, conseguiremos a medida que avancemos ciertas bonificaciones (las llamadas Dristones) que aumentarán nuestra reserva de oxígeno o nos ofrecerán mejoras y efectos en el terreno (como destruir todos los bloques visibles de un mismo color, por ejemplo) y que, si las utilizamos convenientemente, nos ayudarán mucho a llegar al final de cada nivel. Un modo de juego mucho más estratégico que los anteriores, sin duda.
Conclusiones
Con una jugabilidad y un apartado técnico que nos recuerdan a los clásicos de siempre, Mr. Driller no parece querer olvidar su pasado. La espeleología parece no pasar nunca de moda, sobre todo si está adornada con colores brillantes y melodías pegadizas, como es el caso que nos ocupa. No obstante, el sistema de juego no deja de ser el mismo que ha dado éxito a la saga durante los últimos diez años, si bien es cierto que, en esta ocasión, contamos con tres modos de juego diferentes, muchos personajes a seleccionar y un buen número de niveles por superar. Sin duda, el sistema funciona, aún a día de hoy, pero creemos que ya es hora de renovar la saga en todos los sentidos. Aún así, la propuesta ofrecida por el sistema de descargas digitales de Nintendo es de agradecer, sobre todo para los que aún no hubieran disfrutado de las aventuras en forma de puzle de este singular minero en la portátil de doble pantalla, o para los acérrimos seguidores de la misma que quieran descubrir las pocas novedades que el título puede ofrecer...