Análisis de Ace Attorney Investigations: Miles Edgeworth (NDS)
No vamos a negarlo: los usuarios de Nintendo DS aficionados a la saga de abogacía e investigación de Capcom esperábamos ansiosamente el título que hoy ocupa nuestro análisis. No sólo por el hecho de que, efectivamente, vemos algunos (aunque no muchos) cambios jugables significativos respecto al resto de juegos de la serie, sitos dentro del género de la aventura conversacional, sino por la novedad que representa controlar a uno de los adversarios más carismáticos de las tres primeras entregas de la saga. Esto ya había pasado antes, aunque únicamente a modo circunstancial, como ya saben los jugadores de los anteriores títulos. No obstante, en esta ocasión, nuestro único héroe y protagonista es el excepcional fiscal
En fin, invitamos a los jugadores que no conozcan a nuestro "nuevo" protagonista a que jueguen a los anteriores títulos, ya que, sin ellos, entender algunas situaciones del juego que hoy nos ocupa será prácticamente imposible, ya que se hacen algunos guiños argumentales a la primera trilogía que apareciera primero en GameBoy Advance y, luego, en la versión que conocemos para Nintendo DS. De la misma manera, se hacen algunas referencias (algunas más explícitas que otras) a otros personajes de la saga, como el mismo Phoenix Wright, por lo que el conocimiento de la misma, si no es estrictamente necesario para jugar a la nueva entrega de la serie, sí resulta muy recomendable.
Viejos conocidos...
La verdad es que, como comentábamos antes, uno de los principales alicientes de jugar a la nueva entrega de la popular saga de abogados es el hecho de volver a ver a Miles Edgeworth, esta vez en papel protagonista, así como poder disfrutar de la compañía de algunos de los personajes más carismáticos de la saga, como el bonachón detective Dick Gumshoe o a la temible fiscal Franziska von Karma. También conoceremos a nuevas incorporaciones, como Kay Faraday, quien hará las funciones de nuestro asistente en gran parte las investigaciones, o el investigador de la Interpol Shi-Long Lang, quien tomará en esta entrega el papel de némesis y adversario principal.
El juego, de nuevo, vendrá dividido en capítulos, como en el resto de entregas. En esta ocasión, los capítulos vendrán relacionados entre sí formando una historia coherente de principio a fin, aunque no seguirá un orden cronológico estricto, sino que, como ya viene siendo usual en la saga, el argumento saltará adelante y atrás en el tiempo, según la necesidad narrativa de cada capítulo. De hecho, es el mismo Miles Edgeworth el que toma la función de narrador, explicándonos los sucesos que le ocurrieron a su vuelta a los tribunales después de un largo período vacacional.
Curiosamente, precisamente no será en los tribunales donde le veamos esta vez, ya que todo el juego discurre fuera del estrado. Investigaremos crímenes en diferentes localizaciones, incluyendo un avión o los mismos pasillos de los juzgados, pero no nos enfrentaremos a un juicio al uso, como pudimos ver en los anteriores capítulos. Miles Edgeworth se ocupará en esta ocasión de encontrar la verdad acerca de los diferentes crímenes que se le presenten, a modo de investigador privado, en compañía de su fiel detective Gumshoe o de la joven e impetuosa Kay Faraday, quien se proclama como la mejor ladrona del mundo (sic). De esta manera, se defenderá a sí mismo o a los presuntos acusados en cada crimen siguiendo los mismos preceptos jugables que en las anteriores entregas, esto es, poniendo a prueba los testimonios o la lógica de la acusación contrastando pruebas y buscando las fallas en el discurso de cada uno de los acusadores o testigos implicados en el caso.
Jugabilidad reconocida...
Todo vuelve a funcionar a partir de los diálogos de los personajes, aunque en esta ocasión podremos deambular libremente con el fiscal y su acompañante por los escenarios en los que busquemos pruebas y pistas acerca de la verdad de cada crimen. Esto se traduce en una representación gráfica de los personajes no sólo a modo de acompañamiento de la gran cantidad de recuadros de texto que tendremos que leer, sino como personajes jugables en sí mismos, que podremos desplazar por el escenario de manera similar a las aventuras gráficas de apuntar y pulsar de toda la vida.
Por lo demás, el juego se mantiene prácticamente igual que sus antecesores, pese a que no veremos los juzgados en casi ningún momento. Echamos de menos, sin duda, esos interminables juicios en los que cuando todo parecía acabado, el argumento daba un giro de ciento ochenta grados y teníamos que volver casi a comenzar de cero nuestro planteamiento lógico. Pero, a pesar de todo, la diversión está asegurada, ya que los casos que se nos plantearán y las situaciones y puzles que deberemos de resolver estarán a la altura de lo visto anteriormente en los primeros títulos de la saga.
Consideramos que, en este sentido, el cuarto título de la misma, protagonizado por Apollo Justice, adolecía de una cierta falta de carisma por parte de los personajes protagonistas y de sus adversarios, y los casos no eran tan espectaculares como en las últimas entregas de Phoenix Wright. Si bien en este caso los crímenes a los que nos enfrentamos no son del mismo calibre que los del segundo y tercer juegos de la serie, sí están bastante a la altura de lo esperado, y nos resultarán intrigantes y absorbentes como los de antaño.
Eso sí, en esta ocasión encontraremos una serie de puzles lógicos a resolver que no se vieron en títulos anteriores de la saga. Al ir recogiendo pistas y pruebas de cada crimen, Miles Edgeworth irá almacenando argumentos lógicos que deberá combinar para sacar nuevas conclusiones que aporten nuevas pistas al caso. Este sistema da un punto de aire fresco a la saga, ya que, por lo demás, todo se mantiene prácticamente inalterado. Podremos llevar un recuento de todas las pistas y todos los personajes con los que nos encontremos, y podremos revisarlas en cualquier momento del juego en nuestro inventario, para luego contrastarlas en los momentos en el que algún testigo nos dé información sobre el caso o en las situaciones en las que se lancen acusaciones contra alguno de los presuntos inocentes.
El control vuelve a ser a través de la pantalla táctil o la cruceta y los botones de nuestra consola, para pasar de un cuadro de conversación al siguiente, así como para manejarnos por los diferentes menús e interactuar con los objetos y pruebas de nuestro inventario. También volveremos a utilizar el micrófono, si así lo queremos, para lanzar protestas en los testimonios de los diferentes personajes. En algunos momentos del juego deberemos de investigar en una imagen fija, buscando todo lo que nos parezca extraño o llame nuestra atención con el lápiz táctil, y deduciendo nuevos datos sobre el crimen enfrentando las pistas que encontremos en ese escenario con las pruebas que hayamos obtenido anteriormente.
En definitiva, Miles Edgeworth pasa de ser un fiscal temible en nuestra contra a ser un excelente investigador. Es cierto que muestra una autosuficiencia que puede llegar a ser repelente, pero consigue caernos bien y mantenernos con la tensión en vilo hasta el final de cada caso, sin olvidar en ningún momento las grandes dosis de humor que siempre han adornado cada uno de los capítulos de la saga.
Nada nuevo en el apartado técnico
Los gráficos y el sonido del juego entran dentro de lo ya visto en las anteriores entregas, sin prácticamente ninguna novedad al respecto. De hecho, podríamos decir que los gráficos de la cuarta entrega (protagonizada por Apollo Justice) fueron mejores que en esta ocasión, o por lo menos fueron mejor tratados digitalmente, con una paleta de colores completísima y de suave texturizado. Vuelven los colores chillones y las caricaturas japonesas, pero no nos molesta en absoluto. La verdad es que los aficionados a la saga Ace Attorney lo son por alguna razón, y seguramente el aspecto gráfico amable y divertido característico de la misma sea una de las cosas que el público más agradece.
La música, lamentablemente, no está a la misma altura que la banda sonora de las tres primeras entregas de la serie. Volveremos a escuchar algunos de los temas ya oídos en los primeros juegos, aunque en nuevas mezclas e instrumentaciones que no nos acaban de convencer del todo. La música, en general, vuelve a ser muy notable, y no ha perdido muchos enteros en este sentido, pero la verdad es que las primeras bandas sonoras eran excelentes, y es difícil mantener el mismo nivel durante tantas entregas. Por otra parte, podrían haberse añadido más voces al limitado repertorio de nuestro fiscal, cosa que hubiera mejorado considerablemente la puntuación de este apartado.
Y llegamos al gran fallo de este título: la localización y doblaje del mismo que, desgraciadamente, no veremos (al menos de manera oficial) en castellano. Para llegar a entender con soltura los diálogos de los personajes y resolver los puzles y acertijos que cada crimen nos presenta, el juego nos demandará un amplio conocimiento de la lengua inglesa, hecho que, seguro, tirará para atrás a más de un jugador y más de un seguidor de la serie, por muy fanático que éste sea. Es una lástima que Capcom no haya tenido en cuenta la gran cantidad de jugadores españoles que se quedarán sin disfrutar de las aventuras de nuestro fiscal favorito...
Conclusiones
El nuevo título de la saga de abogacía de Capcom no nos ha defraudado en absoluto. Novedades, pocas, eso sí, aunque esto no sea tanto un fallo como algo muy de agradecer por los seguidores más acérrimos de la serie. Los diálogos serán tan avispados como siempre, divertidos e intrigantes, como también lo será el discurso narrativo en cada uno de los casos. Disfrutaremos de la compañía de nuestros personajes más queridos, aunque en esta ocasión veremos las cosas desde un punto de vista ligeramente diferente: el del implacable Miles Edgeworth. Eso sí, los que no dominen la lengua de Shakespeare lamentarán la falta de una localización conveniente a nuestro idioma, cosa que representa una auténtica lástima, dado el éxito de la saga entre los usuarios de la portátil de doble pantalla en nuestro país.
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